El pasado 10 de noviembre se hablaba en las líneas sobre la mala situación que atravesaba la calle San Millán, una de las más transitadas de la zona de El Ejido, muy castigda desde hace un tiempo a esta parte. La queja en concreto tenía que ver con la gran cantidad de desperdicios que se centran alrededor de muchos contenedores. No es la única queja que recibe este lugar. La pista de la calle Julio Mathias, que fue reformada a la mitad, sigue con algunos desperfectos, las pintadas negacionistas continuan monopolizando algunas fachadas.
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Este fin de semana llegaban nuevas quejas centradas también en la citada calle, concretamente en los aledaños del conversatorio de música:«Hoy iba caminando por la calle San Millán y me encontré este regalito a la altura del conservatorio, una pintada en el suelo al lado de excrementos que de manera irónica, pero también incívica, llamaba la atención con un grafiti sobre la falta de consideración de algún dueño de un perro que no recogió sus necesidades» explica un lector habitual en una carta a esta sección acompañada por la foto que preside a este noticia.
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La situación, como bien se puede comprobar, empeora desde hace semanas y hasta el momento parece que las críticas, publicaciones y otras denuncias no causan el efecto que quieren todos los residentes y viandantes de una zona castigada por la basura y la movilidad.
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