Ecologistas plantean un proyecto para que el Guadalmedina vuelva a ser un río vivo

El autor es Santiago Martín Barajas, uno de los referentes nacionales de la organización, que ha participado en las iniciativas del Manzanares, así como el Río de Oro en Melilla y los proyectos del Castaños, en Barakaldo; el Besós en Barcelona; el Isuela en Huesca; el Genil en Granada y el Vinalopó, en Elche, entre otros. A su juicio, la renaturalización del cauce urbano tiene un interés social porque mejora la calidad de vida de los habitantes de Málaga: «Lo que ven ahora no es muy alentador, y el cambio sería una imagen agradable y bonita». A ello, se añade la creación de vida y la reducción del riesgo de inundaciones. «Se tiene que mantener su funcionalidad de la lucha contra avenidas en el caso de lluvias torrenciales», asegura.

Para ello, una de las claves es actuar sobre el suelo, donde el proyecto plantea eliminar el firme de hormigón, pero no las paredes. «Eso lo que hace es que en el caso de una avenida aumenta la velocidad del agua, con lo que los daños son mayores en caso de desbordamiento; y además impide la infiltración del agua». Con este cambio, se conseguirá que crezca la vegetación, especialmente en los laterales, que ralentiza la velocidad del agua y reduce la contaminación de esta y la ambiental.

Pero la idea principal central del proyecto es lograr que el agua corra de manera continuada por el Guadalmedina. El líder ecologista es tajante al afirmar que es posible. Para ello, están estudiando el régimen de explotación del embalse del Limonero, e incluso la posibilidad de verter agua reciclada con tratamiento terciario procedente de la depuradora del Guadalhorce. «Aunque un río tenga poca agua es un ecosistema natural con su vegetación, su fauna y valores ambientales, culturales y educativos». Martín considera además que en una ciudad turística, en un entorno rodeado de hoteles, supondría un cambio de imagen, frente a la «sensación de dejadez y de suciedad» que ofrece ahora. «Los ríos son muy agradecidos, en tres o cuatro años no se le va a conocer de lo bonito que estará», asegura, y prevé un rápido crecimiento, incluso con árboles de gran porte.

Una vez que esté listo, a mediados de octubre, lo presentarán al equipo de gobierno en el Ayuntamiento de Málaga, a los grupos de la oposición y al resto de administraciones implicadas: la Junta y la Demarcación de Costas. A nivel económico, asegura que es una obra «muy barata», pues lo más costoso será levantar la losa de hormigón, y es «perfectamente asumible» por el Ayuntamiento.