Eduardo Madina: «Cuando la razón duerme nacen los monstruos»

Sorprendidos ante el tono casi literario del diputado -víctima de ETA cuando era militante de las Juventudes Socialistas-, una buena parte de la militancia del PSOE comenzó a encumbrarle, y ya muchos le veían como el futuro del partido. Desde entonces hasta ahora han pasado siete años. Entre medias, dos congresos de su partido en el que ha sido protagonista. En el primer fue candidato y perdió contra Pedro Sánchez que estaba apoyado por Susana Díaz, que veía en el vasco un rival para el futuro. En el segundo proceso congresual, y en un giro del destino, Madina fue el principal valedor de Susana Díaz. También perdió, y abandonó (al menos de momento) la política activa.

Sin embargo, la lucidez de Eduardo Madina y su capacidad de fotografiar el contexto nacional ha provocado que numerosos medios de comunicación hayan contado con él en estos años. Por eso, no resulta nada extraño que la UMA le hubiera invitado a sus Cursos de Verano, en los que ha estado presente esta mañana pronunciando una conferencia que ha analizado los nacionalismos y el miedo, desde Salvini en Italia hasta el surgimiento de ETA.

Así, sostiene Madina que la modernidad como concepto se ve últimamente atacada por sus diversos antítesis; y puso como ejemplo el muro de Trump. «Es la expresión de un miedo, aunque hayamos decidido llamarlo nacionalismo. El miedo ha sido y es uno de los grandes aceleradores y frenos de la historia», ha afirmado. «Y en el caso del nacionalismo éste es la expresión del miedo a que su identidad se diluya en la historia; que cambie y desaparezca en la noche del los tiempos. Todo conflicto político como el vasco ha tenido este tipo de implicaciones», ha sostenido.

«Los monstruos nacen cuando la razón se duerme», ha explicado en referencia a un cuadro de Goya con el mismo título. «ETA es el producto de una razón dormida. Una realidad dogmatizada a la que en 50 años se le rindieron tributos de sangre. Eran asesinatos de personas que ETA pensaba que no debían formar parte de Euskadi«, ha señalado. Porque a su juicio, lo que la banda terrorista compartía con otros nacionalismos como el de Le Pen o Salvini es que tienen una imagen idealizada de ellos mismos; »un sueño erótico«. »Querían que todos viviéramos y muriéramos como ellos decían que había que hacerlo. Una especie de mirada romántica de lo que era aquello. La habían idealizado tanto, que la llevaron al límite del asesinato«.

Madina, en este punto, ha descrito el proceso de la banda terrorista. «Lo primero era señalar al diferente. Dejar claro dónde empieza el nosotros y dónde el ellos. La diferenciación». A continuación, ha desgranado, ETA pretendía meter a esta gente que sobraba en aislamiento social. «Se podía convivir con un vecino con camisetas de 'Gora ETA', pero no con un guardia civil». Señalamiento, aislamiento y asesinato bajo estas claves: «Teologización que se sumaba a 250.000 personas que estaban de acuerdo; y a un millón de vascos que nunca vieron nada; o lo que es lo mismo: la indiferencia de las buenas personas.

Tras hacer un paralelismo con la situación actual, Madina no ha querido ser especialmente pesimista. «Sin embargo, creo que hay una sensación de que los malos van ganando. Ahí están las sonrisas de Salvini, de Le Pen o de Trump. Cuidado con las religiones políticas, cuidado con los flautistas de Hamelin que con su música dulce nos llevan al límite del precipicio», ha sentenciado.