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El techo de la capilla está cubierto por una hermosa armadura de madera octogonal procedente del primitivo edificio del siglo XVI. ÑITO SALAS

El hospital de Santo Tomás ve la luz sesenta años después de su cierre

Patrimonio ·

El edificio, con más de cinco siglos de historia a sus espaldas, encara su recuperación para una residencia de estudiantes por parte del grupo inversor White, que ya ha pedido la licencia de obras

Jesús Hinojosa

Málaga

Sábado, 13 de marzo 2021, 01:03

Sesenta años después de que cerrara sus puertas, una de las joyas más desconocidas del patrimonio arquitectónico malagueño encara un proyecto que la devolverá ... a la vida de la ciudad en los próximos años. SUR ha tenido la oportunidad de entrar y conocer los secretos que encierra el antiguo hospital de Santo Tomás, un edificio con más de cinco siglos de historia a sus espaldas, junto a la Catedral y la iglesia del Sagrario, para el que el grupo de inversores israelíes White ha solicitado el permiso de obras con el objetivo de convertirlo en una residencia de estudiantes.

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A finales de 2019, el Obispado, que es el propietario del antiguo hospital, llegó a un acuerdo con estos promotores para arrendarles el inmueble con ese destino, y ya se han puesto en marcha los trámites en la Gerencia Municipal de Urbanismo para autorizar la actuación, que vendrá a poner luz en la oscuridad y el deterioro de una construcción cuenta con protección arquitectónica integral.

El tiempo parece detenido dentro de los muros del antiguo hospital, que estuvo funcionando como tal hasta que cerró sus puertas en 1962, tras varias décadas atendiendo a pacientes con enfermedades oftalmológicas. Pero su historia se remonta mucho más atrás, en concreto al año 1505, cuando uno de los caballeros de la época posterior a la conquista de la ciudad por los Reyes Católicos, Diego García de Hinestrosa, lo fundó para acoger a enfermos pobres.

Los restos del fundador reposan en la capilla, bajo la impresionante armadura de madera ochavada de su techo, procedente del edificio primitivo. Y es que el actual no es el original de 1516, sino el que se levantó a finales del siglo XIX tras el terremoto de 1884, que dejó el hospital tan deteriorado que fue necesario derribar lo que quedaba en pie y construir uno nuevo, con diseño del arquitecto Juan Nepomuceno Ávila, que siguió los cánones del estilo gótico-mudéjar. De aquel primitivo hospital todavía se conserva una doble arcada en los jardines de la cercana iglesia de San Agustín.

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La capilla, iluminada magníficamente por tres vidrieras fechadas en 1891 y en las que están plasmadas las alegorías de la esperanza, la caridad y la fidelidad, está presidida por un retablo barroco y también se pondrá en valor para darle un uso cultural. Su altura alcanza la de todo el edificio y tiene una excelente acústica. Además, todavía se conservan las dos gradas, a la altura de las plantas primera y segunda, desde las que los enfermos podían asistir a las ceremonias religiosas.

Linaje de sangre

El edificio sorprende por dentro por la altura de sus techos y las amplias dimensiones de sus estancias, iluminadas por grandes ventanales. Una de las habitaciones más hermosas, decorada con pinturas al estilo pompeyano, está situada justo sobre el vestíbulo principal y es la que alojó el despacho del patrón de sangre, es decir, el heredero del caballero que fundó el hospital, un linaje que se mantuvo hasta que hace diez años, en 2011, el patronato que desde su origen estuvo al frente del hospital optó por disolverse y ceder el inmueble al Obispado.

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En sus últimos años de vigencia, ese patronato estaba formado por el deán de la Catedral, el prior de la comunidad de padres dominicos de Málaga, el prior de los franciscanos de Vélez-Málaga y Manuel Domínguez Casero como patrono de sangre, un familiar del desaparecido concejal del PP Juan Ramón Casero, cuya hija, Carmen Casero, es actualmente la delegada provincial de las consejerías de Cultura y Fomento.

Hasta el año 2007, el hospital estuvo habitado por un inquilino, cuya marcha permitió desbloquear nuevos usos para el edificio como el que ahora pretende ofrecerle el Grupo White, con una inversión estimada en unos cinco millones de euros. Es la última oportunidad para salvar este tesoro oculto del casco antiguo, en el que algunos de sus forjados se mantienen a duras penas con puntales colocados en los últimos años.

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El proyecto de White lo convertirá en una residencia de estudiantes de primer nivel –uso que ya se barajó en los años setenta del pasado siglo pero que no llegó a cuajar– que lo llenará de vida y pondrá en valor su arquitectura, llevando el agua y la vegetación a sus patios interiores. Además, para dejar constancia del pasado del lugar, está previsto exponer en vitrinas algunos de los utensilios que todavía se conservaban del pasado hospitalario del recinto.

Durante décadas, cientos de malagueños mejoraron su visión gracias a los cuidados que recibieron en este singular enclave, que ahora vislumbra un futuro más halagüeño de la mano de White, que tiene en marcha varios proyectos de alojamientos turísticos para el Centro que suponen una inversión de más de cien millones de euros. Santo Tomás es una pieza clave en su apuesta por Málaga, a la espera de que las administraciones públicas le den luz verde.

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Inician las obras para cuatro proyectos de apartamentos, pisos de lujo y un hostel

El grupo White es un conjunto de inversores de origen israelí formado por promotores, abogados, empresarios y propietarios de hoteles, que en los últimos años han adquirido casi una veintena de edificios en el Centro de Málaga, asesorados por la consultora Salvago Advisors, para desarrollar proyectos residenciales y de alojamientos turísticos. Además de la residencia de estudiantes en el edificio del antiguo hospital de Santo Tomás, tienen en cartera proyectos que suman 112 apartamentos, tres hostel y dos hoteles. Ya están en marcha 15 apartamentos en un solar de la calle Parras, y 14 en un edificio de la calle Fresca. Asimismo, han empezado las obras para un hostel en la calle Beatas y para la reforma de un edificio de la calle Correo Viejo destinado a viviendas de lujo. «En este tiempo de pandemia, a pesar de que muchos proyectos se han cancelado y otros se han postergado, el grupo White sigue con sus planes, iniciando las obras de las actuaciones que ya cuentan con las licencias, y creando con ello numerosos nuevos puestos de trabajo a corto y medio plazo en una época de inseguridad», ha apuntado Hugo Mathov, responsable de White en Málaga. Los dos proyectos hoteleros se desarrollarán en un edificio de la calle Madre de Dios y en un solar de la calle Trinidad.

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