Francis Salado posa para la entrevista en la redacción de SUR. Daniel Maldonado

La entrevista más personal

Francis Salado: «Me obligaron a estudiar; si no, habría terminado de cabrero como mi padre»

«He ordeñado muchas cabras y he quitado mucha porquería de los corrales que tenía mi padre», afirma el presidente de la Diputación y alcalde de Rincón de la Victoria

Javier Recio

Málaga

Domingo, 26 de febrero 2023, 00:24

Muy buenas, Francis. Ya le digo que no vamos a hablar ni de la Diputación, ni de la Alcaldía de Rincón. Pretendemos conocerlo un poquito más como persona.

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–Los políticos somos personas. ... –Pues por eso. ¿Quién es Francis Salado? ¿Cuándo nace Francis Salado?

–Francis Salado es un chico que se crió en un pueblo del interior de la provincia, como Benagalbón, y que siempre ha sido una persona muy normal, que desde siempre tiene sus mismos amigos, sus mismas costumbres. Y Francis Salado pues es una persona que le gusta mucho estar con la familia, con sus amigos y disfrutar de ese ambiente.

–¿En qué año nació usted? ¿Cuántos años tiene usted?

–Yo nací el 11 de marzo del 65, así que dentro de nada voy a cumplir 58 años, que fue un día fatídico para la historia de España. No el día en que nací, sino el 11-M de los atentados de Madrid, porque fue algo trágico para toda España, para muchas familias.

–¿Tiene usted hermanos?

–Sí. Yo soy el segundo de tres hermanos. Primero va Fabiola, que tiene tres años más que yo. Luego voy yo y luego mi hermano Juanbau, que tiene seis años menos que yo.

–¿Ellos se dedican a la política?

–Juanbau es arqueólogo, es un apasionado de la historia y de la arqueología, y actualmente es el director del Museo de la Historia de Nerja. Y mi hermana durante mucho tiempo tuvo una floristería y la crisis se la llevó.

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–¿Sus padres viven?

–Sí, mis padres, afortunadamente, viven. Mi padre va a cumplir 86 años. Y mi madre, 80. Viven en Benagalbón. Mi familia siempre ha sido una familia muy humilde.

–¿A qué se dedicaba su padre?

–Ha sido cabrero. Siempre se ha dedicado al campo. Unas veces tenía cabras, otras ovejas. Y cuando salió un poquito mejor la coyuntura ganó dinero vendiendo sus cabras.

–¿Cuántas cabras tenía?

–Llegó un momento que tuvo mil. Donde está ahora el Carrefour Los Patios tenía unos corrales. Por eso muchas veces valoro la vida del campo, porque yo veía a mi padre que no tenía vacaciones, que la cabra había que ordeñarla todos los días. Antes era manual, tenía un cabrero contratado y se tiraba toda la noche.

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–¿Ha llegado usted a ordeñar alguna?

–Sí, sí. Y barrer corrales. Porque cuando venía la temporada de los chivos o de los corderos, que normalmente es siempre la época de Navidad, alguien tenía que ayudarle a limpiar los corrales. Los corrales se limpiaban con una escoba de retama, así unida, para quitar la porquería acumularla. Y luego venía un camión y se llevaba el estiércol. Y eso lo he hecho muchísimas veces con mi padre. Luego mi padre compró una carnicería en el mercado de Huelin. Cuando se inauguró el mercado, mi padre la compró y la carnicería le fue bastante bien. Echaba una mano en la carnicería los fines de semana. Mi madre también ayudaba a mi padre en la carnicería.

–¿Están bien de salud?

