Desmontan el hospital de Carranque, símbolo de la pandemia en Málaga

Las camas ya habían sido retiradas y ayer se desmontaron las pantallas levantadas para separar espacios como los bloques de camas (en su mayoría divididas de tres en tres), la zona de rayos, el ecógrafo o el área de farmacología. Hasta en dos momentos pareció que la Consejería de Salud tendría que abrir el hospital, que finalmente nunca ha llegado a estar en funcionamiento: durante la primera ola, con el Regional y el Clínico desbordados, y en la tercera, cuando llegó a haber mil pacientes ingresados en la provincia. La Junta activó entonces el denominado 'Plan 7.500' para hacer frente al explosivo incremento de hospitalizaciones. Por entonces se temía que el número de pacientes, que en Andalucía rozó los cinco mil, llegase a los 7.500. Pero la campaña de vacunación y las restricciones aplicadas por las administraciones permitieron doblegar la curva de contagios y, con ella, la presión hospitalaria.

El hospital se montó en un tiempo récord y ha estado disponible desde abril del año pasado hasta hace escasas semanas. En una primera fase se instalaron 175 camas, pero la capacidad del pabellón permitía casi triplicar esta asistencia hasta las 400 camas. La rapidez en su montaje fue posible en gran medida por la colaboración altruista de varias empresas que pusieron a disposición de la Consejería todos sus recursos técnicos y humanos. Grupo Mundo aportó cuatro tráilers de material en pleno confinamiento. Y no era la última alternativa de la Junta, que también preveía, en caso de que Carranque se saturase, habilitar camas adicionales en la residencia Tiempo Libre de Marbella e incluso trasladar pacientes a hospitales de Córdoba y Almería. Finalmente nada de eso fue necesario.

La situación ahora es muy diferente a la de aquella tercera ola, la más violenta hasta ahora en Málaga junto la primera, aunque de esta última no hay datos acumulados por las dificultades para acceder a pruebas diagnósticas y el caos estadístico, también a nivel hospitalario, de las primeras semanas de la pandemia. Salud informaba ayer de que en los hospitales de la provincia se encuentran ingresadas 76 personas por coronavirus, diez menos que el sábado. De estos 76 pacientes, 19 permanecen en cuidados intensivos.

Los hospitales malagueños ahora tienen tres veces menos pacientes que hace un mes. El escudo protector de la vacuna es la principal razón por la que, en la ya superada quinta ola, ha habido menos enfermos hospitalizados que en los anteriores estallidos de la pandemia. El perfil de estos pacientes, además, ha cambiado en los últimos meses; ya ingresan personas más jóvenes (las que se han vacunado más tarde) y, al tener menos enfermedades crónicas, con cuadros menos graves.