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En el Parque Tecnológico, el mayor espacio de innovación en Andalucía trabajan un cuarto de siglo después de su creación casi 20.000 trabajadores en 650 empresas que facturan cerca de 2.000 millones, un escenario que debe mucho al impulso de los primeros proyectos, algunos locales, que han sabido competir e innovar durante más de dos décadas en un mercado tecnológico que poco se parece al de entonces. Así, los hay que se han situado como líderes en su sector y son la mejor cara del éxito frente a varios sonados fracasos como Vitelcom, Isofotón, Novasoft, tres grandes iniciativas que se quedaron en el camino. En los años 90, las apuestas de Ingenia o Cetecom abrieron la ruta malagueña en la alta tecnología en Campanillas, un erial con ocho edificios y 130 empleados donde la estadounidense Hughes Microelectronics ensanchaba la industria electrónica en la ciudad, el camino que los expertos aconsejaban, pero que finalmente nada tendría que ver en el modelo de éxito que hoy representa el Parque. El camino que iniciaron Ingenia y Cetecom cuando Internet era aún coto vedado del Pentágono y los primeros móviles una pesada caja con asas es hoy el de varios proyectos multinacionales que sostienen cientos de empleos de alta cualificación.
El laboratorio de homologación de productos electrónicos Cetecom representó el primer impulso público para dar contenido al Parque a principios de los 90. El trío de multinacionales tecnológicas con larga presencia en la ciudad -Fujitsu, Siemens y Alcatel, una absoluta singularidad fuera de Madrid y Barcelona- potenció la relación con la Universidad y fue clave en la decisión política de crear el Parque. Sólo Alcatel, con el cierre de Anovo, se quedó en el camino. Siemens -hoy TDK Epcos- reubicó en el recinto su fábrica de condensadores, una presencia alemana en la ciudad de casi seis décadas, mientras que la fábrica de Fujitsu levantada en 1977 en el polígono Guadalhorce, siempre resistió los intentos para su traslado al recinto Campanillas. De la firma japonesa, sin embargo, llegaron los primeros impulsores del propio Parque: Felipe Romera, que sigue al frente como director general 27 años. Fue también el que animó a su compañero Luis Fernando Martínez a liderar Cetecom. José Estrada, el responsable de I+D de Fujitsu, dirigió la primera etapa de Cetecom. Con el nuevo siglo, nuevos proyectos de factura local -Optimi (comprada luego por Ericcson), Hispasec (germen de Virus Total, adquirida por Google, Predan (hoy Grupo Premo), Tedial, Aertec, Coritel (filial de Accenture) o Airzone representaron un nuevo impulso que ayudó a proyectar en el exterior la imagen y las posibilidades del Parque hasta acabar captando el interés de multinacionales, grandes y medianas. En los comienzos del PTA, Málaga miraba fuera para buscar empresas, una realidad hoy radicalmente distinta. La llegada de proyectos de diferentes países especialmente intensa desde hace tres años -el 10% del total de empresas son extranjeras- han convertido el talento tecnológico local en un bien escaso y cada vez mejor pagado.
Una suma de voluntades dio origen en 1992 al proyecto, impulsado por José Pérez Palmis, presidente del Consejo Social de la Universidad y sin duda el primer filántropo tecnológico de la ciudad. Supo gestionar a través de una asociación sin ánimo de lucro fondos europeos y convencer a la Junta de la idea, apoyada por la firma alemana Tüv para un centro de homologación para la industria electrónica. Su artífice tecnológico fue Luis Fernando Martínez, que años después creó junto a la Universidad de Málaga un grupo de I+D en tecnologías de radiofrecuencia que daría a la empresa -ya bajo la marca AT4Wirless- una posición inmejorable que pronto la convirtió en objeto de deseo en su sector. El éxito llegó por partida doble; primero con la venta de parte del negocio a la norteamericana Agilent, adquirida en 2015 por Keysight, una startup de Hewlett Packard que ha instalado en Málaga su centro de referencia para el desarrollo del 5G, con un centenar de ingenieros. Ese mismo año, el grupo alemán Dekra, una de las mayores empresas de ensayos, certificación e inspección industrial del mundo, compra el resto de la actividad de AT4 Wirless: automoción, salud, electrónica de consumo, seguridad en tecnologías inalámbricas además de consultoría para certificación. Ivo Rauh, el ingeniero alemán que fue pieza clave en el despegue de Cetecom fue decisivo también en la venta de una empresa simipública que reportó 44,5 millones de euros a Sando, Caixabank, y la propia Junta de Andalucía, socio mayoritario. El malagueño Fernando Hardasmal, segundo de Martínez, ocupa hoy el puesto de director general de Dekra Testing & Certification, que en Málaga da trabajo a más de 250 personas.
