La iglesia de los Santos Mártires, el esplendor del barroco en Málaga

De la mano de la Oficina de Rehabilitación Urbana del Ayuntamiento, estas intervenciones han devuelto luz a iglesias que han pasado a ser no solo un lugar más adecuado y cómodo para el culto, sino también un poderoso reclamo turístico para los visitantes. El último ejemplo de esta dinámica es la parroquia de los Santos Mártires, tal vez la joya de la corona de las iglesias del Centro no solo por su valor arquitectónico, sino por ser una de las más frecuentadas.

Poco antes de que estallara la pandemia comenzaron los trabajos de restauración de este templo, cuyas primeras obras fueron culminadas en 1519 con diseño del arquitecto Bartolomé Pérez. Frente al altar mayor aparecieron los restos de una vivienda que fue demolida en el siglo XVIII para dar paso a la construcción del actual presbiterio, que fue realizado junto con la remodelación barroca de la iglesia entre 1767 y 1777, bajo la dirección de Antonio Ramos.

El resultado de esta intervención que ya ultima la diócesis –la previsión es que sea presentada oficialmente a principios de abril aunque el culto no se retomará hasta pasada la Semana Santa– es una exhibición del más elegante barroco que se aprecia en toda la decoración de la iglesia, de la que se han retirado molduras realizadas durante décadas pasadas que no se correspondían con el estilo y la categoría del edificio.

Con la dirección del arquitecto técnico Pablo Pastor, y ejecución de la constructora Hermanos Campano, se ha aplicado un nuevo suelo de mármol al interior de la iglesia que está basado en el que se conservaba en el altar mayor y una de las capillas, con unos hermosos dibujos circulares que aportan seña de identidad al edificio, en el que también han desaparecido las grandes rejas de algunas capillas para que se puedan admirar mejor los retablos y las imágenes de las cofradías.

En el techo, gracias al patrocinio de la Fundación Málaga, los restauradores Francisco Naranjo y María de los Ángeles Mulero han recuperado casi una treintena de pinturas barrocas que estaban ocultas por la suciedad y suman valor al resultado del proyecto, que finalmente ha supuesto una inversión de casi dos millones de euros.

El párroco, Felipe Reina, y la comunidad parroquial, de la que forman parte las hermandades de los Santos Patronos, Remedios, Huerto, Virgen de Gracia, Gitanos y Pasión, cuentan los días para poder empezar a disfrutar del resultado de unas obras que suponen un nuevo hito en la recuperación de iglesias históricas de Málaga.