–Bueno, mi padre, el pobre, está pasando una mala etapa. Ha tenido un cáncer de páncreas recientemente. Fue operado, ha salido bien. Mi padre es un hombre del campo que está hecho de otra pasta con 86 años. Mi padre, antes del cáncer, tenía cuatro caballos. En verano se dedicaba con una hoz a ir por el campo a segar la hierba para llevársela a sus caballos, y cogiendo algarrobas, que ahora están carísimas, a dos euros el kilo, por cierto. Pero ahí está, ahora con la quimio y está pasando momentos complicados. Y mi madre tiene un problema de una fisura de pelvis y va con un andador, pero afortunadamente podemos seguir disfrutando de ellos y dándonos mucho cariño.

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«Soy un médico frustrado. Quería estudiar Medicina, pero no me dio la nota para entrar»

«Soy un político profesional. Aspiro a jubilarme estando en política»

–Me alegro y ojalá que vaya todo muy bien. ¿Siempre he vivido en Benagalbón en su infancia o se vino para Málaga?

–He tenido mi etapa en Málaga capital. Cuando mi padre compró la carnicería, ya en Huelin, yo estaba en 4.º de lo que es la antigua EGB, pues nos vinimos a vivir a Málaga.

–¿A qué zona se fue?

–A Miraflores de los Ángeles. Yo he estudiado en Gibraljaire, desde 4.º hasta 8.º, en ese barrio. Nos fuimos a vivir a Miraflores, a un piso que le prestó mi tío, porque no teníamos vivienda aquí. Él era guardia civil y estaba destinado fuera de la provincia de Málaga y le dejó el piso y estuvimos allí viviendo cuatro o cinco años. Después mi padre compró un piso donde está la Clínica El Ángel. En Portada Alta. Recuerdo que allí estaban todavía las chabolas de la calle Castilla. Y lo que son las cosas, la calle paralela donde compró la casa se llamaba Benagalbón. En esa etapa estudié en el Santa Rosa de Lima, desde primero de bachillerato hasta COU.

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–¿Era usted buen estudiante o regular?

–Bueno, no era muy bueno ni muy malo. Yo siempre he ido aprobando todo. Hice el bachillerato de ciencias, por lo que en biología y otras materias de ciencias sacaba buenas notas, notable, sobresaliente.

«No me atrevería a ser el alcalde de Málaga. No creo que con sesenta y tantos años tenga la fuerza y la dedicación que necesita la capital»

«Tengo 17.000 euros en acciones del Santander y unos 8.000 euros en el banco»

–Sin embargo, estudió Derecho…

–Yo soy un médico frustrado. Me hubiese gustado hacer Medicina. Lo que pasó es que no saqué la nota suficiente. Entonces me metí en Biología. No me gustó, no me enganchó y lo dejé. Entonces me metí en Derecho, que vi que tenía más salidas profesionales y al final terminé la carrera. Monté mi despacho, que se llamaba FyF Salado, porque lo monté con un primo mío que era graduado social. Él se llama Fernando.

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–¿Cuánto tiempo ejerció?

–Estuve con el despacho cuatro años.

–¿Y cuándo le llamó la política?

–En el año 91. Fue mi tío el que me introdujo en la política cuando estaba en el PP de Rincón José María Gómez. Mi primer puesto fue en el año 91 como concejal en la oposición, porque ganó el Partido Socialista. En el 95 ya tuve mi primer cargo de gobierno, que entré como concejal de Cultura, Fiestas, Deportes.

–¿Y en asuntos amorosos?

–No me ha ido mal, pero yo he sido una persona muy seria a la hora de salir con una chica. Yo veía a algunos amigos que eran muy ligones, pero yo cuando salía con una chica, porque me gustaba de verdad, siempre estaba con ella. Tuve una novia con la que estuve casi nueve años de novios. Yo con 16 años ya tenía mi primera novia…

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–¿Cómo conoció a su mujer?

–A mi mujer la conocí en mi despacho.

–¿Entró como cliente?

