Pérez, González de Lara, Espadas y Atencia, en la entrada de la sede de la Agrupación de Cofradía. Salvador salas
La Casona del Parque

El diplomático Dani Pérez

El socialista juega en todas las ligas y lo mismo se reúne con Susana Díaz que con Juan Espadas y cierra los presupuestos con el alcalde. ¿Por qué no sale De la Torre en la foto del Viernes Santo?

Martes, 6 de abril 2021, 00:34

Juega en todas las ligas. Lo mismo recibe feliz a su hacedora la todavía faraona del PSOE andaluz, Susana Díaz, la misma que dice de él que es «la alternativa de presente y de futuro» frente a un proyecto «agotado», liderado por Francisco de ... la Torre; que va con su más que probable contrincante en las primarias, el alcalde de Sevilla, Juan Espadas, a dejarse ver con él el Viernes Santo; que cierra unos presupuestos municipales con el alcalde de Málaga; que pasa la mañana de ayer con los vecinos de La Roca demandando una reforma integral en el barrio para mejorarlo. Con la derecha, con la izquierda, de centro y por las bandas, el portavoz socialista Dani Pérez se mueve como pez en el agua cuando se trata de salir al campo de juego. En el pasado mandato municipal, en la segunda planta de la Casona (la de los grupos municipales) le apodaron con cierta guasa el 'bienqueda', pero este vocablo irónico de nuevo cuño en realidad esconde lo que para muchos podría ser otra realidad diferente no muy explorada en este país: el líder socialista se maneja bien en las artes de la diplomacia, y parece que a cada uno le da lo suyo.

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Antes del verano, cuando el alcalde resurgía de sus cenizas cual ave fénix tras su operación y el fin del confinamiento, y ganaba decenas de minutos de televisión nacional a cuenta de su reincorporación al trabajo, los populares se jactaban de que 'la esfinge', como le apodaron en una campaña electoral, tiene más vidas que los gatos de los mausoleos egipcios. Después, argumentaban que en la bancada de la izquierda no tenía contrincante, y que con Pérez estaban contentísimos porque, para algunos, no estaba al nivel del longevo regidor.

La Casona es una carrera de fondo, y conviene no desfallecer tras el primer asalto fallido. Y en esas anda Pérez, en la oposición, pero sin perder la ilusión, que es lo que no le quedaba a María Gámez cuando perdió en las segundas municipales y acabó marchándose. «El alcalde es un autómata», que decía un alto dirigente socialista para explicar que es muy difícil competir con alguien cuya única vida gira alrededor de su puesto como regidor. El 24/7, que pusieron moda los Brits, se hace insufrible para las nuevas generaciones.

Pérez, en realidad, tenía en quién fijarse para seguir en la carrera. Lo que ha hecho es lo mismo que ya hizo en su día De la Torre cuando se quedó como alcalde: copiar a Celia Villalobos. «Comerse la calle», lo que implementó con la diplomacia que le caracteriza para recibir a todo aquel que quisiera visitarle. El último, el ministro malagueño de Consumo, Alberto Garzón, cuando arreciaba la trifulca con el consejero de la Presidencia, Elías Bendodo, a cuenta del jamón ibérico, el aceite de oliva y el poco explicado modelo Nutriscore. Allí le esperaba De la Torre en la escalinata del Ayuntamiento, donde acababa diciendo sin despeinarse que la polémica entre él y Bendodo se debía a «un malentendido». Garzón se iba feliz. Le reciben, le acogen y le defienden.

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Pérez está aprendiendo a sumar, y muy cerca tiene a buen maestro, que lleva sumados 20 años de alcalde. De hecho, el socialista ya tuvo que sumar lo suyo en las agrupaciones de su partido cuando se presentó a las primarias. Pérez aprende rápido y gana en las distancias cortas.

Juan Espadas. ¿Por qué no se encontró con De la Torre el Viernes Santo?



En la visita del alcalde de Sevilla, Juan Espadas, a la Agrupación de Cofradías en la que Pérez le hizo de cicerone faltaba el tercer elemento. ¿Dónde estaba el alcalde de Málaga? De todos es sabida la relación fluida y cordial que tienen ambos regidores. Por eso, resultó extraño que no se vieran, sobre todo cuando el primero venía a rendir pleitesía a la Agrupación de Cofradías de Málaga, que a su vez había presentado su centenario en el teatro Lope de Vega, de Sevilla.

Pues bien, lo cierto es que Espadas avisó a De la Torre de que venía, pero lo hizo con premura, la noche anterior, a través de un mensaje, según ha podido saber este periódico, y fuentes municipales explicaron que el alcalde ya tenía cerrada su agenda y que no podía cambiarla en el último momento. El hecho es que, como cuenta alguno de los que fueron, Espadas, Pérez, y miembros de la Agrupación de Cofradías se quedaron esperando al alcalde de Málaga porque entendían que iba a ir.

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En los pasillos de la Casona había otra versión, que era la que aludía a que Espadas no venía a una cita oficial, aunque sí institucional (invitado por la Agrupación de Cofradías) y que no entendían que se saltara el cierre perimetral de las provincias. En fin, que viniendo el alcalde de Sevilla a Málaga en plena Semana Santa, aunque en un año atípico, el omnipresente Francisco de la Torre no salía en la foto. De ahí que el foco lo acaparasen Espadas y Pérez, una imagen de la que puede hablarse poco o mucho. Según se tercie en Andalucía.

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