La palabra cáncer asusta y por eso muchas personas evitan pronunciarla. Para Carlos López-Otín, catedrático de Bioquímica y Biología Molecular en la Universidad de Oviedo, hay que desterrar del vocabulario el término «una larga enfermedad» en referencia a que se sufre un tumor. Este ... experto, Premio Nacional de Investigación Santiago Ramón y Cajal y Premio Europeo FEBS de Bioquímica, entre otros galardones, asegura en esta entrevista que «en el cáncer hoy estadísticamente es más fácil curarse que no hacerlo». Asimismo, hace hincapié en que los pacientes oncológicos no son héroes ocultos, ni quieren serlo, lo que quieren es ponerse bien como todos los enfermos. López-Otín participará en la tarde de este jueves (de 17.00 a 19.00 horas) en un acto denominado 'Tour del Cáncer', que se celebrará en el salón de actos de Unicaja de la plaza de la Marina, organizado por la Asociación Española contra el Cáncer (AECC).
-¿En qué consiste el 'Tour del Cáncer' que se está llevando a cabo por distintos puntos de España?
-Es una gira por toda España para transmitir la realidad actual de una enfermedad que ha tenido siempre un estigma extraordinario, de la que se habla con un lenguaje bélico y épico. El objetivo es explicar la situación de un padecimiento que tiene un gran número de casos, pero que también cuenta cada vez con más posibilidades de supervivencia. Además, se busca que la gente sepa la magnífica labor social que hace la Asociación Española contra el Cáncer. En la conferencia utilizaré como hilo conductor mi libro 'Inmortales, egoístas y viajeras', cuyos beneficios editoriales he donado a la AECC. La charla que voy a dar en Málaga va sobre la vida, sobre el asombro que debemos tener por la vida. Esta mañana me he vuelto a dar cuenta que estoy sano, y no es nada fácil estarlo, porque la vida es complejísima.
-¿Qué significa ese título de 'Inmortales, egoístas y viajeras'?
-Es una metáfora para describir las tres propiedades fundamentales que definen a una célula tumoral maligna. El cáncer suele surgir por acumulación de mutaciones y de daños en nuestro material genético. A veces, un solo daño es suficiente para iniciar el proceso de convertir una célula normal y corriente, de los 50 billones de células que tenemos, en una entidad egoísta, porque crece sin parar. Además, necesita convertirse en inmortal. Asimismo, si la célula comienza una aventura viajera para colonizar otros territorios, la situación se vuelve complicada y difícil de parar.
«El cáncer es la enfermedad que nos hace sentir más vulnerables, pese a que no es la más grave en absoluto»
-¿Cuáles son las tres vías fundamentales para desarrollar tumores malignos?
-La primera es la causa hereditaria, en torno a un 10 por ciento de los cánceres son de origen hereditario. Estos tumores hoy en día se pueden identificar, prevenir y actuar sobre ellos: son erradicables a través del consejo genético. En segundo lugar, el origen del cáncer puede ser ambiental, relacionado, por ejemplo, con la intoxicación del ambiente y con la intoxicación a la que nos sometemos nosotros mismos fumando, abusando del alcohol y de la radiación. Son los factores externos que provocan mutaciones en el genoma. Evitarlos requiere de mucha disciplina por nuestra parte, con una buena nutrición y no sometiéndose voluntariamente a aquello que genera un cáncer. La tercera vía es lo que llamamos cáncer replicativo, que es la manera de decir que somos imperfectos. Si vivimos mucho, más posibilidades tenemos de que surjan tumores. Por tanto, si viviéramos lo suficiente, todos tendríamos cáncer. En este tercer origen, lo que hay que hacer es trabajar e investigar. Hay que prevenir para vivir y conocer para curar.
-¿Es usted optimista sobre el aumento de la curación del cáncer en el futuro?
-Por supuesto. No tengo ninguna duda. Hace 30 años se curaban la mitad de los cánceres que se curan ahora. Eso es un avance extraordinario. En estos momentos, en torno al 60 por ciento de los tumores malignos se curan. Hay otras enfermedades en las que la tasa de curación es prácticamente nula. En el cáncer hoy estadísticamente es más fácil curarse que no hacerlo. Estamos hablando en global, ya que es cierto que hay tumores en los que el porcentaje de curación es muy bajo. En esos es donde hay que poner más esfuerzo para mejorar la situación.
-¿En qué líneas se está apoyando el progreso para tratar tumores que eran incurables o para mejorar al menos su supervivencia?
