Esther Galicia defiende que las personas no esperan a tener 60 años para empezar a cuidar su salud. FRANCIS SILVA
Presidenta de la Asociación de Diabéticos de Málaga (Adima)

Esther Galicia: «Es un falso mito que las personas con diabetes no puedan tomar azúcar»

«La calidad de vida de los pacientes ha mejorado un cien por cien gracias al sensor que mide la glucosa en sangre sin tener que pincharse en el dedo 15 veces por lo menos»

Ángel Escalera

Málaga

Lunes, 14 de noviembre 2022, 00:44

Cerca de 200.000 malagueños padecen diabetes, una enfermedad silenciosa que en muchos casos guarda relación con la carga genética, la mala alimentación y el sedentarismo. Alrededor de este trastorno metabólico hay muchos mitos que no son cierto, como que las personas diabéticas no pueden ... tomar azúcar. En esta entrevista, la presidenta de la Asociación de Diabéticos de Málaga (Adima), Esther Galicia, destaca el gran avance que ha supuesto un sistema que mide la glucosa en sangre y evita tener que pincharse en el dedo 15 o más veces diarias. Hoy se celebra el Día Mundial de la Diabetes.

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–¿Cuál es la situación de la diabetes en estos momentos en la provincia de Málaga?

–Teniendo en cuenta cómo estábamos el año pasado por la pandemia del Covid, podemos decir que estamos mejor, lo que pasa es que no nos encontramos en un momento óptimo, ya que todavía no se han recuperado al cien por cien todas las revisiones presenciales que las personas con diabetes tipo 2 necesitan. Nosotros siempre diferenciamos la diabetes tipo 1 de la tipo 2.

–¿Y cuál es la diferencia?

–En la tipo 1 es el sistema inmune el que ataca a las células beta. Y desde el primer momento hay que suministrar insulina para poder sobrevivir. La diferencia fundamental es que la diabetes tipo 1, tal y como está catalogada por la sanidad pública andaluza y española, se ve en los servicios de endocrinología de los hospitales. Los endocrinólogos, tanto de adultos como de niños, se han esforzado durante la pandemia, redoblando el contacto que tenían con nosotros y se ha continuado con el seguimiento y el control del tratamiento. Por su parte, las personas con diabetes tipo 2, que toman pastillas y que no necesitan insulina o que la necesitan, pero no cinco o seis dosis diarias, son atendidas en los centros de atención primaria. Y ahí sí tuvimos un problema cuando no hubo atención presencial de los pacientes crónicos. Esa asistencia todavía no se ha restablecido por completo. Eso supone un agravio comparativo entre la diabetes tipo 1 y la tipo 2.

«Los pacientes con diabetes tipo 1 tienen que inyectarse insulina seis veces al día como mínimo»

–La diabetes tipo 2 se asocia a la falta de ejercicio, a la obesidad y una mala alimentación, ¿no?

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–Y también a la carga genética. El problema que tenemos con la diabetes tipo 2 es que hay pacientes con 20 o 25 años que ya tienen una rutina marcada y trabajar con ellos para que la cambien es mucho más complicado que hacerlo con niños y adolescentes. Comparando estos dos tipos de diabetes no se puede decir que una sea mejor o menos grave que la otra. Es algo muy personal. Mi hija, por ejemplo, tiene diabetes tipo 1 y lleva un tratamiento puntero: de lo mejor, lo mejor, gracias al sistema sanitario público andaluz. Sin embargo, conozco a pacientes diabéticos tipo 2 insulinodependientes que no tienen el sistema de monitorización continua 'flash', porque hasta el próximo mes de enero no se implantará.

–¿En qué consiste la monitorización 'flash'?

–El sistema 'flash' consiste en un dispositivo para la medición de los niveles de glucosa en sangre que, con el tamaño de una moneda de dos euros, se coloca en la parte posterior del brazo. El dispositivo inserta un filamento en el tejido intersticial del paciente a través del que registra las mediciones, cuya lectura se realiza acercando un teléfono móvil en el que se ha instalado la aplicación correspondiente. Además, dispone de transmisión de datos a la 'nube', lo que posibilita procesos de telemedicina. El medidor envía información las 24 horas del día durante los siete días de la semana.

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–¿Qué pacientes con diabetes tienen derecho a que la sanidad pública les dé un medidor 'flash'?

–Lo tienen las personas con diabetes tipo 1. Primero se subvencionó hasta los 18 años y luego se amplió. La Junta de Andalucía aprobó el pasado mes de marzo la financiación del 'sistema flash' a pacientes con diabetes tipo 2 insulinodependientes que cumplan una serie de requisitos. En septiembre fue cuando se empezó a implantar en personas dependientes, que viven en residencias o que tienen algún tipo de demencia. A partir del próximo mes de enero se va a poner de forma escalonada a toda la gente tipo 2 insulinodependiente siempre que un médico lo prescriba cuando vea que esa persona cumple con el seguimiento de su padecimiento. En ese caso, dispondrá del sensor. Hay que hacer buen uso, porque si no se retirará el medidor. Hay que tener en cuenta que el coste de la utilización del sensor es de 120 euros al mes. Lo único que se le pide al paciente para tener el 'flash' es que cuide su vida.

