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Se llama 'operación Bananero', suma 16 detenidos y una cifra récord de droga intervenida. Los más de 6.000 kilos de cocaína decomisados el martes en una nave en el polígono Santa Teresa de Málaga suponen un golpe histórico contra el narcotráfico en la provincia, ... pero también en España y en Europa, donde solo consta una incautación superior de esta sustancia en tierra firme: los 8.740 kilos aprehendidos el pasado mes de abril en el puerto de Algeciras.
Como sucedió en la droga hallada en el puerto gaditano, el alijo interceptado el martes estaba camuflado entre un cargamento de plátanos en el interior de una nave situada en la calle Valle Niza. El almacén, después de permanecer vacío durante años y sin uso alguno, había sido alquilado hace aproximadamente una semana y en el que los investigadores encontraron, además de la droga, un camión frigorífico, furgonetas y un monovolumen Chrysler Voyager, tal y como ayer informó SUR. La cocaína, que habría alcanzado un valor superior a los 360 millones de euros en el mercado negro, habría llegado a la Península por mar procedente de un país centroamericano, según las fuentes consultadas por este periódico.
La investigación, en la que han trabajado codo con codo la Unidad contra la Droga y el Crimen Organizado (Udyco)-Costa del Sol y el Grupo de Respuesta Especial contra el Crimen Organizado (Greco) de la Policía Nacional, junto a la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, llegó el martes a su fase de explotación. A las siete de la mañana, agentes de paisano irrumpieron en la nave, donde además de intervenir la droga efectuaron una decena de detenciones.
Las 48 horas transcurridas desde entonces se han desarrollado a un ritmo frenético. Aunque el dato no ha sido confirmado oficialmente (Interior ha convocado hoy una rueda de prensa para ofrecer más detalles), fuentes cercanas al caso apuntaron que se ha realizado una treintena de registros relacionados con la 'operación Bananera', en los que se ha ido incrementando la nómina de detenidos hasta los 16, aunque no se descarta que aumente, ya que la investigación está completamente abierta. De hecho, las agencias informaron ayer de que el número final de arrestos puede llegar a la treintena.
El trasiego en la nave era incesante. Lejos del sigilo con el que actúan los narcos, un descarado vaivén de porteadores salían y entraban de las instalaciones del Polígono Industrial Santa Teresa donde solo unas horas antes las autoridades se habían incautado del segundo mayor cargamento de cocaína de la historia de España. No cargaban droga, en las cajas que abrazaban había bananas.
Entre esas mismas frutas, una red de narcotraficantes pretendía ocultar un alijo de más de 6.000 toneladas de cocaína. Sin embargo, los agentes de la Policía Nacional y de la Guardia Civil que se han hecho cargo de este caso evitaron que les saliera bien la jugada. Las autoridades se incautaron de la droga, mientras que varias toneladas de plátanos quedaron desperdigados por la nave. La consigna fue clara: el propietario de las instalaciones podía hacer con ellos lo que quisiera.
La persona que se encarga de gestionar la nave lo tuvo claro. Después de que los agentes abandonaran las instalaciones descolgó el teléfono y comenzó a llamar a diversas asociaciones benéficas para que se hicieran cargo de la fruta y poder ayudar así a los malagueños que lo están pasando mal.
La respuesta no tardó en llegar. Desde Bancosol confirmaron su interés y los Ángeles Malagueños de la Noche acudieron a primera hora de la mañana de ayer a las instalaciones para hacerse con diversas cajas de bananas donadas.
«Ha sido una alegría que se hayan puesto en contacto con nosotros. Con estas frutas ayudaremos a las 600 personas a las que diariamente damos comida», explicaba Antonio Meléndez, presidente de los Ángeles Malagueños de la Noche, mientras cargaba bananas junto a su equipo.
No fueron los únicos que ayer se llevaron algunas de las bananas entre las que los narcos escondían la cocaína intervenida. Y es que algunos de los trabajadores de las naves colindantes que pasaban por la zona y se encontraban con la escena no dudaron en pedir permiso para quedarse con alguna caja de fruta.
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