Eugenio Gross, perteneciente al Distrito Bailén-Miraflores, vuelve a estar en el punto de mira de las críticas de sus vecinos. Jesús S., lector habitual, cuenta en conversaciones con este redactor, la situación actual de una calle que soporta una gran afluencia de viviendas, y por ello, también de desperdicios en los que contribuyen desgraciadamente la actitud incívica: «Vemos como mi calle, que también es la de muchos otros malagueños, va poco a poco convirtiéndose en una vía con claros síntomas de decadencia. Vemos como hay muchas cucarachas que van y vienen desde las arquetas, cortes en los pasos de peatones por las obras, y la basura acumulada en las aceras y los aledaños de los contenedores ya es un fotografía habitual».
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A esto hay que sumarle las denuncias caídas en saco roto sobre el cableado: «Las fachadas están llenas de cables que nos hacen dudar de su peligrosidad y de que sirvan realmente, además de dar un aspecto de decadencia que no beneficia en absoluto a la imagen del barrio, que ya sabemos que no es buena. No tenemos claro a quién debemos quejarnos sobre esto, que lleva años sin ser solucionado, no sólo aquí sino también en otros lugares de la ciudad» comentaba J. Z hace unos meses – hasta la fecha no se han arreglado –.
Otro aspecto que sigue causando malestar en el barrio es la movilidad, aunque practicamente se da por perdido, pues es algo que viene desde hace muchos años y no parece haber respuestas.
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