Así se diseña el barrio del futuro en Málaga

En el encuentro participaron Tomás Gasset, Ceo de Urbania; Ignacio Peinado, director de Desarrollo de Negocio, y Víctor Troyano, director de Conceptualización. La compañía asume todo el protagonismo en la urbanización, aunque sólo promoverá una parte pequeña de los terrenos, y el resto se lo repartirán entre las principales promotoras inmobiliarias del país. «El mundo ha cambiado mucho, donde antes había ingenieros que hacían urbanizaciones en base a las curvas de nivel del terreno, ahora hay que diseñarlo todo desde el principio», explica Gasset. «Queremos hacer una verdadera 'smart city', y para eso los equipamientos son lo más importante», agrega.

De la mano del Ayuntamiento, pero también con encuestas y reuniones, incluso con escolares, se han planteado una serie de servicios que son los que les han demandado los jóvenes. «Es un barrio pensado y diseñado por la generación Z, que nos ha dicho cómo quieren vivir, y lo que quieren es una 'smart city' útil, de verdad, habitable».

Y esto, ¿cómo se traduce? Una aplicación para móviles exclusiva para el barrio informará sobre la disponibilidad de aparcamientos; la posibilidad de solicitar que un vecino o un profesional pasee al perro en tu lugar; encargar compras en las tiendas, etc. Las mascotas tendrán unos espacios específicos y altamente equipados, ya que es otra de las principales demandas que les han trasladado.

El distrito Zeta tiene 66 hectáreas, y 76.000 metros cuadrados serán de zonas verdes integradas, con huertos urbanos abiertos a los residentes, que se comprometerán a cultivar en sus parcelas. Los juegos infantiles serán intergeneracionales, para que los abuelos puedan estar cerca de sus nietos. «Queremos naturalizar los espacios públicos, no serán manchas verdes sectorizadas sino paseos con continuidad», añade Víctor Troyano.

En el importante aspecto de la movilidad, se ha previsto que haya plazas de aparcamiento reservadas con un tiempo de uso limitado junto al colegio para los padres que acudan a recoger a sus hijos, para evitar así las habituales colas en torno a estos centros; así como para coches eléctricos con cargadores. Los carriles bici están integrados en las zonas verdes para alejarlos del tráfico; y este último, a su vez, está muy pacificado en el interior de la urbanización, con las calzadas y aceras al mismo nivel para rebajar la velocidad.

El tráfico principal de entrada y salida se vertebrará en dos avenidas que la cruzarán en cruz. También se ha previsto que haya un servicio de alquiler de coches eléctricos compartidos y sitios para aparcar las bicis y los patinetes con cargadores alimentados por energía solar. Todo el comercio y la restauración del barrio estará integrado dentro de un centro comercial abierto, con una gestión centralizada, de manera que los usos se repartan de forma racional (los más ruidosos lejos de las viviendas, por ejemplo) y las tiendas de conveniencia distribuidas de forma estratégica. Una de las principales referencias para las compras será una nueva plaza peatonal.

El Distrito Zeta puede llegar a albergar entre 8.000 y 10.000 vecinos, en casi 3.500 viviendas, con edificios de baja más siete en la zona del bulevar; baja más tres en el resto de parcelas, y unas 200 unifamiliares. En cuanto a los precios de venta, Ignacio Peinado espera que sean similares a los que hay ahora en Teatinos y alrededores, esto es, asequibles para las parejas malagueñas de clase media. La primera fase del movimiento de tierras ya ha comenzado y estará lista en el segundo trimestre del año que viene; y una segunda, que es cuando se verán los nuevos equipamientos. En paralelo a esta, comenzarán las primeras obras de edificación de las viviendas. La urbanización tiene previsto terminar en el tercer trimestre de 2023.