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El consejero de Hacienda, Industria y Energía, Juan Bravo, aseguró ayer en Málaga que el Gobierno andaluz seguirá bajando impuestos «porque esa es nuestra filosofía» y que lo hará hasta que Andalucía deje de estar en la zona alta de presión fiscal, que ... situó en 2023 en una cuarta posición –ahora es la tercera– en el conjunto nacional. En un foro organizado por Sur y patrocinado por la Fundación Unicaja, Bravo se comprometió «a seguir bajando impuestos en cada presupuesto que hagamos con la prudencia que eso conlleva». Tras detenerse en la rebaja en los tipos impositivos en Transmisiones y Actos Jurídicos para familias y pymes previstos en el presupuesto para 2020 que continúa el camino que abrió la eliminación del impuesto sobre herencias y donaciones entre padres e hijos, no se pronunció sobre la pregunta de si la rebaja fiscal se extenderá a los casos de legados y donaciones entre tíos, sobrinos y hermanos. Se comprometió, sin embargo, a seguir con la reducción del tramo autonómico del IRPF hasta equipararlo con el estatal y conseguir así que Andalucía abandone la zona de la autonomías con mayor presión fiscal.
Bravo aseguró que los criterios para elaborar las cuentas del próximo año –límite de deuda, regla de gasto y déficit cero ,«que antes nunca se han cumplido»– exigen un «mayor control» sobre la gestión del dinero público, que el actual Gobierno andaluz se propone administrar «como cualquier familia hace con el suyo, no endeudándose más de lo que puede pagar y no gastando de manera descontrolada». El consejero destacó la importancia del déficit cero –«lo importante no es fijarlo sino cumplirlo», precisó– y censuró a la actual ministra y exconsejera andaluza de Hacienda, María Jesús Montero, por haberle aconsejado «afrontar el déficit con más deuda. En ese caso, ya nos abrocharemos el cinturón», argumentó el responsable de Hacienda, que negó que el Gobierno andaluz vaya a recortar porque confía en las previsiones de más recaudación gracias a la rebaja fiscal, la simplificación de trámites burocráticos para la inversión y la apuesta por la eficiencia.
«Cuando llegué al Ayuntamiento de Estepona me encontré con la organización más desorganizada del mundo, y a Juan, cuando llegó a la Junta le pasó lo mismo, multiplicado por mil», trazó paralelismos en la presentación del consejero el alcalde José María García Urbano sobre un reto de gestión que la política le ha puesto también en el camino a su compañero de partido y de escaño en el Congreso en la breve legislatura de 2015. García Urbano dijo que ponía «la mano en el fuego en el plano personal y profesional» por quien calificó de brillante alumno y opositor a inspector de Hacienda. «Sólo con la eliminación del impuesto de Sucesiones y Donaciones, un gesto con el que se supera una injusticia histórica en Andalucía y que llevó a cabo en semanas ya está justificada la legislatura», valoró una gestión, en la que –abundó– demuestra que «es una persona capaz de ilusionar, de entusiasmar y de crear equipos». García Urbano hizo suya una frase ajena para completar el retrato de su amigo: «No esperéis de Juan cosas extraordinarias, pero sí que hará extraordinariamente bien las cosas ordinarias de cada día».
En relación al endeudamiento, Bravo aseguró que «cada andaluz, cada uno de ustedes, de sus hijos y hasta algún nieto tendrá que pagar 25 euros anuales durante los próximos 20 años para hacer frente a la deuda de 6.000 millones contraída entre 2008 y 2010, «esa fiesta de gasto cuando aquí se decía que no había problema y se estaba negando la crisis».
El consejero, al que presentó el alcalde de Estepona, José María García Urbano, defendió las cuentas que ahora tramita el Parlamento andaluz para el próximo año como «un presupuesto de todos los andaluces, sin líneas rojas ni etiquetas, sostenible, pensado no sólo para un ejercicio sino para la próxima década y para mantener lo que había y, si es posible, mejorarlo», dijo en relación al gasto en sanidad, educación y políticas sociales –especialmente la Dependencia– como pilares del Estado del bienestar. Destacó que los tres capítulos –en los que trabajan 200.000 de los 253.000 empleados directos de la Junta– reciben más dinero hasta sumar 20.000 millones de los 38.500 del total del Presupuesto. Defendió la incorporación de enmiendas de Vox así como de propuestas de la oposición, convencido de que «hemos hecho política de la buena y quienes decían que viene el lobo se encuentran con que el lobo pone más dinero y es que a lo mejor somos Caperucita».
