Guía para usar las mascarillas con sentido común

El suministro en las farmacias de la provincia está garantizado, también para los niños; y las grandes cadenas se han sumado a la venta de estos productos que representarán un gasto extra en la economía doméstica

Jueves, 21 de mayo 2020, 01:44

La entrada en vigor de la nueva orden del Ministerio de Sanidad que regula el uso obligatorio de mascarillas para mayores de 6 años cuando no se pueda garantizar la distancia de seguridad de dos metros, tanto en la vía pública como en espacios ... cerrados, representa el último escalón de una discusión que ha ido evolucionando al mismo ritmo que la pandemia. De no considerarse necesarias en un primer momento salvo en el caso de personas que tuvieran síntomas hasta la extensión de su carácter obligatorio para toda la población a partir de hoy –a excepción de los niños de hasta 6 años y otras circunstancias específicas–, los cambios de criterios han corrido en paralelo a las dudas sobre tipos, precios, instrucciones de uso o lugares en los que adquirir mascarillas.

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Con la nueva normativa en la mano, desde hoy jueves esta barrera de protección será un elemento indispensable para unos 45 millones de personas y recomendable en más de un millón (los menores de 3 a 5 años) a la hora de salir a la calle. En este escenario, las dudas más frecuentes y otras nuevas vuelven a la primera línea. ¿Cuáles son las diferencias entre una mascarilla higiénica, una quirúrgica y una de tipo FPP2?, ¿existe suficiente stock?, ¿hasta qué punto son reutilizables?; y sobre todo: ¿qué gasto va a representar en la economía doméstica este nuevo producto?

Las respuestas la aportan los farmacéuticos Francisco Florido y Diego Rodríguez Aylón, presidente y secretario del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Málaga, respectivamente. El primer recordatorio lo emite el máximo representante del colectivo profesional al insistir en dos cuestiones básicas: «La primera es que es el momento de la responsabilidad individual; y en segundo lugar que hay que aplicar, siempre, el sentido común». O lo que es lo mismo: no existe un único criterio a la hora de definir usos y recomendaciones, de modo que «dependiendo de las circunstancias» habrá que actuar de una u otra manera.

La reflexión sirve para entrar de lleno en varias cuestiones que muchos ciudadanos se replantean con motivo del nuevo uso obligatorio de la mascarilla: ¿cuánto tiempo protegen?, ¿cuáles son reutilizables? De partida, Rodríguez Aylón echa por tierra esa creencia compartida de que una mascarilla higiénica «es peor» que una de tipo quirúrgico: «Son iguales en cuanto a estándares; la única diferencia que existe entre ellas es la categorización, ya que una quirúrgica está catalogada como producto sanitario y las higiénicas no». Esta diferencia permite, por ejemplo, que las higiénicas sean «más fácilmente importables», de ahí la proliferación de este tipo de barrera en las últimas semanas, ya sea en farmacias como en supermercados o en otro tipo de establecimientos comerciales. «Eso sí, tienen que responder a los criterios de seguridad», constata el farmacéutico para terminar de disipar dudas. Así las cosas, tanto las higiénicas como las quirúrgicas son una barrera protectora con respecto a la persona que está en frente; mientras que las mascarillas de filtro tipo FPP2 garantizan esa protección en un doble sentido (también para el que la lleva). Sobre los tiempos de uso, las dos primeras son eficaces entre cuatro y seis horas, mientras que las de filtro aguantan hasta ocho horas.

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Dependiendo de uno u otro tipo, así también habrá que aplicar el criterio para su reutilización. Eso sí, Florido aclara otra cuestión básica: «En el caso de las higiénicas se tiene que especificar en la etiqueta que son reutilizables y en ese caso cómo lavarlas, porque no todas lo son; mientras que las quirúrgicas sí son de un solo uso». De nuevo, el presidente de los farmacéuticos apela a la sensatez para mantener el equilibrio entre seguridad y uso racional: «Si sólo salgo a comprar el pan cinco minutos y no hay un contacto prolongado la puedo dejar aireando en casa y volver usarla al día siguiente. En cambio, si voy a un sitio concurrido como una terraza o a un hospital aunque sólo sean cinco minutos, hay que desecharla». «Y si vas a estar todo el día trabajando con ella, también», añade Rodríguez Ayllón ampliando el mismo criterio a las FPP2. Caso diferente es el de los niños: «A ellos les molesta más, se la toquetean mucho y se la quitan, de modo que en ese caso es mejor desechar la mascarilla después de cada uso», aclara Florido.

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Hay disponibilidad

Sobre la disponibilidad en las farmacias, también un mensaje claro (y tranquilizador): «Por el momento el suministro está garantizado», destaca el presidente del colectivo profesional al hablar de higiénicas, quirúrgicas y de tipo FPP2. «También para los niños», añade el secretario, aunque matizando en este caso que si bien «no hay un mercado específico para los niños sí existen varios tamaños en el caso de las quirúrgicas que se pueden adaptar bien». También aclara Rodríguez Ayllón que las mascarillas de colores o con motivos estampados son fiables «siempre que se ajusten a los estándares de seguridad». Y las caseras, añade Florido, «son mejor que no llevar nada, pero ojo con algunos consejos que son una barbaridad».

Con respecto a los precios, hay que recordar que hace unas semanas el Ministerio de Sanidad acordó regular el precio máximo de las mascarillas quirúrgicas a 0,96 euros; quedando fuera de este marco normativo las higiénicas y las de filtro FPP2 –el precio de estas últimas oscila entre los 3,5 y los 7 euros. Aun así, el secretario de los farmacéuticos constata que a día de hoy las boticas de la provincia también surten mascarillas higiénicas a ese precio previamente establecido por las autoridades.

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Las grandes cadenas de supermercados como Carrefour, Lidl, Dia o Mercadona también han comenzado a ofertar entre sus productos mascarillas en packs de 10 o de 50 unidades a precios entre los 60 y los 89 céntimos la unidad; y que en la mayoría de los casos no son reutilizables.

A la hora de hacer cuentas, una persona que salga a la calle a diario (por ejemplo a trabajar) y que necesite una mascarilla al día tendrá que desembolsar entre 18 y 28,80 euros al mes para cumplir con la nueva normativa; multiplicando esa cantidad por cada uno de los miembros de la familia que habitualmente salgan de casa y estén fuera por un tiempo prolongado. La cuenta se dispara si la opción es una FPP2; pero –de media– en un hogar con cuatro personas, la nueva orden de Sanidad supondrá un gasto extraordinario de entre 72 y 115 euros.

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