–No, no, no, como compañera. Ella es graduado social, también estudió con mi socio, con mi primo Fernando, y estaba en paro. Y me dijo: oye, no te importa que una compañera que estudió conmigo venga aquí a hacer prácticas para ir aprendiendo y adaptándose al mundo laboral. Porque ella estaba trabajando en una cafetería y trabajaba. Dije que no me importaba. Y ahí la conocí. Cuando terminábamos la semana, los viernes nos quedábamos a tomar una cerveza en el Manolillo, en el Rincón.

–Y el roce hace el cariño…

–Pero lo que es el destino, Javi. Cuando empezamos a salir fue el año que por primera vez ganamos las elecciones en el Rincón y fue el día de la toma de posesión, que todavía no estábamos saliendo. Veíamos que había algo entre nosotros, que nos gustábamos. Le dije que se viniera a mi toma de posesión como concejal. De pronto la vi en el salón de plenos, que estaba lleno, y me dio una alegría tremenda. Estuvimos de novios prácticamente nueve meses. Fue una boda rápida.

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–¿Con cuántos años se casó?

–Con 31.

–¿Tienen hijos?

–Tengo tres. Tengo a Marco, que tiene 23 años. Tengo a Natalia, que tiene 18, y a Dani, que es más pequeño, que va a cumplir ahora 17.

–¿Y a qué se dedican?

–Los niños están estudiando. El primero ha terminado Ciencias del Deporte y está opositando porque dice que quiere ser policía nacional y está en la academia preparándose las oposiciones. Aunque sé que quiere ser policía nacional porque le hace ilusión ser GEO. Es muy duro, pero bueno, es su ilusión y quiere seguir la profesión. Aunque bueno, en verano trabaja, se va de socorrista, se va a un gimnasio. La niña está estudiando Medicina y el pequeño está haciendo un módulo de informática de formación profesional, porque no quería hacer el bachillerato. El mayor juega al rugby y es un atleta. La niña le gusta el vóley y el pequeño el fútbol, aunque a mí no me gusta el ambiente de fútbol. Me apasiona el fútbol, pero no el ambiente que hay en las categorías inferiores.

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«En mi casa, el que plancha para toda la familia soy yo»

–¿Cómo lleva eso de que tengan ya novio o novia?

–Pues el mayor no tiene novia, es un friki, le gustan muchísimo los juegos, sale mucho con los amigos. La niña tampoco tiene novio. Eso me dice ella… El pequeño es el ligón de la casa. Cada día me presenta a una distinta y ahora tiene a una chica con la que está saliendo.

–¿Vive en el Rincón?

–Vivo en el Rincón en una urbanización que se llama La Zenaida.

–¿Tiene más propiedades?

–Sí, tengo la que me compré cuando nos casamos en Chilches, en una urbanización que se llama Cortijo del Conde. La tengo alquilada y con eso pago la hipoteca.

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–¿En cuánto la tiene alquilada?

–La tengo alquilada en 600 euros, es un adosado. Me he tirado muchos años sin subirle el alquiler. Ahí está la inquilina, Jéssica, que lo sabe. Casi cinco años sin subir el alquiler. Lo tenía en 500 euros y lleva por lo menos allí 7 u 8 años, y ahora está por 600. Con eso pago la hipoteca, me paga la luz, el agua y eso. Y me queda algo para ahorrar.

–¿Cuánto paga de hipoteca de su casa?

-Estaba pagando 940 euros y con la subida del Euribor, que ya me han hecho la revisión, estoy pagando 1.100.

Salado, durante la entrevista. Daniel Maldonado

–¿Y qué coche tiene usted?

–Tengo un Honda CRV. Un todocamino diesel. Y mi mujer tiene un Toyota híbrido.

–¿Su mujer trabaja?

–Mi mujer trabaja en el Patronato de Recaudación Provincial, en el Rincón de la Victoria. Lleva más de veinte años, entró cuando Pendón era el presidente de la Diputación.

–¿Ha coqueteado alguna vez con las drogas?

