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Iba para médico, pero al acabar el Bachillerato pensó que Derecho le ampliaría las opciones laborales. Opositar estaba entre ellas, aunque no barajó la posibilidad ... de ser registradora hasta cuarto de carrera, cuando cursó Derecho Hipotecario y creyó haber encontrado la horma de su zapato. En aquel momento, María Dolores García Martín (Málaga,1981) no se planteó si Registro era un oficio de hombres o de mujeres, o si por ser de un sexo u otro podría influir en el acceso a la función pública. «Si algo bueno tienen las oposiciones es que te igualan. Las condiciones son las mismas para todos para llegar al mismo sitio. El tribunal no te valora por ser hombre o mujer, sino por el conocimiento que demuestras a partir de un baremo objetivo», explica María.
Con 27 años ya ejercía en su primer destino en el municipio pacense de Llerena. Allí encontró colaboración, pero también un trato paternalista y una sobreprotección que duda en achacar si a su juventud o a su condición femenina. «Nunca me sentí ofendida, pero sí me trataban con una condescendencia que creo que de haber sido hombre nunca lo hubieran hecho», subraya.
Después de aquel destino daría el salto a la capital, donde hoy es la registradora de la propiedad de Málaga (número 13). En total, hay 17 registradores, aunque solo tres mujeres, una de ellas es María.
En la actualidad, también es la delegada provincial de los registradores de Málaga. «Cada vez hay más mujeres con cargos colegiales, pero yo reconozco que me costó aceptarlo, porque tengo tres hijos pequeños que requieren tiempo. En este sentido, creo que ellos aceptan cargos, o no, en función de si lo quieren, pero en el caso de las mujeres entran otras muchas consideraciones».
En su día a día se siente valorada y reconocida por sus compañeros, que ocasionalmente han visto con nitidez lo que María ha restado importancia. «Si hubieras sido hombre, no te habrían dicho eso», le han comentado tras asistir a la escena con algún ciudadano.
En este sentido, asegura que aún hay que dar pasos hacia la igualdad real en la sociedad, «pero estamos en el camino», apunta. «A veces es complicado encontrar a una mujer para que participe en actividades paralelas a la función estrictamente laboral porque carecen de tiempo. Depende de nosotras que eso cambie; debemos dejar de ponernos nosotras mismas los obstáculos». Mi madre siempre ha sido mi ejemplo a seguir: trabajadora, con puesto de responsabilidad y nunca me falló. Siempre es bueno tener un referente cerca para darnos cuenta de lo que las mujeres somos capaces de hacer».
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