El consejero de Hacienda justificó el malestar entre los profesionales sanitarios por la escasez de personal y medios: «Los sanitarios tienen toda la razón porque durante mucho tiempo no se ha invertido, y me dicen que faltan 2.000 millones. ¿Dónde los pusieron?», se preguntó antes de insistir en que su gobierno ha hecho «la mayor inversión en sanidad de la historia en Andalucía».
Bravo resumió en el «poco control y en el desprecio al dinero público» durante los gobiernos del PSOE cuando uno de los asistentes preguntó sobre su sensación más negativa tras llegar a la Consejería. La crítica general a esa gestión estuvo presente en toda la intervención del consejero, que fue desgranando casos concretos que ponía en relación con objetivos y medidas que se plantean en el Presupuesto. Entre ellos, hizo referencia a mil millones en derechos de cobro en favor de la hacienda andaluza que están en riesgo de prescripción y a los 700 millones que deberá pagar por pleitos perdidos. Recordó en este punto la indemnización de 170 millones a constructoras del metro de Sevilla o los 200 millones por la paralización ilegal del complejo comercial Nevada, en Granada. Bravo planteó el acuerdo prejudicial como fórmula para evitar sentencias, un instrumento para favorecer la negociación que tiene reflejo en las medidas presupuestarias y para el que pidió máxima transparencia e intervención del Parlamento. Bravo cifró en 50.000 los pleitos a los que actualmente se enfrenta la Junta.
El director general de la Fundación Unicaja, Sergio Corral, defendió ayer el «equilibro» del proyecto de los presupuestos regionales, que aborda en su opinión tanto la necesidad de avanzar en las demandas actuales de la sociedad andaluza, como desde «una visión estratégica para lograr más cohesión social y territorial». En este sentido, el primer ejecutivo de la fundación destacó las previsiones de crecimiento de la economía andaluza, que «se sitúan 0,4 puntos por encima de la media nacional y que casi duplican el de países de nuestro entorno, y todo ello pese a un escenario mundial en el que el crecimiento previsto será el más bajo en una década», apuntó Corral. Impulsada por la reactivación en el sector de la construcción y los servicios, así como en la demanda interna y en el capítulo de las exportaciones, Corral concluyó que la economía andaluza «está en un buen camino que es necesario preservar con inteligencia y generosidad para aprovechar las potencialidades de esta tierra que son innumerables y eso requiere de la aportación de todos los agentes económicos, públicos y privados».
El avance en el empleo –un tres por ciento anual y otro tanto en aumento de la afiliación a la Seguridad Social, indicó–, lo situó en ese «conjunto de buenas noticias» donde la grave fractura del paro – afirmó–»es uno de los grandes retos de Andalucía». Corral destacó la reducción en 15 puntos en los últimos seis años en la tasa de paro regional, «lo que no quita para siga siendo muy elevada», además de alejada del indicador nacional. La apuesta del Gobierno andaluz por incrementar el gasto en Investigación, Desarrollo e innovación hasta alcanzar los 560 millones de euros la valoró como un importante avance para mejorar y diversificar el tejido productivo, del mismo modo que las partidas vinculadas de forma directa a sanidad, educación, políticas sociales –opinó Corral– permitirán avanzar en cohesión social.
Sobre el futuro de los entes instrumentales de la Junta y su posible reajuste en personal, Bravo comentó que su objetivo es reorganizar y reestructurar. «¿Todo el mundo está donde aporta más?», se preguntó sobre unas medidas que supeditó en cualquier caso a las auditorías que se contratarán próximamente para conocer las debilidades y fortalezas de la conocida como administración paralela, en la que lamentó que los gerentes jamás hayan tenido siquiera un encuentro para intercambiar opiniones.
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