-Por un lado, está el desciframiento del genoma del cáncer, que nos permite averiguar cuáles son las mutaciones concretas que causan el tumor de cada paciente. Por otro lado, tenemos a la inmunoterapia, con nuevos medicamentos que potencian nuestro sistema inmune para que nos podamos defender mejor de las células tumorales. El cáncer es la enfermedad que nos hace sentir más vulnerables, pese a que no es la más grave en absoluto.
«No hay dos tumores iguales, lo mismo que no hay dos abrazos iguales ni dos días iguales. Cada caso necesita una atención personalizada»
-¿A qué se debe que haya cánceres con un porcentaje de curación muy bajo cuando en otros se han logrado tasas muy altas?
-Son varios los factores que lo explican. En primer lugar, no hay dos tumores iguales, lo mismo que no hay dos abrazos iguales ni dos días iguales. Por tanto, cada cáncer necesita una atención personalizada. En el caso de los tumores mucho más inaccesibles, su aparición es difícil de anticipar. Cuando se presentan es demasiado tarde. Mientras que en los cánceres de mama, colon y próstata se ha avanzado mucho en la detección precoz, en otros es muy difícil de conseguir, porque no contamos con los marcadores adecuados. Esto es por la parte clínica. En cuanto a la evolución biológica, hay que tener en cuenta que es muy diferente, porque al ser mutaciones distintas las que generan unos tipos de tumores y otros, nuestra respuesta actual es muy limitada al no tener los fármacos adecuados ni los tratamientos específicos para los daños causados. Soy optimista, porque seguro que vamos a mejorar, pero lo que no se puede prometer es aquello que no se puede cumplir.
-¿Se podrá erradicar el cáncer alguna vez?
-El cáncer forma parte de nuestra esencia biológica. Los dinosaurios ya tenían cáncer y morían por ello. El cáncer nos va a acompañar siempre. ¿Por qué? Porque mientras que tengamos un componente biológico en nuestro organismo, las células se van a seguir dividiendo y se producirán errores que no se podrán reparar. Y mucho menos si sometemos a nuestro cuerpo a una fuente continua de daños que satura la capacidad de reparar los errores. Cuando eso sucede, se desarrollan tumores. Sería como decir que vamos a erradicar la humanidad y pasar a la era de los robots o de las máquinas. Lo que hay que tratar es de vivir de una manera más serena y comprometida con el cuidado de nuestra propia salud. Para mí, el futuro de la medicina es el futuro de la salud y no tanto de la enfermedad. Hay que evitar que al final todos nos convirtamos en enfermos o en prepacientes.
-Aunque el cáncer no se erradique, sí se podrá conseguir un porcentaje de curación elevado, ¿verdad?
-Por supuesto. Ya le digo que en la actualidad se llega al 60 por ciento de curaciones. En Málaga hay grandes referentes en el tema de la oncología como, por ejemplo, Emilio Alba.
«Los dinosaurios ya tenían cáncer y morían por ello. El cáncer nos va a acompañar siempre»
-¿Cuántos casos de tumores se diagnostican anualmente en España?
-Parece que nos hemos acostumbrado, pero cuando acabe este año habrá 300.000 nuevos casos de cáncer en España. Son números muy grandes. Nos asusta lo desconocido, aunque ahora con el Covid parece que nada nos asusta, pese a que siguen muriendo todos los días personas de Covid. Pues con el cáncer pasa lo mismo. A diario fallecen pacientes con cáncer en Málaga. Por eso, la prioridad absoluta tiene que ser la salud. Ver a un hijo que sufre un tumor es insoportable. A ese respecto, esta semana he publicado un libro, cuyos beneficios son para investigar el cáncer infantil, titulado 'Palabras para Samuel'. Lo he escrito en memoria de un chico maravilloso de 16 años al que el verano pasado se le diagnosticó un cáncer y murió en febrero, y en honor a su familia. Esto no ha sido una larga enfermedad.
-¿Qué le parece el término una larga enfermedad que se emplea para hablar de que una persona ha muerto de cáncer?
-Eso hay que quitarlo del vocabulario. Hay que hablar con palabras claras para evitar el estigma. Los pacientes de cáncer no son héroes ocultos, ni quieren serlo, lo que quieren es curarse, como todos los enfermos. El cáncer es una enfermedad como cualquier otra, con sus claves y su lógica molecular. Y, además, hoy es bastante curable. Mucho más que otras. Fíjese en las enfermedades neurodegenerativas, que son mucho más difíciles de curar.
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.