–Pues sí. Cuando era jovencillo probé una vez un porro y me puse malísimo. No paré de vomitar y desde esa fecha ya no volví a probarlo. Es que yo no he fumado nunca…

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–Y el alcohol…

–Tomo copas de forma esporádica. Me gusta el tinto, una copita, dos, porque ya la tercera ya…O el verdejo seco. Y si hay que tomar una copa, me gusta whisky solo con hielo y como mucho me tomo dos, porque es que la tercera ya… No sé si será por la edad...

–Me está recordando usted a Juan Espadas, que dice que no se había emborrachado en su vida.

–Cuando era joven íbamos a las ferias de los pueblos del entorno, nos lo pasábamos bomba y claro que hemos cogido colocones. Recuerdo que iba con mis amigos en moto, yo no tenía, y no sé cómo no nos matábamos, pues no había ni que ponerse el casco.

–¿Y cuál es su hobby?

–Yo cada momento que tengo quiero estar con mi familia. Salimos a andar cuando tenemos tiempo por el paseo marítimo del Rincón, por la Senda Litoral del Rincón, que es lo mejor que puede tener actualmente la provincia. Me da tranquilidad, paz. Cuando terminamos de andar nos paramos para tomar un vermut o una cerveza mirando el mar y eso nos relaja mucho. Nos quedamos con mi cuñada y mi mujer. Tiene cuatro hermanas. Con ella son cinco. Me gusta también ver series de Netflix y de Amazon Prime. La última que he visto es 'La chica de nieve'. Me ha gustado, la verdad. Está muy bien, sobre todo por el periódico que sale.

–Eso es lo mejor de la serie, jajaja.

–Pero no ubico el sitio donde está localizado.

–En el antiguo Casa Pedro. Por cierto, ¿hace muchas labores domésticas?

–Es que no me da tiempo, Javi, pero yo soy el que plancho en la casa. La plancha es para mí, porque Merche dice que no le gusta planchar, que no lo hace bien. Entonces de eso me encargo yo. Pero lo que es la cocina se encarga ella. Yo me dedico a hacer la compra muchas veces para quitarle también eso. Viene una chica dos veces a la semana para ayudarnos, pero vamos que el que plancha allí para toda la familia soy yo.

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–¿Tiene mascota?

–No, no. Tuve un perro y ya no volveré nunca más a tener un perro, porque sufrí muchísimo cuando murió. Se llamaba Saga, era una pastor alemán súper cariñosa, súper viva. Es que los animales tienen un instinto y dan la vida por ti. Le entró la enfermedad que le entra a esta raza de perros que le afecta las patas traseras. Estuvimos llorando no sé cuánto tiempo. No estoy dispuesto a sufrir más por eso.

–¿Tiene un seguro privado de salud?

–Yo, no. Mi mujer, sí. Merche fue más previsora que yo. Teníamos muy ajustado los gastos con la hipoteca. Los niños y yo estamos en la pública.

–¿Es usted un hombre ahorrador? ¿Tiene mucho dinero?

–No mucho.

–¿Cuánto tiene?

–Tengo unos 17.000 euros en acciones del Banco Santander que te da un dividendo de 200 y pico de euros cada seis meses y luego tengo 8.000 y pico de euros en el banco en mi cuenta.

–¿Qué libro está leyendo ahora?

–Tengo sobre la mesa el último libro de Mariano Rajoy, 'Política para adultos', que habla de la Transición, del movimiento de Podemos con el 15M y cómo ha cambiado la política al pasar de una política más culta a una política un poco más populista. Y empezó a engancharme, pero lo tengo atascado porque cuando llego de noche me gusta hablar con Merche.

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–Aznar, Rajoy, Casado y Feijóo. ¿Quién le gusta más?

–Juanma.

–Le estaba preguntando por los líderes nacionales.

