
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Era curioso ver cómo los altos funcionarios iban a votar anteayer en las elecciones sindicales en el salón de plenos y daban excusas. «Lo he ... pensado y voy a votar porque es importante que demos nuestra opinión», decía uno de ellos como justificándose de su alto rango y de que fuese a participar democráticamente eligiendo a los que se sientan en la mesa de negociaciones con la patronal (en este caso, el equipo de gobierno del Ayuntamiento). Patronal, que por otra parte, votan los ciudadanos, así que en puridad la patronal de los funcionarios y los laborales son los ciudadanos, que son los que posibilitan que estén ahí con sus impuestos. Entre risas, uno de los sindicalistas decía anteayer que él también era ciudadano, cosa que nadie duda.
Pero a lo que íbamos. El ambientazo que había en el salón de plenos era enorme, de tal forma que a las doce de la mañana ya había votado el 40% del censo, y cerraron las urnas con un 71,26% en las mesas de los funcionarios (de un total de 2464) y 69,06% en las de los laborales (de un total de 472). En total, casi 3.000 empleados; que se dice pronto. Un escrutinio que se alargó hasta la medianoche. Este entusiasmo a la hora de votar lo firmaban los políticos para las próximas elecciones municipales (las últimas en Málaga, un 55% de participación): así estarían satisfechos de que la gente, toda, se ha movilizado. Los de derechas y los de izquierdas, cuyos líderes éstos últimos siempre dicen, y no debe ser una leyenda, que el voto de castigo de los suyos cuando no están contentos con ellos es real y tangible, y que los votantes de derechas son más fieles.
Hacía siglos que no se hablaba de elecciones sindicales, que decía alguien ajeno a la causa. La pandemia cambió el concepto tiempo. «Claro, si son cada cuatro años, hijo», que le contestaba otro en los pasillos. En fin, que hay demasiadas similitudes con los comicios de todo tipo, y que los líderes de los partidos, los que van a concurrir en las municipales del 28 de mayo se podían poner las pilas para despertar tanto interés. Léase el sempiterno Francisco de la Torre por el PP, Dani Pérez, segundo intento por el PSOE; Nicolás Sguiglia, primera ocasión por Podemos; Remedios Ramos, también su primera vez como cabeza de cartel por la confluencia de IU; y Noelia Losada, idem de lo mismo porque en las pasadas el número uno es ahora el concejal no adscrito, Juan Cassá. Hablamos de los que tienen representación municipal en la actualidad.
Las elecciones sindicales han quedado empatadas en la junta de personal (funcionarios), donde el Sindicato Independiente de Policía de Andalucía (SIPAN) y la UGT han obtenido el mismo número de delegados, 6. Detrás, Unión Sindical de Policías Locales y Bomberos de Andalucía (UPLBA), 5; Comisiones Obreras, 3; Sindicato Andaluz de Bomberos (SAB), 3; y CSIF, 2.
En el caso del comité de empresa, el órgano de los empleados laborales del Ayuntamiento, ha ganado la UGT, con seis 6 representantes; seguida por Comisiones Obreras, 5; y CSIF, 2.
Loli Barragán, de UGT, se alegraba mucho de los resultados y explicaba que el sindicato hoy día no es una continuación del PSOE, sino que es transversal y que nadie le piden el carné al entrar, ya que lo importante son los compañeros y trabajar para ellos. En Comisiones Obreras, Carlos Miura, también mostraba su mejor cara con el resultado al igual que Pilar Aguilera, de CSIF, que han doblado, o triplicado mejor dicho, su representación en laborales, ya que se pasaban de 17 delegados a 13 en estos comicios por la reducción de personal, y ellos subían uno, quedándose en dos. El concejal de Recursos Humanos, Jacobo Florido, subrayaba que estaba «muy satisfecho de que los sindicatos constructivos al final han tenido su recompensa».
Es curioso porque a la junta de personal se había presentado un grupo de bomberos, que en su día se escindieron de Comisiones Obreras, y crearon la CGT, que concurría a estas elecciones, con la curiosidad de que debían presentar 25 delegados, y sólo han obtenido 21 votos, un asunto que era comentado ayer por por la curiosidad del hecho.
El cabeza de cartel, el sargento de Bomberos, Juan Gálvez, que durante unos años era asiduo al pleno del Ayuntamiento para protestar junto a otros compañeros bajo el lema 'Bomberos de Málaga en Lucha', en una huelga que aún sigue viva con servicios mínimos, lo explicaba ayer. Su intención era crear una sección sindical aunque no entraran en la junta de personal, dando cuenta de que habían conseguido llegar a los 25 delegados pidiendo el favor a SAB para que algunos de los suyos complementaran la lista. «Nosotros ya hemos plantado la semilla, aunque no estemos en la junta de personal», explicaba. En fin, que el misterio de la lista en la que no se votan ni ellos mismos quedaba por fin resuelto: llevaban a algunos prestados que les hacían ese favor.
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