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El cardenal Carlos Amigo Vallejo disfrutó de un cálido homenaje en Málaga al recibir el Premio Extraordinario Ad Honorem de Humanidades por parte de la ... Asociación Nacional de Legionarios de Honor José Ortega Munilla, que preside el malagueño Francisco Fernández Verni, en un acto celebrado en la capilla del Cristo de la Buena Muerte en Santo Domingo. En la ceremonia, sencilla pero muy emotiva, participó el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, y posteriormente se unió a la misma, en la Casa Diocesana, el obispo Jesús Catalá, quien estaba de visita pastoral y no pudo asistir al acto de entrega.
La Asociación Nacional de Legionarios de Honor, en colaboración con la Fundación Unicaja, patrocinador del mismo, instituyó hace dos años un premio periodístico que en esta edición ha visto aumentada su repercusión al crear el Premio Extraordinario Ad Honorem de Humanidades, que ha sido para el cardenal Amigo Vallejo «por su contribución a la difusión de los valores humanos legionarios. La vinculación de monseñor Amigo con la Confraternidad de Hermandades Españolas y Legionarias, y las ponencias por él pronunciada en sus encuentros, constituyen referencias relevantes y extraordinarias en pro del reconocimiento y divulgación de los mismos valores humanos que constituyen la esencia del 'credo legionario'», según la nota divulgada por el jurado que ha otorgado los premios, que preside el periodista y legionario de honor Pedro Luis Gómez.
El acto contó con la presencia del alcalde, Francisco de la Torre, quien a su vez entregó una medalla de la ciudad como recuerdo, resaltando la gran labor realizada por el cardenal. Igualmente, Francisco Fernández Verni, presidente de la Asociación Nacional de Legionarios de Honor, glosó la figura del homenajeado, al tiempo que resaltó sus cualidades humanas y la entrega a su labor pastoral. La ponencia para tal distinción fue realizada por el académico Francisco José Carrillo Montesinos, quien también se dirigió a los presentes, así como el director espiritual de la Congregación, padre Antonio Jesús Carrasco, quien dio la bienvenida «a Santo Domingo a quien es una figura esencial de la Iglesia española».
El cardenal, en sus palabras de cierre del acto, exaltó su felicidad por el momento que vivía resaltando que «el amor no tiene precio, y no hay mejor sitio para expresarlo que delante del Cristo de la Buena Muerte». «Mi vinculación con La Legión no tiene más que una explicación, que este cuerpo nos ha dado siempre ejemplos extraordinarios de valores como la entrega a los demás, el amor a la patria, el amor a los débiles y su disposición siempre a ayudar a quienes lo necesitan. Con eso está todo explicado», dijo. Finalmente hubo un almuerzo de hermandad en la Casa Diocesana.
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