Inés Urbanska y Marcos Moreno han decidido dar un giro radical a sus vidas. Dedicados al mundo de la hostelería desde hace dos décadas, estos empresarios han cerrado el hotel que regentaban en pleno Centro para montar un centro psicológico. Pese a ser un negocio ... que les funcionaba y permitía vivir de forma desahogada, han optado por dedicarse a otra cosa que les aporte más y por ello han cambiado el hotel La Siesta Málaga, un coqueto establecimiento boutique de apenas cinco habitaciones ubicado en la calle Cobertizo del Conde, por el centro psicológico La Merced, un gabinete con el que dar servicio a los malagueños más necesitados.
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Marcos, malagueño, e Inés, polaca de Varsovia, tomaron la decisión a raíz de la pandemia. Ambos abrieron el hotel en el año 2014 tras adquirir y reformar de forma integral el edificio en el que se ubicaba y optaron por dar un vuelco a raíz de la pandemia, una circunstancia que les ha permitido reordenar las prioridades de su vida. «Teníamos ganas de salir del turismo por dos motivos: porque es un sector en el que no se descansa nunca y por la deriva turística de la ciudad», expone él.
Confiesan que desde el primer momento que abrieron sus puertas decidieron apostar por la atención personal y eso les obligaba a estar siempre encima del negocio, sin apenas fines de semana ni vacaciones. «Aunque después pudimos meter a alguien, la realidad es que no descansas nunca por la forma en la que nos gusta hacer las cosas», resume Marcos. «Teníamos ganas de probar otra actividad con la que ayudar a la gente», añade su mujer.
La gota que colmó el vaso fue la deriva que, a su juicio, ha tomado el turismo en la actualidad, más centrado en la fiesta que en la calidad y en los museos. «Desde que comenzaron a proliferar los apartamentos turísticos, todo ha ido a peor. Empezamos a tener más problemas de ruidos y suciedad y tomamos la decisión de cerrar». La idea la fueron madurando durante el confinamiento y la pusieron en práctica el pasado mes de noviembre, cuando abrieron el centro psicológico La Merced.
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Aunque no son psicólogos ni tienen formación en este campo, Marcos explica que se decidieron por un centro terapéutico porque buscaban algo con lo que poder ayudar a los malagueños y entendían que muchas personas iban a necesitar este tipo de apoyo tras el duro golpe que ha supuesto la pandemia. Reconoce que él ha tenido contacto con psicólogos como paciente y que entonces comprobó lo importante que es su labor. «Hay cosas que me hubiera gustado que me hicieran de otra forma y por eso nos lanzamos», opina.
En el centro psicológico La Merced trabajan actualmente tres psicólogos, aunque Marcos e Inés cuentan con una cartera de hasta diez profesionales, a los que llaman en caso de necesidades específicas de los pacientes. En esta primera etapa también ofrecen la posibilidad de alquilar las consultas para reuniones relacionadas con el mundo de la salud y han comenzado a organizar talleres en campos como el 'mindfulness'.
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Aunque ofrecen todo tipo de atenciones, detallan que les encanta ayudar a los niños porque los problemas que logren resolver de menores no volverán a repetirlos de adultos. Además, las consultas relacionadas con ansiedad, estrés o depresión son las más habituales. «Y cada vez están creciendo más», lamentan.
¿Y compensa económicamente el cambio en una ciudad volcada hacia el turismo? Marcos lo tiene claro: «Si todo fuera dinero, seguiríamos con el hotel sin duda. Pero no todo es dinero; también tienes que desconectar, estar contento y tranquilo», sentencia. «La ayuda que das a los pacientes, ver la cara con la que salen de la consulta y cómo van evolucionando vale más que el dinero», añade Inés.
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Y es que La Siesta Málaga era un negocio que funcionaba y siempre estaba lleno. Con una puntuación de 4,7 sobre 5 y una valoración excelente en los principales buscadores de hoteles, los clientes destacaban el trato profesional y cercano de los dueños y el servicio que ofrecían a todos los que se alojaban en el establecimiento. Entre sus asiduos se encontraban ingleses, alemanes y españoles. «Muchos eran clientes fijos», recuerdan.
En esta nueva etapa prometen seguir ofreciendo este mismo trato personal que destacaban los clientes pero volcados en mejorar la salud mental de los malagueños. «Nuestra ilusión es que llegue a ser un centro de referencia en la psicología de Málaga, donde podamos ofrecer actividades que vayan más allá de la terapia psicológica pero que ayuden al bienestar como por ejemplo nutrición, técnicas de relajación, orientación escolar». Al menos el primer paso ya lo han dado.
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