Fue la crisis del laboratorio de I+D de Fujitsu, en el que llegaron a trabajar más de un centenar de ingenieros a finales de los 80, la que dio origen a esta primera startup del Parque. José Blanco, su consejero delegado, estaba en aquel grupo de 14 ingenieros que iniciaron la incierta aventura con una apuesta pública que logró también sumar a Fujitsu, aunque con fecha de caducidad. Junta de Andalucía y Promálaga respaldaron este proyecto en el difícil 1992. La facturación actual de la empresa, en la que Unicaja es uno de sus accionistas de referencia, se acerca a los 30 millones. Su salida al exterior, con filiales en Chile y Perú, fue junto a una constante innovación para captar negocio tecnológico. La digitalización bancaria ha sido junto a la internacionalización especialmente en Latinoamérica, una palanca fundamental para dejar atrás en 2016 dos años de crisis que obligó a ajustes de plantilla. Actualmente 300 ingenieros trabajan en esta compañía global con 2.000 clientes en el sector de las tecnologías de la información, las telecomunicaciones e Internet, y que cuenta con centro de demostración y otro Centro de Operaciones de Seguridad, un espacio dotado de altas medidas de seguridad y confidencialidad. La ciberseguridad, las smart cities, las infraestructuras y redes wireless, la radiofrecuencia, el e-learning y el big data están en la agenda de la firma tecnológica más veterana del PTA.
El ingeniero Juan Manuel Melero consiguió que Nokia, la empresa para la que trabajaba en Reino Unido cuando lo era casi todo en telefonía móvil, instalara en el PTA en el año 2000 uno de sus grandes laboratorios. La historia fue breve. El centro se cerró en 2003, pero de esa experencia fracasada de primer nivel en la que había implicado a fondo la UMA, aquel medio centenar de jóvenes ingenieros crearían Tartessos Technologies. Tartec. Melero regresó a Málaga para volver a liderar la nueva aventura, donde el apoyo público apuntaló un éxito que no tardó en llegar. El lema favorito de este ingeniero, importado de China -«Fracasa quien espera la oportunidad, pero triunfa quien es capaz de crearla- le dio la razón. La norteamericana Optimi puso el ojo en el proyecto malagueño y lo acabó integrando. Cinco años después, en 2010, Ericcson entró en escena, compró Optimi y abrió en el PTA uno de sus dos grandes centros internacionales, junto al de Delhi, dedicado al desarrollo de software para el diseño y la optimización de redes móviles. Entre 2013 y 2015 dobló su plantilla, que forman 300 personas. Pero Ericsson no fue el feliz final de trayecto para parte de aquel grupo de ingenieros que Melero alentó en el PTA.
Tulp, fundada por el malagueño Pablo Tapia es el proyecto de seis telecos malagueños formados en el antiguo laboratorio de Nokia, pero que decidieron volar solos antes de sospechar siquiera que Ericcson llamaría a la puerta. No participaron en la fiesta, una compra de más de 100 millones de dólares, pero hoy pueden estar satisfechos. Con sede central en Seattle y presencia importante en Tokio, en Málaga trabajan una treinta de su medio centenar de empleados en el edificio del RayoVerde. Dedicados a revolucionar, entre otras cosas, los sistemas de gestión de clientes de grandes operadoras de telecomunicaciones, con clientes como T-Mobile en EEUU y Softbank en Japón.
