Se acabó la música enlatada, vuelven los directos a casi todos los eventos. No hay boda que se precie o fiesta de postín que no lleve, para los más viejunos, su orquesta ochentera, que en los últimos años hacen su agosto, entre otras muchas opciones ... de lo que puede ser la música en vivo. Este resurgir del sonido sin intermediarios viene pegando fuerte, y algunos bares intentan sumarse a la nueva moda.
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Pues bien, los empresarios del ocio nocturno, que tienen diferentes horas de apertura cada uno dependiendo de sus circunstancias, se reúnen en esta jornada para hacer dos peticiones al Ayuntamiento de Málaga: poder ofrecer conciertos de pequeño formato siempre y cuando estén bien acondicionados acústicamente, y que los que ya tienen la licencia, que son muy pocos en la ciudad, puedan tener la música en directo hasta la hora de cierre, que es en este caso sería hasta las tres de la mañana. Hasta ahora, la licencia para conciertos de pequeño formato es desde las 15 hasta las 24 horas, como se tipifica en el Decreto 155/2018, por el que se aprueba el Catálogo de Espectáculos Públicos, Actividades Recreativas y Establecimientos Públicos de Andalucía.
Daniel Maldonado y Ángel Estacio del Grupo Tennessee (Tennnessee, Mirror, Tocata, Catedral, Tennessee Café y Señorío), José Barea, de Casaamigos; José Carlos Sabastro, de La Sal y el Son; Esteban Jimeno, de Ultramarinos Casapalma; y Ennio Chemes, de La Biblioteca; proponen acondicionar sus locales, es decir insonorizarlos, para contribuir a mejorar la calidad ambiental y el servicio de sus negocios, y demandan a su vez que puedan tener conciertos de pequeño formato hasta la hora de cierre del negocio (según los casos). Esta acción también posibilitaría, como explican, que los músicos malagueños, muchos viviendo en precario y tocando en las calles, pudieran tener también una plataforma en la que mostrar su arte.
A día de hoy nadie duda de la música es cultura en toda su extensión, sin embargo la normativa es restrictiva, como subrayan. Todos miran, y lo dicen, a Sevilla, donde sus grupos de música son conocidos, «y eso es así porque tocan en todos en los bares; sólo hay que ir por Sevilla para darte cuenta de que la situación es muy diferente a la de Málaga», subraya Dani Maldonado.
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José Barea, que sólo querría un hilo musical en Casaamigos, explica que todo el problema radica en el PGOU y las zonas residenciales, ya que limita mucho esta actividad, y que en Málaga hay un agravio comparativo con otras ciudades andaluzas. José Carlos Sabastro explica que la intención, en el caso de 'El Son y la Sal', es poder hacer conciertitos de pequeño formato de flamenco, «que son nuestras raíces. ¿España qué aporta? El toro está prohibido (dice irónico), y el flamenco perseguido», alega para criticar que no se fomente más la música andaluza, que ha dado la vuelta al mundo.
Ennio Chemes subraya que 'La Biblioteca', que es un bar bien insonorizado, tampoco puede poner música en directo. Lleva dos años pidiéndolo y nunca lo obtiene, pese a que puede abrir hasta las cuatro. «Hemos tenido que cambiar hasta de ingeniero», subraya.
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En realidad, como punto de partida chocan con la normativa andaluza. El artículo 20 del decreto 155/2018 indica que el horario de las actuaciones en directo de pequeño formato no pueden iniciarse antes de las 15.00 horas ni terminar después de las 24 horas, y además da la potestad a los municipios para regular esta actividad. En la capital son pocos bares, contados con los dedos de una mano, los beneficiados.
Sin embargo, y como dictamina el mismo decreto, en los establecimientos de ocio y esparcimiento los conciertos «se podrán celebrar durante todo el horario general de apertura y cierre que rija para el correspondiente establecimiento público».
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Pero, ¿qué opina el área de Comercio y Aperturas? Su concejala, la portavoz popular, Elisa Pérez de Siles, lo tiene claro: «Aquí no se va a hacer nada que no permita el decreto 155, nada que choque con el descanso legítimo de los vecinos. Trabajamos para que haya un equilibrio a través del cual se permita la dinamización del sector, pero también las condiciones ambientales para los vecinos; y para ello hay que aplicar escrupulosamente la normativa». Además, explica que el PGOU de Málaga deja claro que en las zonas residenciales no pueden ampliarse los establecimientos de ocio, a lo que hay que sumar las Zonas Acústicamente Saturadas (ZAS), «con todos estos parámetros hay que trabajar y cumplirlos», añade.
Uno de los locales de Maldonado y Estacio, Señorío, cuenta con un expediente sancionador por superar en varias ocasiones la hora de cierre de los conciertos de pequeño formato. En sus alegaciones a Comercio especifican que el objeto de la resolución, «incumplimiento del horario de cierre para los conciertos de pequeño formato» puede llevar a equívocos, pues puede entenderse que estaban incumpliendo la hora del cierre del establecimiento, «cosa que no es cierta», como subrayan, alegando que la actividad del establecimiento se estaba realizando en el horario permitido. La hora hasta la que pueden ofrecer las actuaciones en directo de pequeño formato es, como ya se ha citado, de 15.00 horas hasta las 24.00 horas, por lo que ellos abogan por poder tener permiso hasta las 3.00 horas, el tiempo reglado de apertura de su local.
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