El día llegaba cargado. El comité de empresa de Limasa acababa de ser desalojado del Ayuntamiento tras haber pasado la noche en el salón azul. El pleno se retrasaba una hora y la comisión de Economía, idem. El concejal del área, Carlos Conde, aprovechaba los últimos minutos antes de la cita para intentar convencer a Ciudadanos de que le votara a favor de una modificación presupuestaria de crédito por la nada desdeñable cantidad de cinco millones de euros. Los naranjas se cerraban en banda por la falta de diálogo y el portavoz popular intentaba recurrir in extremis sin éxito al resto de los grupos de la oposición.
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De hecho, la comisión extraordinaria de Economía escenificaba ayer el principio de ruptura entre Ciudadanos y el equipo de gobierno del PP. Los naranjas se sumaban en bloque a la oposición de izquierdas y tumbaban los pagos y subvenciones por valor de cinco millones de euros; una circunstancia que no había pasado en todo el mandato municipal. Un asunto, el de las cuentas, en el que sí es competente el pleno de la ciudad. Para el socio de gobierno, Ciudadanos, el voto en contra es fruto de «la falta de diálogo y de negociación; el equipo de gobierno del PP funciona todavía como si gobernara con mayoría absoluta», explicaba el edil naranja Alejandro Carballo, una de las críticas que hacían también el resto de los partidos. «El PP no puede tomar unilateralmente una decisión y que vengan a que se la aprobemos», añadía.
PSOE, Málaga Ahora e IU-Málaga para la Gente, así como el edil no adscrito Juanjo Espinosa, hacían hincapié en que mezclar tantos proyectos y tan variados en la modificación presupuestaria, algunos tan necesarios, y otros «dudosos», y que no se pudieran votar por separado, como explicaba el portavoz de IU-Málaga para la Gente, Eduardo Zorrilla, era un «chantaje», palabra de la que también han ido haciendo uso los demás.
Tras este desplante de toda la oposición, el popular Conde intentaba negociar sobre la marcha qué proyectos se podían incluir en esta modificación presupuestaria para realizar el expediente de prisa y corriendo (el de marras se había aprobado en la pasada junta de gobierno local del martes) al tiempo que el resto de los grupos municipales se quejaban de que no se podía mercadear a última hora. El edil socialista Salvador Trujillo emplazaba a Conde, con mucha retranca, negociar a partir de las cinco de la tarde en su grupo municipal, en la segunda planta. Y esta ha sido la tónica del resto, aunque no específicamente con estas palabras. La portavoz de Málaga Ahora, Ysabel Torralbo, sentía que el totum revolutum de proyectos no les dejara votar a favor de los sociales y en contra de los demás y Espinosa se quejaba de que Conde intentaba explicarle el expediente a las once menos cinco (a las once empezó la comisión).
El concejal de Economía insistía en intentar acordar las partidas que pudieran salir adelante, pero viendo que el éxito no le acompañaba zanjó que toda esta escenificación era fruto del «ruido electoral», y miraba especialmente a Ciudadanos, que otras veces le había servido de muletilla en estos casos. La nota triste de la jornada la ponían la presidenta de Asima y una representante del Club de Balonmano Rincón Fertilidad Málaga, que perdían subvenciones por 35.000 euros y 40.000 euros, respectivamente, y la sesión se bañaba en lágrimas. Torralbo emplazaba a Conde a negociar antes del pleno extraordinario para abordar el trámite del censo electoral el próximo día 6.
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En el tintero se quedaban cinco millones de euros, de los que 2,5 se iban a dedicar a pagar los incrementos de dos expropiaciones a raíz de sentencias judiciales, casi un millón de euros para la EMT, 202.4000 euros para compensar la bajada de la aportación de la Junta al plan concertado para la red de atención de los servicios sociales municipales así como medio millón de euros para gastos sobrevenidos de la Fundación Revello de Toro, el Museo Thyssen y el Palacio de Ferias, 310.000 euros para microactuaciones en los distritos, y 77.727 euros para adquirir nuevos vehículos para la Policía Local. También se incluían cuatro subvenciones nominativas entre las que se incluían 50.000 euros a la Agrupación de Cofradías para la realización del nuevo trono del Cristo Resucitado, y 100.000 euros al Obispado para la exposición de Pedro de Mena prevista en el Palacio Episcopal. Al mismo tiempo, se contemplaban 4.000 euros para el Club Deportivo de Sordos y 1.800 euros para la Asociación de Vecinos de El Palo.
Llamaba la atención que el equipo de gobierno del PP diera marcha atrás y dejara fuera del pleno el dictamen ya aprobado de la comisión de Urbanismo para realizar una gasolinera en Churriana. Un gran grupo de vecinos acudía a la sesión, y una de ellos insistió para intervenir pese a la retirada del punto, y abundó en que una estación de servicio no debe estar a menos de cien metros de las casas por cuestiones de salud.
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El PP llevaba una moción para afearle a la Junta el malestar de los médicos y la falta de inversión, que obtenía el respaldo de todos menos del PSOE en la parte crítica, la del rechazo a la gestión del gobierno de Susana Díaz en Sanidad. Sobre la acogida a los inmigrantes y hacerlo en un espacio digno se aprobaba el dictamen institucional (de todos los grupos) impulsado por IU-Málaga para la Gente al tiempo que se obtenían respaldo para sendas iniciativas del PP, Ciudadanos y Málaga Ahora.
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