A finales de los 90, Antonio Gómez Guillamón, y su primo Vicente Padilla, se embarcaron en el proyecto Aertec. Arrancó como una consultora todoterreno y pronto se especializó en el sector aereonáutico e infraestructuras aeroportuarias y de la propia industria. Cumplió en 2017 sus primeros veinte años con 550 ingenieros y presencia en más de 40 países. Aertec lidera el clúster de aeronáutico del PTA, que agrupa ya a 14 empresas. El diseño de más de cien aeropuertos en todo el mundo lleva el sello de esta consultora de ingeniería malagueña, elegida por Airbus como proveedor preferente en servicios de ingeniería de fabricación y gestión de programas para sus aviones civiles y militares como el A350, el A400M, A320 y A330, entre otros. El año pasado abrió delegación en Emiratos Árabes Unidos, que será su centro de operaciones para Oriente Medio, con especial atención al desarrollo de aeropuertos. Allí ha ampliado la búsqueda de talento universitario para resolver retos reales en el campo ámbito aeroespacial, bajo el Aertec Solutions Challenge que cumple su tercera edición. Su experiencia en sistemas aeroespaciales y de defensa, con el desarrollo de plataformas no tripuladas, le ha llevado a obtener un contrato por cuatro años suscrito con el Ministerio de Defensa para colaborar, entre otros ámbitos, en nuevas herramientas para el entrenamiento de pilotos.
Todo empezó en el departamento de Arquitectura de la Computación de la UMA, a la que se incorporó en 1991 Emilio López Zapata, más tarde fundador y asesor científico de Tecnologías Digitales Audiovisuales. Pronto se pondría manos a la obra en investigación aplicada con el prototipo Tharsys para el archivo de documentos de imagen y sonido. La revolución del soporte digital llamaba a la puerta y este físico granadino al frente de un equipo de catorce personas decidieron pasar a la acción. Pidió una ayuda al Gobierno, y a los 300.000 euros, los fundadores pusieron 200.000 euros. «En lugar de comprar ladrillo, lo invertí en este proyecto», resume su acierto. Ahí empezó una historia empresarial que ha situado a esta empresa malagueña, nacida como spin-off universitario, entre los líderes globales en el almacenamiento, decodificación y automatización de material audiovisual. Entre sus clientes, Disney, Sony, HBO, Twenty Century Fox, ATT o empresas nacionales como Orange o Telefónica, además de televisiones e instituciones, como en España el Ministerio de Justicia para la grabación y gestión contenidos audiovisuales que generan los juzgados y tribunales. Tedial tiene presencia en el PTA desde 2006 y da trabajo a un centenar de ingenieros. Si López Zapata siempre recuerda y recomienda a sus alumnos el tiempo dedicado como investigador en EE UU, la multinacional malagueña se ha convertido en todo un clásico en la cita anual en Las Vegas de la IABM, la International Association for Broadcast & Media Technology Suppliers que se celebra cada año coincidiendo con el congreso que reúne a la industria de la radio, televisión, cine, música y multimedia. Es la única que ha sido premiada tres años seguidos.
El grupo Premo instaló en 1994 en Málaga una filial -Predan- que hacía componentes para empresas como Hughes o Fujitsu. El salto en 2006 como multinacional -con centros en China, Corea, EE.UU.,Vietnam e India- sentenció una fábrica que llegó a dar trabajo a 120 personas, pero no fue el final. Desde 2015, Premo tiene en el PTA su sede corporativa y uno de sus dos grandes laboratorios dedicado a componentes inductivos para automoción, un campo en el que son proveedores líderes de las grandes marcas en sistemas de acceso sin llave a vehículos, tecnología en la que ahora trabaja para extender a todo tipo de coches mediante un sensor magnético ultraplano insertado en el móvil. Uno de cada tres coches en el mundo montan dispositivos desarrollados en su centro de Campanillas, donde lleva tiempo atenta al desarrollo de tecnologías clave de la industria 4.0 y el vehículo conectado y eléctrico. Premo es también uno de los tres mayores exportadores españoles de componentes eléctricos y el referente mundial en antenas RFID de baja frecuencia, que leen etiquetas en almacenes, líneas de producción, tiendas, centros médicos, eventos, entre otras aplicaciones. «No tenemos complejos y no nos consideramos peores que los mejores del mundo», le gusta decir a Ezequiel Navarro, su consejero delegado, un ingeniero criado en Campillos y formado en la UMA que lideró al grupo de directivos que amplió en 2011 su participación en esta empresa de origen catalán creada en 1962. En el PTA ha generado más de 40 patentes e invierte una media de cuatro millones de euros al año en I+D.
