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«La obesidad en las personas adultas sigue creciendo de forma imparable en los países desarrollados», alertó ayer el presidente de la Sociedad Española ... para el Estudio de la Obesidad (SEEDO) y director de la unidad de gestión clínica de endocrinología y nutrición del Hospital Clínico Universitario, Francisco Tinahones. Este experto aseguró que el de la obesidad «es un problema preocupante» y puso como ejemplo que uno de cada cuatro andaluces es obeso y más de la mitad de la población de Andalucía tiene un peso no saludable. «Este es el problema sanitario más importante de este siglo», precisó el doctor Tinahones, que realizó estas manifestaciones con motivo de celebrarse hoy el Día Mundial de la Obesidad.
La gordura se relaciona con varios padecimientos que se acentúan por culpa del exceso de kilos. Entre esas enfermedades están la diabetes tipo 2 o del adulto y el cáncer. Estar obeso es un factor de riesgo para sufrir tumores de endometrio, del tubo digestivo y de mama, entre otros, indicó Tinahones. Igualmente, favorece las enfermedades cardiovasculares, la dislipemia (alteraciones de las grasas), la apnea obstructiva del sueño, los problemas en la vesícula biliar y las dolencias en las articulaciones.
El presidente de la SEEDO hizo hincapié en que la obesidad infantil también es un hecho preocupante, puesto que más del 45 por ciento de los niños presentan un peso poco saludable. El aspecto positivo es que las campañas de prevención y de concienciación llevadas a cabo en los centros escolares, con el fomento del ejercicio físico y una alimentación sana, han logrado frenar el crecimiento de la gordura en los menores, algo que, en cambio, no ha sucedido entre los adultos. «Se están haciendo cosas para combatir el exceso de peso, pero todavía es mucho lo que hay que mejorar en cuanto a prevención», aseguró el doctor Tinahones. Este especialista en endocrinología considera que hay que involucrar a los políticos en el tema de la obesidad. Uno de los asuntos que es necesario abordar es que la gordura sea vista como una enfermedad crónica y reciba la misma consideración de padecimientos como el colesterol, la diabetes o la hipertensión arterial. «Los políticos deben tomarse esta cuestión más en serio, porque la obesidad es una enfermedad y como tal debe ser tratada». El presidente de la SEEDO defiende que la sanidad pública financie un tratamiento farmacológico que consigue que los obesos adelgacen hasta un 15 por ciento.
El impedimento para que la sanidad pública financie ese tratamiento es su importe (unos 300 euros al mes por paciente). A ese respecto, el presidente de la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad señaló que, si se hace un análisis coste-beneficio, se aprecia que habría un ahorro, ya que la pérdida de peso de los enfermos supondría una mejora de su estado de salud y de su calidad de vida y no tendrían que tomar medicamentos que combaten las patologías provocadas por su exceso de kilos. En España, los costes asociados a la gordura representan el siete por ciento del gasto sanitario total.
Para lograr una rebaja de peso, lo primero es asumir que se tienen muchos kilos de más. «Siempre hay una solución para adelgazar. Lo que hay que hacer es dar con ella y aplicarla», expuso el doctor Tinahones. Este endocrinólogo incidió en la necesidad de cambiar los estilos de vida en una doble vertiente. Por un lado, seguir una alimentación saludable y, por otro, practicar ejercicio físico de forma regular. Con una restricción calórica (comer menos y mejor) y dando la espalda al sedentarismo se logra disminuir los kilos. Tres cuestiones clave para alcanzar esa meta son dormir bien (el sueño reparador previene la obesidad), evitar el picoteo y hacer ejercicio (caminar, nadar o montar en bicicleta). La obesidad se puede contrarrestar, pero para ello es imprescindible que la persona no se vea delgada, apostilló Tinahones.
Este experto recalcó que la obesidad es un problema que afecta a todos los países desarrollados. Así pues, reflejó la necesidad de fijar estrategias de prevención comunes y alcanzar una mayor concienciación de los gobiernos para que la gordura adquiera el grado de enfermedad crónica. La obesidad tiene que dejar de ser considerada una actitud, ya que presenta muchos factores que no son voluntarios. Entre ellos, unos mecanismos biológicos por los que quienes los padecen experimentan una menor sensación de saciedad, indicaron los expertos.
Investigadores de la unidad de medicina interna del Hospital Regional (antiguo Carlos Haya) y del Instituto de Investigación Biomédica de Málaga (Ibima) han comenzado a trabajar en un proyecto con el que pretenden modificar el estilo de vida en personas mayores de 65 años con sobrepeso y variar la expresión de la carga genética y la influencia en la salud de los contaminantes ambientales. El estudio se encuentra en la fase de reclutamiento de pacientes, que deben estar sanos y no padecer enfermedades metabólicas. Este trabajo lo coordina el director de la unidad de medicina interna del Regional, Ricardo Gómez Huelgas.
El objetivo de este estudio es comprobar si el mantenimiento o la pérdida de peso en la población mayor a través de un programa de dieta mediterránea y ejercicio físico contribuye a la prevención de la resistencia a la insulina, la prediabetes y la aterosclerosis, así como la relación entre contaminantes ambientales (pesticidas, metales pesados, etcétera), obesidad y enfermedad cardiovascular y metabólica en pacientes de edad avanzada.
Gómez Huelgas señaló que se hará un seguimiento continuo de los participantes durante dos años, que recibirán recomendaciones generales sobre las modificaciones de estilo de vida (dieta mediterránea y ejercicio físico), y una evaluación clínica. «En definitiva, se pretende estudiar si un estilo de vida sana, incluso en edades avanzadas, puede modificar la expresión de nuestra carga genética y la influencia en nuestra salud de los contaminantes ambientales», explicó el doctor Gómez Huelgas.
Para llevar a cabo este trabajo, los investigadores necesitan a 200 mayores de 65 años con sobrepeso y que estén sanos. Para participar hay que ponerse en contacto con el teléfono 671 59 74 31, a través de una llamada o de un mensaje.
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