El Guadalmedina se lava la cara... por elecciones

Sobre la mesa está el Plan Especial del Guadalmedina, que entre otras medidas incluye los llamados 'puentes-plaza', el embovedado parcial del cauce entre el puente de Armiñán y el de la Aurora y el soterramiento del tráfico en las avenidas de Fátima y la Rosaleda. Una apuesta que está condicionada por los años de tramitación que aún le quedarían por delante, la importante inversión que requeriría porque los costes se estiman en más de 200 millones de euros y, ahora que la cita con las urnas está a la vuelta de la esquina, también queda supeditada a la configuración del nuevo gobierno municipal.

Mientras tanto, el que sí que va cogiendo color es el lavado de cara y acicalamiento del último tramo del río iniciado a mediados del pasado mes de marzo para convertirlo en una zona verde y ajardinada, unas tareas que se completarán con la rehabilitación y pintura de los muros del Pasillo de Guimbarda.

Los trabajos en el cauce, que abarcan desde el puente de la Aurora hasta el Centro de Arte Contemporáneo (CAC), coinciden también con la fase final de instalación del nuevo puente, que ya está prácticamente listo a falta de que se complete la remodelación del acerado del Pasillo del Matadero.

El embellecimiento comenzó con el desbroce completo y la limpieza de toda la zona, así como con la apertura de las zanjas necesarias para instalar un sistema de riego que garantice su conservación. En este sentido, cabe destacar que su mantenimiento dejará de estar en el limbo municipal que lleva inmerso desde hace años porque el cuidado del cauce no formaba parte ni de las tareas diarias de Limasam (salvo actuaciones puntuales) ni de las encomendadas a las empresas adjudicatarias de los servicios de zonas verdes de la capital. A partir de ahora, será responsabilidad del Área de Parques y Jardines. Porque ahora sí que empieza a parecerse a una zona verde con plantas de floración estacional, árboles y las citadas trepadoras con las que se persigue tapar el hormigón y las pintadas de los muros. Más verde y menos gris.

Así, además de las distintas especies de floración estacional con las que se persigue configurar una especie de pradera, la propuesta impulsada por la Oficina Municipal de Infraestructuras y Proyectos que coordina Pablo Otaola también incluye la creación de dos hileras de árboles que ya están siendo plantados a ambos márgenes y con una separación de unos 20 metros con una longitud total de 300 metros cada una, de forma que serán unos 64 ejemplares. ¿De qué especies? La selección apunta a árboles de crecimiento relativamente rápido y con copas grandes, vistosas y coloridas en cuanto a floración como jacarandas, acacias, framboyanes, mimosas, sóforas y paulonias.

En paralelo, también se emplearán entre 3.000 y 4.000 ejemplares de planta trepadora a lo largo de los cerca de mil metros de muros. Finalmente, se instalará un nuevo sistema de riego y de un sistema sectorizado para poder refrescar todas las zonas.

Mientras los trabajos sobre el cauce siguen su curso, durante las dos próximas semanas también se interviene en el falso túnel del Pasillo de Guimbarda, donde se cortará el carril izquierdo para el desmontaje de los paños de pavés del muro que linda con la margen derecha del río y su posterior cerramiento con un panelado tipo 'sandwich' como pasos previos a la rehabilitación y pintura de todo el tramo entre los puentes de la Aurora y Tetuán.