La familia de Gerard Piqué compra el solar del cine Andalucía para construir un hotel de 5 estrellas gran lujo

Con la firma de este acuerdo a tres bandas se cierra una compleja operación que supera los 50 millones de euros ya que incluye, además de la venta del solar, la construcción de esta infraestructura hotelera de lujo. La noticia representa un doble desembarco empresarial en la zona con más proyección urbanística de la capital malagueña: el entorno de la plaza de la Merced y calle Victoria, que concentra el enorme solar de los antiguos cines Astoria y Victoria, y el del cine Andalucía, que con esta última operación comienza a despejar su futuro inmediato tras un proyecto inicial con la cadena hotelera Room Mate.

Ese doble desembarco en Málaga implica, de un lado, al holding empresarial que Gerard Piqué creó en 2009 para diversificar sus inversiones (entre ellas, las inmobiliarias) bajo el paraguas de Kerad Holding. La sociedad, con el padre como presidente y el jugador culé como administrador solidario, tiene por objetivo la «adquisición, tenencia, administración de toda clase de valores mobiliarios, participaciones sociales o cualquier otro título representativo de derechos participativos o de crédito de otras empresas o negocios». De otra parte, con la firma ante notario de esta operación se cierra la llegada a Málaga capital por todo lo alto de Hoteles Meliá, que en la actualidad cuenta con varios establecimientos en la Costa del Sol pero que aún no había logrado liderar un proyecto hotelero en la capital.

Según ha podido saber SUR, la firma ante notario, que se prolongó durante casi toda la jornada por la complejidad de la operación y la cantidad económica que implica (más de 50 millones), contó con la presencia de las tres partes: los hasta ahora propietarios del solar, un apoderado de la familia Piqué y una representación de la cadena hotelera que, una vez construido, se encargará de explotar el inmueble.

¿Será este el último capítulo de la compleja historia reciente de cine Andalucía? El devenir de este enclave del Centro Histórico de Málaga en los últimos veinte años no ha podido dar más giros. En el año 2000, el Ayuntamiento aprobó una modificación del Plan General de Ordenación Urbana para calificar el cine, que todavía funcionaba, como equipamiento público, pero ya en 2003 sus anteriores propietarios presentaron un proyecto para derribarlo y construir un hotel, y llegaron a firmar un convenio urbanístico para ello con el Consistorio en 2004.

Un año más tarde, en 2005, se apagaron para siempre los proyectores del cine, que cerró sus puertas el 16 de febrero de ese año. En 2006, el equipo de gobierno municipal volvió a retomar los trámites para convertirlo en equipamiento público y en 2007 se aprobó su expropiación, pero tres años después el Ayuntamiento dio marcha atrás a ese propósito para poner fin a los pleitos judiciales que se habían iniciado respecto a su precio. Los propietarios pidieron 25 millones de euros y el Consistorio lo valoró en cinco millones.

Pero a la película del cine Andalucía todavía le faltaba una escena de tragedia, y esa sucedió el 15 de marzo de 2014, cuando un incendio devoró su interior y tuvo que llevarse a cabo la demolición urgente del edificio. Ese mismo año, pocas semanas más tarde, volvieron a retomarse los trámites para la construcción de un hotel en la parcela.

Tres años después, en 2017, entró en escena la sociedad Inversiones y Adquisiciones de Hoteles, que compró el solar dispuesta a acometer un cuatro estrellas que finalmente ha dejado en manos de otro inversor. Se anunció entonces que se podría inaugurar en la primera mitad de 2019, pero nada más lejos de la realidad. Al tiempo que se sucedían lentamente los trámites para recabar los permisos de obras, primero hubo que derribar los tres edificios de viviendas del callejón del Callao que todavía permanecían en pie pese a ser declarados en ruina en 2001.

En 2019 se llevó a cabo la demolición de esos inmuebles, lo que dio paso a una campaña de sondeos arqueológicos que terminó por retrasar todavía más las obras al aparecer numerosos restos del antiguo cementerio musulmán de la ciudad. Esta coyuntura, unida a una ya de por sí delicada situación económica de la empresa, agravada por la crisis derivada de la pandemia, hicieron que el proyecto entrara en punto muerto, pese a que ya se había anunciado un acuerdo con la cadena hotelera Room Mate, ahora ya roto.

No obstante, los nuevos propietarios del proyecto parten con la ventaja de que ya han transcurrido los años más duros de la tramitación y las excavaciones, si bien deberán terminar de reunir todos los permisos de la Consejería de Cultura y la Gerencia Municipal de Urbanismo para comenzar las obras. Asimismo, lo más probable es que tengan que modificar el proyecto si lo que quieren es desarrollar es un cinco estrellas gran lujo, ya que lo que hasta ahora estaba previsto, con diseño de la arquitecta Amparo Balón, era un cuatro estrellas que ofrecería 169 habitaciones y alcanzaría una altura de siete plantas (baja más cinco y ático). Estaba planteado que contara salas para congresos, restaurante, piscina en el ático, terraza, gimnasio y aparcamiento.