«Una persona con diabetes puede mantener la misma alimentación que alguien que no la tiene, pero controlando los hidratos de carbono»

–¿Las personas que tienen el sistema 'flash' ya no tienen que pincharse en el dedo para comprobar su nivel de glucosa?

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–No. El sistema 'flash' lo sustituye. Como la fiabilidad del medidor es muy alta, salvo en casos de hipoglucemias, en los que sí hay que hacer la glucemia capilar, no hay que pincharse en el dedo. Eso evita 15 pinchazos diarios como poco. La información que manda el sistema 'flash' es tan grande que equivale a dos pinchazos a la hora. Es un paso adelante muy importante. De hecho, ha desterrado ideas que teníamos sobre la medición. Algo fundamental es que se evitan las situaciones peligrosas como las hipoglucemias graves, que pueden desembocar en un coma diabético, ya que al contar con información se puede actuar antes. La calidad de vida ha aumentado al cien por cien.

–¿Cuánta gente padece diabetes en la provincia de Málaga?

–Cerca de 200.000. Está calculado que el 15 por ciento de la población padece diabetes. De esa cifra, el cuatro por ciento son diabéticos tipo 1. Solo en los hospitales de Málaga capital de adultos están viendo a unas 5.000 personas diagnosticadas con el tipo 1. La diabetes es una enfermedad silenciosa.

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–¿Llevan mejor la diabetes los niños que los adultos y cumplen más el tratamiento?

–En líneas generales, sí. Para conseguirlo trabajamos con ellos, pero también depende mucho de la familia para que los niños no se sientan diferentes. Ellos saben que la insulina es parte de su vida y que si no hacen bien el tratamiento aparecerá una hipoglucemia o una hiperglucemia. Los niños están acostumbrados a cumplir las normas. Las colonias de verano se organizan precisamente para eso, para que no se sientan solos y aprendan a manejar la enfermedad.

–¿Cuántas veces tiene que inyectarse insulina cada día una persona con diabetes?

–Lo tienen que hacer cada vez que van a comer, es decir, cinco veces, a lo que se añade una insulina lenta, con lo que se llega a seis y alguna más si hay que hacer correcciones. Por tanto, como mínimo son seis. Y a partir de ahí se puede subir.

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«Hay dos cuestiones que favorecen la diabetes tipo 2: la carga genética y la mala alimentación»

–¿Hay muchos mitos sobre la alimentación que pueden tomar los diabéticos?

–Es un error creer que la alimentación de las personas con diabetes tiene que ser diferente a la del resto de la gente. Se trata de seguir una alimentación divertida y saludable que pueda comer toda la familia. Otro mito es hablar de una diabetes buena y otra mala. Es una equivocación creer que la diabetes tipo 1 se cura. Un falso mito general es creer que no se puede tomar azúcar. También es un doble engaño querer comer un alimento porque no tiene azúcar y pensar que por eso es apto para diabéticos cuando realmente tiene más hidratos de carbono, que es lo que nosotros controlamos.

–¿Sí se puede tomar azúcar si se tiene diabetes?

–Sí, claro. Una persona con diabetes puede mantener la misma alimentación que alguien que no la tiene. Lo que debe hacer es calcular y controlar los hidratos de carbono que consume. Los hidratos de carbono están en las frutas, la harina, el azúcar, en casi todos los tipos de edulcorantes, la pasta, las legumbres, la leche de vaca, los yogures... No se debe hacer una diferenciación entre hidratos de carbono, fruta y azúcar.

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–¿De qué forma influye la genética en la aparición de esta enfermedad?

–Una persona cuyos padre, madre y hermanos sufren diabetes tipo 2 tiene muchas posibilidades de padecer la enfermedad. En mi casa no tenemos obesidad, tiramos a ser delgados, pero contamos con una carga genética importante para padecer diabetes tipo 2, aunque la diabetes de mi hija es la tipo 1.

–¿Usted sufre de diabetes?

–No. Yo entré en Adima por mi hija. Como le decía hay dos cuestiones que favorecen la diabetes tipo 2: la carga genética y la mala alimentación.

–¿Qué recomendación hacen desde Adima a la población para prevenir la aparición de la diabetes tipo 2?

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–Lo primero es que no esperemos a tener 60 años para preocuparnos de cuidarnos. Hay que mantener la casa, en este caso el cuerpo, en buen estado. En el tema de la alimentación, si en el 80 por ciento del tiempo como de forma saludable, porque un día me exceda un poco, no pasa nada. Yo siempre recomiendo que no se hagan sobresfuerzos para impostar un hábito de vida, porque es contraproducente y al final no se va a conseguir. Sin embargo, es conveniente ir introduciendo pequeñas cosas como, por ejemplo, volver a la cocina tradicional y fomentar la alimentación de productos de kilómetro cero. Además, es fundamental evitar el sedentarismo. No se trata solo de hacer 10.000 pasos diarios, sino de moverse, caminar, subir escaleras o bajarse una parada del autobús o del metro antes. Se trata de introducir en la vida diaria hábitos saludables y que se puedan cumplir.

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