El malagueño Antonio Mediato, ingeniero técnico industrial, acertó cuando dejó el trabajo con 32 años en una multinacional del aire acondicionado. Le propuso desarrollar la idea que había madurado cuando trabajó en Isofotón. La negativa de sus jefes a desarrollar el control electronico para la 'zonificación' inteligente del aire acondicionado, le llevó a montar su propio proyecto, Airzone es hoy la base del éxito de Corporación Altra, donde la domótica (At-Home) y el desarrollo de aplicaciones para telemedicina (Evita) cierran una triple hélice de oportunidades. Su sistema revolucionó los sistemas de climatización por conductos al poder controlar la temperatura de cada habitación de la casa . Tras dos años en el polígono San Luis saltó en 2003 al PTA con una fábrica de 4.000 metros cuadrados en la que actualmente trabajan 160 personas y de la que han salido ya al mercado cien mil equipos. El éxito de su 'kit' integrado para la climatización por zonas le convirtió en aliado de gigantes del sector como Daikin o Mitsubishi, con un mercado que se ha ampliado a Estados Unidos, Francia, Grecia, Irlanda, Italia, Emiratos Árabes, España, Jordania, Kuwai, México y Portugal.
Dispotex, una modesta empresa que se instaló en 1973 en el polígono El Viso y que suministraba desde Málaga materiales esterilizados y sencillos como calzas, patucos para pacientes o gorros para médicos para hospitales, encontró una segunda vida en 2004. La entrada del grupo Cardiva, una firma con sede en Bilbao y especializada también en productos hospitalarios, aunque más complejos (desde marcapasos a arterias artificiales), fue la tabla de salvación de esta empresa local ante la competencia asiática que se sumaba a la de multinacionales suecas, alemanas y norteamericanas. El grupo Cardiva acometió una ambiciosa inversión para la construcción de una nueva sede y planta de fabricación en el PTA, donde Cardiva Integral Solutions desarrolló un nuevo modelo de comercialización a través de 'kits' de un único uso para operaciones quirúrgicas, desde batas y mascarillas a los paños que cubren al paciente. Cardiva abastece a hospitales de referencia, es el líder nacional en su sector, con casi una cuarta parte de un mercado en el que atienden la demanda tanto hospitales públicos como privados como de clínicas dentales y veterinarias. La exportación representa un 40% de la facturación, con presencia destacada en Alemania, Suiza, Polonia, Líbano, Marruecos, Kenia, Chile o Brasil. Los planes de futuro de la empresa pasan por su apuesta por Málaga como sede central y crecer en las delegaciones establecidas en Portugal y China para abordar nuevos mercados y productos.
Rodolfo Tiessler, que trabajó como auditor informático y consultor de proyectos tecnológicos para KPMG y Deloitte, está ahora centrado impulsar proyectos en el Polo Digital, una de las referencias nacionales en el sector del videojuego. Fue el primer trabajador de la consultora tecnológica Coritel, la filial española del gigante Accenture, que instaló en 1998 en el edificio 'del platillo' del PTA el germen de lo que actualmente es toda una 'factoría de software'. Cuando Tiessler dejó la empresa, en 2003, ya daba trabajo a medio millar de personas. Hoy es una de que más ha crecido en el Parque, con 1.600 profesionales en dos edificios que conforman uno de los principales centros de la multinacional norteamericana por su capacidad tecnológica. Unas 20 nacionalidades distintas trabajan en Coritel, una de las 50 empresas con mayor número de empleados en Andalucía y donde uno de cada cuatro profesionales de la consultoría tecnológica pertenece a su plantilla.
El Grupo Arelance, dedicado a la selección y formación de personal y diseño de proyectos para grandes clientes en el ámbito de las tecnologías de la información y la comunicación, es el segundo intento empresarial de Pablo Díaz después de un primer fracaso de juventud en un proyecto de importación. La consultora, que cuando empezó en 2003 sólo se dedicaba a la selección de personal en el ámbito de las tecnologías de la información, se fue introduciendo en otras áreas de negocio como el soporte a proyectos IT, la subcontratación, la formación y el desarrollo de soluciones 'software'. Su crecimiento en plantilla y negocio se ha producido a la par que el Parque Tecnológico, donde ha sido una de las muchas empresas de éxito salidas de la incubadora de empresas BIC Euronova. Trabajan en ella más de 350 profesionales en la selección y formación de personal en el ámbito del software, la mayoría en sus instalaciones del Parque, y el resto, en Madrid y Bilbao, Sevilla, Barcelona, Lisboa y Lima. El outsourcing tecnológico para grandes corporaciones es su principal negocio y representa el 80% de la facturación, que supera los 13 millones. Entre sus grandes clientes figuran compañías como Oracle, Indra, El Corte Inglés, Coritel o Unisys.
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Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
Ignacio Lillo | Málaga
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