El despacho de Juan Cassá

Ese fue el caso del ex edil de Málaga Ahora, Juanjo Espinosa, que siguió ondeando la bandera de Podemos, y anteriormente también ocurrió con el fallecido exsocialista, el arquitecto Carlos Hernández Pezzi. A los dos, hay que decirlo, les costó lo suyo encontrar una recachita en la Casona en la que poner sus carpetas y dejar su ordenador, pero finalmente Alcaldía conseguía buscarles un lugar, aunque fuese en espacios de lo más rocambolescos. Así, Hernández Pezzi hizo lo propio en una sombría y poco ventilada entreplanta, que más tarde, azares de la vida, acabó siendo una temporada el grupo municipal popular cuando Cassá dio otro zarpazo de los suyos y echó de su despacho primitivo al PP, con el que firmó un pacto de investidura en 2015. Todavía recordaban ayer esa foto, que publicó esta sección, en la que el exportavoz popular Mario Cortés arrancaba el logo del partido de la puerta, y no lo hacía precisamente con mucho temple. Las aguas volvieron a su cauce y los populares recobraron su oficina privilegiada con vistas a Pedro Luis Alonso y a Puerta Oscura sacando fuera a sus socios de gobierno esta legislatura.

Espinosa, cuya ruptura con su exgrupo fue por cuestiones crematísticas, acabó para colmo al lado de la Tesorería General. En fin, esas guasonas casualidades.

Lo cierto es que Cassá ya tiene despacho. Se venía hablando desde principios del mes pasado que el asturiano quería una oficina municipal. Lo que parece realmente extraño, y algún motivo habrá que todavía desconocemos pero que averiguaremos, es que el no adscrito se vaya extramuros. Es decir, fuera de la casa consistorial, City Hall, Rathaus u Hôtel de Ville, como reza en la placa que encargó el ex jefe de Protocolo, Rafael Illa, para la escalinata de la entrada principal.

El despacho de Cassá, que ya le ha proporcionado Alcaldía, estará en el Centro de Estudios Hispano-marroquí, en el muro de San Julián, 33, lo que San Google dicta que está a 1,5 kilómetros de la Casona. Si lo que quería el no adscrito es tener un lugar en el que sentar sus posaderas cuando vaya a los plenos y comisiones remuneradas, el lugar se antoja algo lejano. Los naranjas bromeaban ayer con la oportunidad del sitio: «¡Cuanto más lejos de la Casona, mejor!».

Vive el Ayuntamiento en una especie de calma chicha de finales de un verano tardío, al que le falta cierta tensión política, pero la última semana se ha mejorado la cosa con el asunto del Astoria y el pleno que han obligado a convocar socialistas y ediles de Adelante. Quince días hábiles tiene el alcalde. Cuentan los populares, entre bambalinas, que a De la Torre le viene sentando muy mal que su socia de gobierno, la portavoz naranja Noelia Losada, le haya salido respondona. «Mira, es que cada vez lleva peor que le lleven la contraria; y lo más divertido es que antes no se le notaba pero ahora se le nota mucho«, que decía ayer sin tapujos alguien cercano al primer edil.

Las conjeturas sobre lo que hará Losada y si se unirá al frente de la oposición a favor de dejar la plaza de la Merced abierta, un titular que ha cogido prestado el portavoz socialista Dani Pérez del manifiesto 'lamercedabierta.wordpress.com', que no nace ni de lejos del socialismo, está siendo uno de los asuntos más entretenidos estos días en la Casona. De Losada, pragmática, sugerían ayer que acabará diciendo que es un asunto sobre el que aún no hay un informe de la Junta y que se debe seguir excavando antes de decidir. En cualquier caso, la edil de Cultura, sin tener aún decidido el voto (aunque «empatiza» con los ciudadanos que la quieren diáfana), cree que este pleno es «forzado y precipitado». No parece muy buena señal para la oposición.