Málaga
El gran problema de las toallitas: los malagueños aún tiramos más de 2.000 toneladas al año al WC

Emasa llama a la colaboración ciudadana para un problema de gran calado ambiental y que ocasiona averías y atascos en la red de saneamiento y depuración. Las cifras apenas han bajado en 700 toneladas desde 2018

Chus Heredia

Domingo, 24 de marzo 2024, 14:38

Bajan las cifras de manera discreta, pero las toallitas higiénicas siguen siendo un gran quebradero de cabeza para el Ayuntamiento de Málaga. Por más que en los etiquetados aparezca el término biodegradable, estos elementos higiénicos de uso cotidiano no lo son. Tardan en muchos casos ... 600 años en desaparecer y, aunque se deshagan en primera instancia, se reagrupan y lían ocasionando graves problemas ambientales y atascos en los sistemas de depuración y saneamiento. Son, de hecho, más parecidas al plástico que al papel. Los datos facilitados por Emasa, la empresa de aguas de Málaga capital, revelan que durante 2023 se rescataron 2.300 toneladas de residuos sólidos que habían sido arrojados por el inodoro: toallitas en su mayor parte. La bajada, a pesar de todos los esfuerzos, es de apenas 700 toneladas desde 2018.

El paisaje desagradable es también habitual en las playas, especialmente del Oeste de la ciudad, en momentos de temporales y lluvias. Es, por lo tanto, un grave error arrojarlas por el WC, al que sólo debe tirarse el papel higiénico.

La red de saneamiento se compone de colectores, tuberías, depuradoras, bombeos... En todo este entramado se producen atascos y costes para las arcas públicas. Hace cinco años, Emasa acometió unas obras por más de 600.000 euros para tratar de minimizar el impacto de estos residuos, que pueden ser de muchos tipos: toallitas para la higiene del bebé; limpiagafas; hidrogel para manos; limpieza de cuero, cristales, salpicaderos, desmaquillantes... Otros elementos de gran impacto son los bastoncillos, preservativos

Además de las inversiones en limpieza, la empresa de aguas ha puesto en marcha numerosas campañas, la última el pasado verano. A través de un comunicado, ha vuelto este domingo a llamar a la colaboración ciudadana.

Las cifras del problema

Durante todo 2023, el Ayuntamiento retiró 2.341 toneladas de residuos sólidos procedentes de las aguas residuales de la capital, lo que supone un 1,2% menos respecto a las 2.368 toneladas recogidas en 2022. Son datos que han ido mejorando. En 2018, eran 3.056 toneladas, que bajaron a 2.973 y a 2.490 en años sucesivos. Pero sigue siendo muchísimo.

Del total de estos desechos, el 49.73% se extrajo en las limpiezas periódicas de la red de saneamiento municipal; un 39,87% quedó retenido en los sistemas de tamizado de las estaciones depuradoras de aguas residuales (EDAR) Guadalhorce y Peñón del Cuervo, y un 10,40% se evacuó desde las estaciones de bombeo de aguas residuales (EBAR) operativas en la ciudad que están dotadas de sistemas de retirada de residuos sólidos.

En cuanto a los datos de las dos depuradoras, destacan las 874 toneladas de residuos que llegaron a la EDAR Guadalhorce, frente a las 697 del ejercicio anterior; mientras que de la estación de Peñón del Cuerpo fueron retiradas otras 60 toneladas de desechos, frente a las 99 contabilizadas en 2022.

Para tratar de reducir estos problemas, Emasa ha instalado en los últimos años más tamices en las estaciones de bombeo para retirar la máxima cantidad posible de residuos antes de que lleguen a las depuradoras y minimizar los daños que causan a instalaciones y procesos. Además, tiene en marcha un plan para la instalación de sistemas de desbaste en los puntos de alivio por tormenta, para minimizar las incidencias.

En este sentido, el Ayuntamiento también viene lanzando continuamente mensajes de sensibilización a la ciudadanía, como la campaña '¡Las toallitas, a la papelera siempre!' activa desde el pasado verano inspirada en la imagen de Chiquito de la Calzada.

Desde el Área de Sostenibilidad Medioambiental también se llevan a cabo acciones de concienciación a través de los centros escolares y universitarios, con asociaciones de vecinos y colectivos que se complementan con visitas a las depuradoras. y distribuidores de toallitas para atajar este problema medioambiental.