Guiños a la oposición

La pandemia fue la llave. Nunca antes en la historia reciente de esta ciudad (atrás quedó la última crisis del 2008) se había estado en esta lamentable tesitura económica; no por cuestiones financieras o crisis en sectores del tejido productivo, sino por un bicho microscópico, feo y dañino, que parece que ha venido para quedarse una temporada. Ante esta realidad, la altura de miras se imponía y tanto el PP como el PSOE lo vieron. Huelga decir que Ciudadanos, como no lleva la cartera de Economía, no estuvo en la jugada y que todos los encuentros y llamadas fueron estrictamente bilaterales entre los populares y los socialistas. Pues bien, en la actualidad está rodando el Presupuesto 2021, que llegó tarde pero fue bien acogido, tras su aprobación pasado mes de abril. En pleno verano, el concejal de Economía, Carlos Conde, vuelve a abrir la caja de Pandora para intentar cerrar otras cuentas para 2022 consensuadas con la oposición, justamente ahora que la crisis sigue pegando fuerte porque no se ha vuelto a la normalidad de 2019 y que el edil no adscrito Juan Cassá tiene episodios en los que rompe con lo que De la Torre llama «lealtad al pacto de gobierno», del que el asturiano no forma parte, vota a libre albedrío y pone a todo el mundo a trotar.

Lo cierto es que 2022 está a un paso de las municipales de 2023, y negociar con la oposición supondrá tener el doble de cintura, sobre todo porque a vista de las elecciones todos los partidos quieren jugar a diferenciarse de los demás. Así que para que todos ganen o sumen, la negociación deberá ser generosa, lo que se atisba de las primeras consultas con unos y otros. El hecho es que Conde, que no ha perdido el tiempo, hace ya días que mandó sendas cartas a los grupos de la oposición invitándoles a que le hicieran propuestas para poder sumarlas al Presupuesto 2022, del que ya conoce previamente las demandas internas. «La idea es que, una vez que conocemos las necesidades de áreas y distritos, seamos capaces de ver las peticiones que nos hacen desde la oposición para ver si podemos llegar a acuerdos, como el año pasado (con el PSOE) y aprobar las cuentas con un amplio consenso», explicaba Conde a este periódico. La premura cuenta, ya que pide, como muy tarde las propuestas en la segunda semana de agosto.

Adelante Málaga ya presentó sus demandas para las nuevas cuentas el viernes pasado, y su edil Nicolás Sguiglia subrayaba que lo que quieren, con los siete planes municipales que proponen y 35 propuestas por valor de 50 millones de euros, es «una ciudad más justa, más verde y más igualitaria». Si en los Presupuestos 2021 se quedaron fuera de juego, en estos han puesto el turbo, y piden 10 millones de euros más que lo que consiguió acordar el PSOE en 2021, o 70 millones menos de los que ellos mismos demandaron en un principio. Según se mire.

En el carteo que han mantenido el edil de Economía, Carlos Conde, y el portavoz socialista, Dani Pérez, todo muy decimonónico y para que quede acreditado, el popular le demanda al socialista que mande sus propuestas con rapidez, a lo que Pérez le contesta que hay que poner en marcha una comisión de seguimiento de ejecución presupuestaria para saber si los 40 millones que acordaron están librándose o en vías y la efectividad de las medidas propuestas por el PSOE. Como punto de partida, ya se quejaban el fin de semana pasado del bajo nivel de ejecución presupuestaria, indicando además que en vista de lo poco acometido dudan de que se libre este año más del 50% de lo se aprobaron en las cuentas.

Pero aún así esperan la comisión de seguimiento de las cuentas y del acuerdo al que llegaron, y una vez analizado este asunto, harán sus propuestas para 2022, según subrayaba Pérez ayer a esta sección. Conde ve con buenos ojos la citada comisión, pero explica que necesita las propuestas antes de la segunda semana de agosto si se quiere aprobar las cuentas a uno de enero para que tengan recorrido y puedan ser ejecutadas.

Mientras, Pérez requiere una reunión a dos bandas con De la Torre, Conde, su edil socialista Alicia Murillo y él como punto de partida. «Si somos serios hay que testear el grado de ejecución de las propuestas y su efectividad; una vez hecho llegará el momento de proponer otras cuentas». La pelota vuelve al tejado del PP. Negociaciones en mitad de la canícula.