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Cuando empieza a sonar el violín, a Antonio Pozo se le ilumina la cara y acelera el corazón. Antonio, alias Panchurro, acaba de cumplir 91 años y es el fiestero más antiguo de cuantos han participado este martes en la Fiesta Mayor de Verdiales que se ha celebrado en Puerto de la Torre. «Este es el día más especial del año», asegura antes de subirse al escenario del parque Andrés Jiménez Díaz, en donde se ha celebrado por primera vez el encuentro.
Panchurro lleva vinculado al mundo de los verdiales casi desde que tiene uso de razón. Históricamente tocaba los platillos en la panda Santa Catalina, del estilo Montes, pero desde que sufrió una caída hace unos años no ha podido volver a tocarlos porque le duele el brazo y se ha pasado a cantar junto al violín. «Esta fiesta me da un poco de vida; disfruto de los verdiales desde que era pequeño», sostiene.
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Doce pandas de los tres estilos tradicionales (Montes, Almogía y Comares) han participado en la Fiesta Mayor de Verdiales, un evento que ha vuelto a conquistar Málaga y que cumple su 59.º edición. La celebración ha sonado más fuerte que nunca, ya que el año pasado no se pudo celebrar a la forma tradicional por culpa del Covid (sólo se pudo organizar una gala en el teatro Cervantes). Entre todos los participantes se reparten cerca de 5.000 euros en premios, ya que se entregan reconocimientos a mejor fiesta, baile de pareja, baile de trenzaillo, baile de bandera o bajín y mejor cantaor.
El estreno del nuevo parque verdialero contó con un gran ambiente festivo. En esta ocasión, y por exigencias del Covid, todas las pandas debieron actuar con la mascarilla puesta y sobre el escenario principal, techado pero con los laterales abiertos. Pese a ello, el ambiente también se registró en los alrededores del auditorio, en donde los grupos rodearon a las pandas para disfrutar de los ensayos previos.
Entre quienes no querían perderse nada se encontraba Manolo Cisneros, un vecino de la capital que se colocó en las primeras filas de la grada para no perderse un detalle. «Me gusta mucho la fiesta, aunque nunca he participado». Junto a él, Josefa García, se posicionaba en el lado contrario. «Es la primera vez que vengo, y como no me guste, no vuelvo», decía sin tapujos.
Con más cara de asombro se encontraba Miroslav Macovichka y su familia. Pegados a un 'typical' plato de migas, cuatro turistas llegados desde la República Checa trataban de inmiscuirse en el ambiente festivo local. Él, natural de Praga, confesaba que les encanta la ciudad y que es la primera vez que acuden a ver los verdiales, algo que no entienden porque tampoco hablan español. «Queremos conocer todas las cosas típicas; y al verlo en un libro nos hemos decidido a venir», confesaba.
Miroslav y su familia han venido ya en ocho ocasiones a la capital de la Costa del Sol, aunque siempre lo habían hecho en el mes de febrero. «Es la primera vez que venimos en diciembre y hemos aprovechado para venir a la fiesta». Alojados en un hotel del Centro, no dudaron en coger un taxi para plantarse en la parte alta de Puerto de la Torre. «Lo que hemos visto hasta ahora, nos gusta».
Más pegados a la fiesta se encuentra Antonio Gómez, que lleva desde 1987 vinculado a los verdiales y desde hace una década vende souvenirs típicos cada vez que hay una fiesta de estas características. En total ofrecen hasta 25 productos diferentes, desde pines e imanes hasta sombreros o muñecas vestidas a la forma tradicional. «Lo importante es que se siga hablando de esta fiesta y que no se pierda la tradición».
La Fiesta Mayor de Verdiales también la vive con gran intensidad Fede Bandera, el alcalde de la panda La Torre, del estilo Montes, que ha sido la encargada de abrir el concurso este mediodía. Antes de tomar la vara de mando y de comenzar la batalla, reconocía que para ellos «es el día más grande de todo el año». Aunque él solo lleva 14 vinculado a este baile tradicional, reconocía que le ha atrapado de tal forma que es lo que más le gusta del año.
Antes de arrancar el certamen, el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, se congratuló de que la fiesta se haya podido celebrar respetando todas las medidas de seguridad para prevenir el Covid (las mascarillas eran obligatorias y el recinto era abierto). «Me emociona y llena de recuerdos porque siempre los he sentido (los verdiales) como algo tan malagueño y tan nuestro», resumió.
La Fiesta Mayor de Verdiales fue presentada por el periodista Pepelu Ramos y se celebra desde hace más de cincuenta años el 28 de diciembre. Se trata de una manifestación festiva de origen campesino, que consiste en un particular fandango cantado y bailado con el acompañamiento de una orquestina compuesta por un violín, de dos a cuatro guitarras, un pandero, dos o más pares de platillos, varios palillos (castañuelas) y, en algunos de sus estilos, un laúd o una bandurria.
En las actuaciones este conjunto se completa con la figura del alcalde -regidor que enarbolando una varilla (vara de mando) designa al cantaor y autoriza el comienzo y final de la pieza interpretada- y del abanderado, que marcha junto al alcalde al frente del grupo bailando una bandera española, andaluza o malagueña.
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