¿Está el gerente de Smassa en la cuerda floja en el Ayuntamiento de Málaga?

Estos son tres ejemplos sencillos de que De la Torre cuando lo tiene claro defiende a los suyos. Por eso, llama poderosamente la atención que no lo haga con el gerente de Smassa, Manolo Díaz, del que en primer término, cuando saltó la nueva investigación en la empresa, por presunta falsedad documental (en el juzgado número 7 de instrucción de Málaga) eludió decir si mantenía la confianza en él en una rueda de prensa, en la que se hizo un vacío con la pregunta.

Tampoco ha salvado al gerente su jefa directa, la concejala de Movilidad, Trinidad Hernández, en la comparecencia en la comisión del área que le requería la oposición para aclarar las irregularidades. Se limitó a decir que «los delitos penales son personales» refiriéndose a Manolo Díaz cuando el PSOE indicaba que «el fiscal había abierto diligencias de investigación (esta vez es anterior, en el juzgado número 3 de Málaga) »por acoso laboral, prevaricación, falsedad y administración desleal«. Hernández iba incluso más allá y afirmaba que el Ayuntamiento de Málaga no está personado en ese procedimiento y respecto al gerente no dudaba en decir lo siguiente: »Él tendrá que defenderse como corresponde«.

Estas declaraciones no parecen exactamente un cierre de filas alrededor del gerente, sino más bien es un sálvese quien pueda, y entre los que lo tienen difícil para salvarse está Díaz.

La inquietud se palpa en el equipo de gobierno del PP, y en la propia empresa, en la que el devenir de los acontecimientos tiene a los empleados nerviosos. La concejala respaldaba, sin embargo, al personal de la empresa cuando se le preguntaba el pasado viernes si iba a haber más renuncias como la del exjefe de Obras, Alejandro Donaire, que se marchó cuando saltaron a la palestra las irregularidades reconocidas en el parking de Echeverría del Palo (Pío Baroja). «Quiero dejar fuera al personal. Lo que hay es que mejorar todos los procedimientos, en tema de recursos humanos y de contratación, pero creo que no hay ninguna persona que sea responsable de todo lo que estoy mejorando». Aún así, la concejala indicaba que no sabía si iba a haber «más dimisiones» y cuando se le preguntaba si confiaba en el gerente respondía taxativa: «Yo tengo mi confianza en mí». A buen entendedor, pocas palabras bastan.

Por si fuera poco, la portavoz popular, Elisa Pérez de Siles, tampoco lo respaldaba y tan sólo pedía para él «la presunción de inocencia» en el programa La Alameda, producido por 101tv y SUR, aunque reiteró que se trata de «cuestiones administrativas, no de corruptelas».

En política siempre es difícil acertar por los virajes del último momento, por las conversaciones fraternales entre antiguos amigos, y por otras cuestiones que se pueden escapar, pero que ante la galería no hayan dicho todavía de Manolo Díaz que es un gerente ejemplar es una malísima señal. No se le defiende y se le va dejando caer poco a poco.

Como muestra un botón. El gerente está en el alambre en esta ocasión, y no anteriormente cuando la jefa técnica, Trinidad Rodríguez, le denunció por acoso laboral. La empleada que dijo en la sesión plenaria que en la empresa le urgían a hacer cosas que la hubieran llevado a la cárcel. Ahí, al ser preguntado De la Torre (octubre de 2022) sobre el responsable de la sociedad municipal de aparcamientos decía sin ambages: «Tengo la seguridad del trabajo correctísimo y profesional del gerente».

Hoy se celebra el pleno extraordinario que forzó el PSOE para abordar las irregularidades de la empresa. En él, lo más llamativo es que los socialistas han pedido una comparecencia del alcalde, que podría perfectamente delegar en la concejala de Movilidad, y que es lo que viene haciendo, aunque convendría que diese cuentas de una sociedad en la que él es el presidente del consejo de administración.

Los socialistas llevan una moción para pedir más controles e información de Smassa, y el PP, en una iniciativa propia, loará el trabajo de la empresa desde que la cogieron en el año 1995. Deberían, además, explicar el expediente de información reservada. No se puede hablar tanto de irregularidades, reconocerlas y decir que se van a subsanar, pero no dar cuenta de ellas. La transparencia y el derecho a la información que tienen los ciudadanos lo exigen.