–Es que Juanma Moreno es un crac de verdad, porque es un político de calle, es una persona que no le cambia la visión que puede tener de su sociedad y su comportamiento por la situación que tiene. Me siento identificado con él. Yo sigo teniendo mis mismos amigos de toda la vida, aunque ninguno de ellos ha estudiado, pero me alegro de verlos enormemente porque he pasado días muy felices con ellos en los pueblos del interior. Antes no había tradición de estudiar, pues en cuanto te hacías un poquito mayor te ibas al campo con tus padres. Yo le tengo que dar las gracias a mis padres, pues me obligaron a estudiar. De no haber sido así hubiese sido cabrero como mi padre o irme a la carnicería. Ese era nuestro destino. En los pueblos les ha pasado a muchos de mi quinta, ninguno ha estudiado, pero todos están trabajando. Uno es carpintero, el otro está en un bar. Otro en la obra…

–¿Quién es su mejor amigo?

–Ignacio Garrido. Y eso que cuando jóvenes pasábamos de llegar a casi meternos un puñetazo a darnos abrazos entrañables. Si se entera que tienes una dificultad te llama y siempre está ahí, defendiéndote a capa y espada en momentos muy complicados que da la política.

–Volvamos a Juanma Moreno, ¿Cree que tiene proyección a nivel nacional?

–Hombre, el tiempo lo marca todo. Ahora toca que sea Alberto Núñez Feijóo. Pero Juanma, cuando cumpla su proyecto político en Andalucía, que todavía le queda muchísimo, puede ser un gran presidente de España.

–¿Cuál es su comida favorita?

–Las lentejas. Me encantan las lentejas. Cada vez más la cuchara. Yo era un niño muy, muy complicado para comer, pero vas cambiando.

–¿Cuál es el viaje que tiene pendiente?

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–Bueno, pues ya lo tenemos contratado. Intento cogerlo en agosto, porque en agosto, aunque turísticamente es cuando más gente hay aquí, es cuando administrativamente más se para la administración. Tenemos ya contratado una casa rural porque me gusta y vamos toda la familia junta, con mis cuñados y todos los hijos. Vamos a ir a Sanxenxo, en Galicia. Casi siempre nos vamos al interior de España para evitar el calor. La playa ya la tenemos a mano todo durante todo el año.

–Lleva en política desde el año 91. Usted no entiende la vida sin política. ¿Tiene dónde ir si mañana deja de ser político?

–Claro que sí. Montar otra vez mi despacho, pero sería muy complicado y difícil. Y muchas veces cuando se dice que hay políticos profesionales es que es así. Al final mi profesión en este momento es la política. Sería difícil que con 58 años tuviera que estudiar ahora toda la legislación y todos los procedimientos. Es como un médico que se tira mucho tiempo en la política y cuando sale se tiene que actualizar, y eso es complicado. No sé si es bueno o malo. Yo creo que personalmente puede ser malo, evidentemente.

–¿Aspira a jubilarse como político?

–Yo creo que sí. Mi idea es jubilarme en la política.

–¿Se plantea estar como el alcalde de Málaga, que sigue en la brecha con 80 años?

–No, no, yo aspiro a tener una jubilación con mi familia. De no ser así, sería entrar en contradicción con lo que ha sido mi vida, pues cada vez que tengo tiempo libre quiero estar con mi familia. Yo aspiro a jubilarme y disfrutar de la jubilación con mi hijos, con mi mujer y si me dan nietos, con mis nietos, porque lo mejor que hay en la vida son tus amigos y tu familia.

–¿Se atrevería a ser alcalde de Málaga o le viene largo?

–Es mucha, mucha responsabilidad. Iría en contradicción con lo que te estoy comentando. Si hubiese una posibilidad de aspirar a alcalde de Málaga sería ya con 60 y tantos años. Y yo no creo que con 60 y tantos años tenga la fuerza y la dedicación que necesita Málaga, como la tiene actualmente el alcalde. El alcalde vive para Málaga y no sé si yo estaría a ese nivel. No me atrevería. No me atrevería.

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