Algunos empresarios están aprovechando las facilidades que ofrece la ley urbanística andaluza que entró en vigor en 2021 para autorizar actuaciones en suelos rurales con el objetivo de poner en marcha proyectos que, años atrás, no se habrían permitido. Es el caso una empresa con sede en Madrid, la sociedad Valenciana de Promociones Urbanísticas 2000, que ha iniciado ante el Ayuntamiento los trámites para convertir en un hotel rural un cortijo de Los Montes de Málaga que se encuentra en ruinas.
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El Consistorio ha admitido a trámite esta actuación, que consiste en aprovechar lo que queda de la casona, ubicada en el paraje conocido como Cerro de Molina, para recomponerla siguiendo las características propias de la arquitectura de otras construcciones similares que se conservan en Los Montes, cuando la zona tuvo un próspero pasado agrícola y ganadero.
A pesar del deterioro que se observa en los restos de este cortijo, los arquitectos autores del proyecto, el estudio malagueño Del Pino Del Valle, consideran que es factible la reconstrucción para convertir la casona, datada en 1872, en un alojamiento turístico articulado en torno a tres patios con cinco habitaciones, cocina, comedor, zonas comunes y piscina con espacio para tomar el sol. «Los cinco cuerpos de edificación se encuentran en un estado bastante deteriorado, si bien se consideran en su mayor parte recuperables, ya que se aprecia cierta calidad en la construcción, cuyo alto deterioro puede achacarse sin grandes dudas a una situación de abandono muy prolongada en el tiempo», señalan los arquitectos en el proyecto.
«Es importante destacar que la mayor parte de la estructura vertical se encuentra en un estado que parece muy adecuado para su recuperación. Además, en las secciones de muros que han sufrido colapsos parciales podemos constatar que la composición de estos es bastante apropiada desde el punto de vista constructivo y estructural, ya que se trata de muros de piedra de gran sección que tienen grandes cualidades resistentes y de durabilidad», añaden los técnicos, que han presupuestado las obras en más de 1,2 millones de euros.
El proyecto cumple los parámetros urbanísticos exigidos, ya que se encuentra en una finca que suma 155.805 metros cuadrados de los que la construcción únicamente ocupa 1.283 metros cuadrados. El acceso a la parcela y a la casona se realiza a través de la A-7 y la urbanización Pinares de San Antón, desde la que parte un carril por el que puede llegarse hasta el antiguo cortijo.
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Asimismo, la actuación ha previsto ser autosuficiente en cuanto a servicios e infraestructuras. El abastecimiento de agua se hará mediante la perforación de un pozo, el agua caliente se obtendrá por un sistema de aerotermia reforzado con placas solares, la electricidad se recibirá mediante una conexión a la red de distribución en media tensión que discurre por el interior de la parcela, y las aguas residuales se reciclarán para riego de la finca en una depuradora propia.
El plazo de ejecución de las obras, que también contempla actuaciones de reforestación de la zona, es de 22 meses una vez que los promotores recaben la licencia de construcción. Según un estudio económico aportado, este negocio hotelero empezará a dar beneficios a partir del séptimo año desde su apertura.
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