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Más de 5.000 profesionales están reunidos en Málaga en un congreso sobre la periodoncia y la salud bucal, organizado por la Sociedad Española de Periodoncia y Osteointegración (SEPA). El presidente saliente de SEPA, Antonio Bujaldón, que es un odontólogo que se dedica en exclusiva ... a la periodoncia y a los implantes, asegura en esta entrevista que las personas que tienen una boca sana corren menos riesgo de sufrir enfermedades como, por ejemplo, la diabetes o las dolencias cardiovasculares. Antonio Bujaldón dice que la clave para tener dientes sanos es acudir al dentista al menos una vez al año, hacer tres cepillados al día y mantener una dieta saludable.
-¿Qué especialidad tienen los más de 5.000 participantes en el congreso?
-En primer lugar, quiero decir que por fin hemos podido celebrar el congreso en Málaga después de que en 2020 hubiese que suspenderlo por la pandemia. La mayor parte de los asistentes son dentistas y odontólogos interesados por la salud periodontal y de los implantes dentales, así como por la salud en general y por la repercusión que esta tiene en nuestros pacientes. Además, contamos en el congreso con más de 60 empresas que están de forma presencial en la exposición comercial que hacemos en Málaga.
-Una de las enfermedades más frecuentes de las encías es la periodontitis. ¿Qué es esta patología y de qué forma se manifiesta?
-A la periodontitis antes le llamábamos piorrea. Es una infección bacteriana que afecta a las encías. Se caracteriza por ir destrozando el soporte que sujeta el diente, lo que provoca que este pierda la estabilidad y al final se caiga. Esto presenta varias secuelas, que no son solo dentarias, sino también sociales, con la aparición de complejos que generan un cierto estrés en las personas afectadas.
-¿Cómo se puede prevenir la piorrea y con ella la pérdida del diente?
-La prevención de la enfermedad periodontal es muy básica y pasa por acudir al dentista al menos una vez al año, así como por cepillarse correctamente los dientes y tener una dieta y unos estilos de vida saludables. Esas son las tres claves que debe tener en cuenta una persona para no padecer la enfermedad periodontal, con lo que se evitan secuelas que son irreversibles en la mayor parte de los casos. Todo lo que se pierde supone una lacra de autoestima y de la salud de los pacientes.
-Si ocho de cada diez personas en España tienen problemas en las encías, es evidente que algo se está haciendo mal.
-Sin duda alguna, algo estamos haciendo mal. Es una autocrítica muy oportuna y que es relevante. No somos capaces de llegar a impactar en la población de una manera que sea eficaz este tipo de prevención. Es importante que la sanidad pública ponga el foco en este problema.
-Igual que hay médicos de familias, ¿hacen falta dentistas de cabecera en la sanidad pública en el ámbito de la atención primaria para lograr una mejor prevención?
-El de la prevención es un escalón que tenemos que superar toda la sociedad en su conjunto. Las instituciones deben entender que gran parte de la patología bucodental repercute en la aparición de otras enfermedades como, por ejemplo, la diabetes o las dolencias cardiovasculares. Hay que poner el foco en ese asunto. Andalucía aprobó el primer plan integral de salud bucodental de España y la intención de la Junta es ponerlo en marcha y desarrollarlo. Es algo que beneficiará sobre todo a personas con pocos recursos y a otras con poco acceso a la sanidad.
-Una cuestión clave es cepillarse los dientes. ¿Cómo hay que hacerlo para tener una boca sana?
-Decimos que hay que hacer un cepillado tres veces al día y que al menos una de ellas esté bien hecha y que sea de manera intensiva, porque no vale con un cepillado convencional, sino que hay que llevar a cabo también una buena limpieza entre los dientes. A ello hay que unir un hábito de vida saludable. El tabaco, el alcohol y una mala dieta son factores que van en contra de nuestra salud y de nuestro bienestar general.
-¿Se puede decir que una boca sana es el reflejo de una persona con buena salud?
-Muy probablemente, sí. Quien tiene una boca sana tiene menos riesgo de sufrir enfermedades como la diabetes o las dolencias cardiovasculares.
-En España se ponen cerca de un millón y medio de implantes dentales al año. ¿Qué recomendaciones dan a las personas que quieren recibir un implante para hacerlo de la mejor forma posible?
-Antes de nada hay que hacer una recomendación es muy básica. Lo primero es intentar no perder los dientes manteniendo una buena higiene dental, con visitas periódicas al dentista y estilos de vida saludables. Dicho esto, una vez que una persona necesita colocarse implantes, hay que saber que los implantes no son mejores que los dientes. El paciente que pierde los dientes, los ha perdido por algo. Es muy importante tener en cuenta que los implantes son como los dientes: si los cuidas son para toda la vida y si no los cuidadas no lo son. Por tanto, hay que poner todo el enfoque en prevenir y cuidarlos para lograr que todo siga en buen orden a largo plazo.
-Hay personas que se sienten defraudadas tras un implante porque se les prometieron cosas que luego no se cumplen. Es lo que se conoce como publicidad engañosa.
-El Consejo General de Dentistas de España ha hecho una labor bastante buena trabajando contra ese tipo de publicidad engañosa, en la que se dan expectativas que no son realistas en cuanto a los resultados. Por eso, hemos luchado contra muchas campañas publicitarias. Los pacientes deben saber que la odontología de España es de las mejor valoradas del mundo.
-Todo lo que se hace en la infancia repercute luego en la edad adulta. ¿Qué consejos dan para que los niños tengan la boca sana?
-Lo que digo es que los niños no tienen que tener miedo de ir al dentista. Cuanto antes acudan a la consulta de un odontólogo de manera preventiva, tendrán confianza en ese profesional y perderán el miedo a que se les haga el tratamiento que precisen. La prevención es el factor primordial para sentirnos seguros.
-Los que parece que siguen teniendo miedo a ir al dentista son muchos adultos.
-Los adultos hemos pasado mucho miedo. No es baladí. Esas experiencias que hemos tenido los que somos más mayores es necesario que las podamos revertir en las siguientes generaciones. Y la única forma de conseguirlo es mantener una actitud preventiva.
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