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Con solo 14 años, Javier González de Lara, nacido en Málaga en 1963, tuvo su bautizo de fuego como hombre de trono bajo el manto de la Virgen de la Paloma. Una experiencia que lo curtió. Después siguió unido a los varales durante mucho tiempo. ... Ahora tiene ante sí el reto de pronunciar, el próximo 28 de marzo, el pregón de la Semana Santa de Málaga. Abogado, cofrade y presidente de la Confederación de Empresarios de Andalucía (CEA) y de Málaga (CEM), en esta entrevista dice que la Semana Santa es la gran empresa colectiva de Málaga. Vinculado en especial a la Hermandad del Monte Calvario, asegura que la Semana Mayor malagueña está por encima de todos los que la componen.
–¿De qué forma se enteró de su nombramiento de pregonero?
–El presidente de la Agrupación, Pablo Atencia, me llamó por teléfono esta semana, quedamos para vernos y me lo planteó, porque lo quería proponer a su junta de gobierno. Fue algo imprevisto para mí; no podía imaginar que la reunión que quería tener conmigo era para ese asunto.
–¿Se lo pensó antes de aceptar la propuesta de Pablo Atencia?
–Dije que sí de manera inmediata, pero la sorpresa fue mayúscula. Le hice ver a Pablo Atencia que seguro que había muchas personas más preparadas y cualificadas que yo. Podría haberle pedido tiempo para reflexionar, pero como tengo unas convicciones religiosas sólidas y una visión de lo que debe ser el servicio a los demás, no podía decir que no. Además, es un regalo inmerecido, una oportunidad para dar un testimonio de fe y poder aportar un granito de arena importante a nuestra Semana Mayor. Es un orgullo, algo abrumador y a la vez tremendamente ilusionante. Hay pocas cosas más hermosas que ser pregonero de la Semana Santa de Málaga.
–¿Cómo está viviendo estos primeros días? ¿Le ha llamado mucha gente para felicitarlo?
–Lo estoy viviendo con una intensidad muy grande. Estoy agradecidísimo a Pablo Atencia y a toda la Agrupación por la confianza depositada en mí. Me encuentro sorprendido y muy agradecido a tantas personas que me están mandando mensajes. Estoy abrumado y en deuda con todos. Me han llamado pregoneros de años anteriores: Paloma Saborido, Santi Souvirón y Coco Jurado, entre otros. Para mí, es un patrimonio tener el apoyo de tan excelentes personas. Me gustaría que fuera un pregón que contara con muchas ayudas y que me permitiera enriquecerme personalmente con las aportaciones y los consejos.
–¿Va a tener en cuenta, por tanto, las sugerencias que le hagan?
–Por supuesto. Quiero hacer un pregón coral, pero no en la exposición, sino en la ayuda. Lo digo con la máxima humildad: necesito ayuda de gente que está haciendo una gran labor en sus hermandades. En un pregón, la experiencia personal es importante, pero no decisiva; es más relevante transmitir lo que simboliza la Semana Santa desde una raíz cristiana muy profunda, primero, y después reflejar una mezcla de emociones, pasión y contradicciones, sin olvidar las visiones artísticas, culturales, empresariales y turísticas. Hay muchas Semanas Santas, tantas como personas. Yo la siento desde mi raíz cristiana y quiero dar un testimonio de fe. ¡Qué duda cabe que todas son asumibles y respetables! En definitiva, la nuestra es una Semana Santa plural y abierta a todos. Yo estoy abierto como una esponja a percibir y recibir sensaciones y emociones de los demás que enriquezcan las mías.
–Aunque ya está dando algunas pinceladas:¿cómo le gustaría que fuese su pregón?
