Halloween va a ser un día terrorífico para los empresarios de la provincia. Pese a ser una fiesta importada, la celebración de la noche de los muertos había ganado una gran relevancia en los últimos años, sobre todo entre los niños y el público más joven, a quienes les gusta especialmente salir disfrazados. La noche del 31 de octubre era una fecha marcada en rojo el calendario de comerciantes y hosteleros, pero la cancelación de las fiestas presenciales y toque de queda van a convertir un día de fiesta en una jornada negra.
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A nivel comercial, los negocios especializados en la venta de disfraces y artículos de fiesta son los que más van a notar esta cancelación, hasta el punto de perder el 90% de las ventas. El empresario Luis Carrasquilla, propietario de la tienda del mismo nombre, una de las más frecuentadas por los malagueños durante estas fechas, recuerda que Halloween es la fiesta más importante del año, no sólo por las ventas a particulares sino por la decoración que suelen adquirir cada año bares de copas y discotecas. «Somos proveedores de todo tipo de fiestas populares y este año lo estamos pasando realmente mal», confiesa. En un año excepcional, este empresario explica que apenas se están vendiendo disfraces para niños, ya que las pocas fiestas que van a organizar se celebrarán en el entorno familiar.
La suspensión de esta fiesta también va a afectar a las tiendas de moda y complementos, ya que si los malagueños no pueden salir por la noche, no tienen la necesidad de renovar su armario. La presidenta de la asociación de comerciantes Centro Histórico, Juanibel Vera, sostiene que «cualquier actividad que se suspenda va en contra de los comercios, ya que al haber menos gente en la calle hay menos ventas». En las actuales circunstancias, «la suspensión de eventos añade un poco más de presión a los comercios».
Al otro lado, los empresarios de discotecas y salas de fiesta también se verán especialmente afectados por las restricciones, ya que ellos solían celebrar concursos y realizaban ofertas especiales en los establecimientos que contaban con un gran tirón entre los jóvenes. El presidente de Málaga Noche, el empresario Juan Rambla, reconoce que Halloween suele ser la tercera noche en importancia del año, sólo por detrás de Fin de Año y del primer sábado de feria. «Es una fiesta que había calado muy bien entre la gente joven, a la que le gusta disfrazarse y salir a pasarlo bien».
Desde el punto de vista económico, Rambla reseña que esta fiesta les ayudaba a llegar a final de año con cierta holgura, ya que la facturación suele caer mucho durante los meses de octubre y noviembre, que es cuando hay menos turismo. En esta ocasión, como llevan cerrados prácticamente desde el mes de marzo, «es otra fiesta más que perdemos y, lo que es peor, sin saber cuándo se podrá volver a trabajar con normalidad».
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De forma similar también lo van a notar los bares y restaurantes, ya que al haber menos público por las calles, y en un horario más vespertino, venderán menos cenas. El presidente de Málaga Hostelería, Javier Frutos, dice, resignado, que se trata de una fiesta más que no van a tener este año. «Esto va a suponer el estoque de muerte para los bares de copas, que estaban tratando de reinventarse», considera.
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