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Hemos hablado en algunas ocasiones de las quejas de muchos residentes de Ciudad Jardín sobre el estado de alguna de sus calles. Y es que la parte norte de la ciudad se siente poco escuchada y olvidada en muchos de sus tramos. A estas denuncias se unen ahora otras en un barrio colindante, Las Flores, en el que hay una característica que resume perfectamente cómo se encuentra la zona: abandonada. Se trata de una cabina de teléfono (sí, todavía quedan algunas) rota, sucia y deteriorada que preside una de las calles principales de la barriada: «Este es el estado en el que se encuentra la cabina, que no entendemos qué hace aún por aquí» se expresaba un lector habitual de SUR en su queja al buzón de entrada de la sección.
Además, la misma supone un peligro para los niños que juegan por la zona, ya que hay cableado a la vista y otros desperfectos que pueden ocasionar heridas al tener formas puntiagudas. Otro problema del que se quejan es la anarquía en la forma de aparcar. Es muy común ver estacionados varios vehículos en las rotondas, algo que dificulta el tráfico y la visibilidad en algunos puntos.
Siguiendo hacia el norte, en el pabellón de Ciudad Jardín hay ciertos actos vandálicos en el mosaico de la entrada, además de otras pintadas cercanas al campo de fútbol de las que ya ha hablado este periódico en alguna otra ocasión. Y, por supuesto, siguen las pintadas negacionistas que, pese a descubrirse el autor, no han sigo borradas desde hace más de dos años: «Estamos hartos de ver estos mensajes en nuestras fachadas y que ninguna administración haga nada por quitarlas».
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