–Me gustaría que fuese un pregón que aportase un granito de arena a nuestra Semana Santa. Querría que fuese diferente, porque puede tener elementos diferentes, pero nada más. No creo que vaya a inventar la pólvora. La Semana Santa trasciende a las personas, está por encima del pregonero, del presidente de la Agrupación de Cofradías, de los hermanos mayores y está por encima de todos los que la componemos. Esto es una tarea colectiva. Y doy una pista: la Semana Santa es una gran empresa.
–¿Cree que es compatible la parte religiosa con los ámbitos empresariales y turísticos de la Semana Santa de Málaga?
–Absolutamente, porque estamos hablando de algo muy importante: la función social de la empresa. La Semana Santa es una manifestación de sentimientos, de emociones y de creencias religiosas. Hay miles de empresarios y autónomos, anónimos en su mayoría, que están muy vinculados a un fenómeno que se entronca en la propia función social de su empresa. Quiero poner en valor cómo la empresa se vincula con las raíces religiosas y también con la raíz social. La empresa no puede ser ajena a la sociedad, tiene que estar imbricada en las raíces sociales.
–O sea, que esa función social de la empresa estará en su pregón.
–Quiero desarrollar el vínculo entre la empresa, dentro de su función social, y la labor extraordinaria que hacen las cofradías y hermandades y, por supuesto, lo que simboliza la Semana Santa. La Semana Santa, que no es un negocio, es una gran empresa colectiva y social que trasciende a la propia ciudad y le da un sello singular. Es relevante la implicación de tantos empresarios en las juntas de gobierno, en la Agrupación, en el impulso de iniciativas de las hermandades y en las obras sociales cofrades. Y lo han hecho desde la humildad y con discreción.
–¿Es consciente de la responsabilidad que supone salir el escenario del Teatro Cervantes a exaltar la Semana Santa de Málaga?
–Es un trance que hay que pasar. Lo que hay que ser es sincero y coherente con uno mismo. Voy a intentar ser yo mismo, porque así pondré transmitir las vivencias intensas que he tenido en las hermandades. Nunca me he despegado de la Semana Santa de Málaga; la llevo en el corazón y la disfruto como el que más. Me siento orgulloso de ser empresario, presidente de una institución y de decir con orgullo que creo que nunca un empresario ha dado el pregón de la Semana Santa de Málaga. Por eso, expreso mi gratitud
–¿Qué le parece el nuevo recorrido oficial de las cofradías?
–Creo que hay que innovar y no tenerle miedo al futuro. La Agrupación ha hecho lo posible por tener presentes todas las sensibilidades. Para mí, ha sido un paso adelante valiente que habrá que ajustar en las cuestiones que necesiten matices. Todo es mejorable. Hay que terminar las cosas que se empiezan. Aunque no me lo ha preguntado, se lo digo: hay que acabar la Catedral. Los empresarios llevamos en el ADN la palabra innovación. ¿Por qué la Semana Santa, que es la gran empresa de Málaga, no va a cambiar? Se tiene que adaptar a los nuevos tiempo. Eso sí, con consenso, escuchando a todo el mundo y corrigiendo los errores que haya.
–¿Cuándo piensa ponerse a escribir el pregón?
–En primer lugar, deseo empaparme de consejos y opiniones de personas que se han ofrecido a ayudarme. Necesito tiempo para pensar y para exponer mis ideas. Esto es un gran dragón que hay que poner sobre la mesa para trabajarlo, dominarlo y, sobre todo, disfrutarlo, porque eso me hará crecer como persona. Mi intención es que el pregón esté terminado cuando llegue la cuaresma.
–¿Qué representa para usted la Semana Santa de Málaga?
–Representa mis raíces, mi compromiso con la ciudad, el orgullo de ser malagueño e, insisto en la idea, representa la gran empresa colectiva de Málaga. Todos tenemos un papel en ella. Cada vez funciona mejor la empresa. Cuando viene gente de fuera no da crédito a lo que ve, se queda atrapada, admirada, recibe un chute de emociones. En una semana todo confluye y somos capaces de dar lo mejor de nosotros.
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