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ENCARNI LLAMAS
MÁLAGA.
Domingo, 20 de enero 2019, 00:50
«Un día recibí una llamada de un Ángel, que me llamaba desde Ginebra, y buscaba al Padre Carito. No salí de mi asombro cuando me contó que había conocido mi historia deportiva por Internet y, desde entonces, él y su amigo Fran, cordobés que también vive en Ginebra, me andaban buscando para compartir la experiencia de la fe y el deporte», así explica Rafael Caro, sacerdote malagueño y párroco de Arriate, cómo comenzó el proyecto en el que se encuentran embarcados.
«Queremos crear una plataforma en la que contemos nuestra experiencia sobre cómo, desde el deporte, encontramos a Dios en nuestra vida y crece nuestra espiritualidad. Queremos contarle esto a la gente pues, en una competición de 2.000 personas, podemos estar 800 cristianos, pero no lo sabemos», explica Rafael Caro.
«Por ahora tenemos un grupo de wasap, que rebosa de Dios. Yo soy el cura del grupo, pero muchas veces me quedo impresionado de la fe profunda que transmiten tanto Ángel como Fran», afirma Caro.
Ángel Lanchas, de 44 años, está casado y tiene 4 hijos, reside en Ginebra desde 2005, por cuestiones laborales. Su padre fue profesional del fútbol español y él llegó a jugar en Segunda B. «Encontrarnos ha sido una conexión de Dios. Para mí, el deporte es algo que Dios ha puesto en mi vida, para conocerlo y hacerlo conocer y poder ayudar a otra gente. Por eso creo que este encuentro con Rafael Caro ha sido providencial. Es un hombre deportista 100 por 100 y espiritual 100 por 100. Es una bendición y una alegría y yo creo que Dios tiene un proyecto para nosotros», afirma.
Fran Palacios es cordobés, tiene 3 hijos y también vive en Ginebra por motivos laborales. Está convencido de que «este proyecto es nuestra manera de hacernos Iglesia en salida, como nos dice el papa Francisco, cuando nos invita a anunciar la Palabra de Dios de forma novedosa y creativa. Al Espíritu Santo le gusta disfrazarse de casualidad y hacer «de las suyas». ¿Cómo te explicas si no que yo tenga un chat de móvil que arde de fe y deporte, con otro ciclista que me habló desde su bici y ahora siento como hermano, y con un sacerdote a quien no conozco en persona pero que siento como amigo y consejero espiritual?».
Fue justamente un documento vaticano: 'Dar lo mejor de uno mismo', sobre la perspectiva cristiana del deporte y la persona humana, publicado por el Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, el que puso en movimiento al párroco de Arriate. «En este documento, el papa Francisco habla a los deportistas del valor del esfuerzo. Cuando lo escribió me dio muchísima alegría porque necesitaba algo así en mi vida», dice Rafael Caro. Explica que «nada hay verdaderamente humano que no encuentre eco en los corazones de los seguidores de Cristo. «El deporte es universal y ha alcanzado un nuevo nivel de importancia en nuestro tiempo y también, por eso, encuentra un eco en el corazón del Pueblo de Dios. La Iglesia entiende a la persona humana como una unidad de cuerpo, alma y espíritu, y busca evitar cualquier tipo de reduccionismo en el deporte que rebaje la dignidad humana. La Iglesia se interesa por el deporte porque le interesa el hombre, todo el hombre, y reconoce que la actividad deportiva incide en la formación de la persona, en sus relaciones, en su espiritualidad», explica.
Rafael Caro es el vicepresidente del Club Deportivo de Arriate, con cuyos miembros sale a correr los miércoles. «Es para mí un verdadero orgullo que el kilómetro 0 de la salida sea la plaza de la iglesia y que, durante el trayecto, la gente te busque para plantearte cuestiones importantes. Nunca pierdo de vista que soy un instrumento de Dios al servicio de quienes me necesiten», añade.
«La gente me pregunta que cuando una competición es en domingo, cómo hago para celebrar la Eucaristía, y yo les cuento que en un Ironman que participé, a las 4.30 de la madrugada estábamos más de 20 triatletas celebrando la Eucaristía, antes de comenzar a prepararnos para las pruebas deportivas. Fue una gozada», señala.
Entre los próximos proyectos que van a compartir, en mayo se conocerán en persona, en Ginebra y comenzarán a trabajar en un documental, en el que se ha interesado hasta el mismo Juan Manuel Cotelo, director de cine. Y en septiembre competirán juntos a un 'Ironman', compartirán reto deportivo, celebración de la Eucaristía y experiencia humana y cristiana. «Queremos que se vea que en nuestra vida no se separa deporte y espiritualidad cristiana», concluye Rafael Caro.
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