En determinado momento de la primera mitad del siglo XX, el rígido sentido del orden con que se habían compuesto las fachadas de la ciudad burguesa dejó de inspirar el respeto reverencial del que había gozado hasta entonces, para convertirse en poco más que un ... soporte publicitario. Rótulos, anuncios y neones pasaron a recubrir los ornamentos de una estructura social cuestionada: los luminosos de Philips y Coca-Cola eclipsaron a frontones romanos, frisos dóricos y capiteles corintios. Piccadilly Circus o Times Square son ejemplos perfectos de esta realidad, aunque, a nivel local, los más veteranos recordamos los alzados de la plaza de la Constitución revestidos de arriba abajo con aditamentos similares.
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A escala mucho más modesta, en la Avenida Juan Sebastián Elcano -junto al colegio de San Estanislao de Koska- se halla una casita cuya imagen exterior se ha acomodado a la visibilidad de los comercios que aloja.
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