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En una de las zonas más exclusivas de Málaga, frente a los Baños del Carmen, un grupo de personas sin hogar se había organizado para habitar una casa que quedó a medio construir hace años, y que, según los estudios de la Gerencia de Urbanismo, ... amenaza ruina, por lo que era un peligro para sus moradores. Por ello, esta mañana se ha ejecutado el desalojo y posterior tapiado de la propiedad.
Se trata de la vivienda ubicada en la avenida del Pintor Joaquín Sorolla, 62, que tiene unas llamativas lamas metálicas en su fachada y una valla publicitaria en el lateral que mira hacia el acceso a Cerrado de Calderón. La parcela, con una superficie próxima a los 424 metros cuadrados, consta en el expediente como que contiene una «casa derruida».
En ella vivían hasta hoy cinco personas, en algunos casos, desde hace dos décadas. La planta baja estaba habitada por Isidro, que se presenta como el antiguo guardés de la obra, que quedó inacabada años atrás. Mientras que en la segunda planta se repartían las habitaciones entre Romo, por una parte, y la familia de Jadilla, con su marido, su hija y su nieto Adam, de tres años.
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A la familia le ha ofrecido realojarlos en un hostal hasta que encuentren otra vivienda; y a los dos hombres, ir al albergue de la calle Góngora. «No sé lo que vamos a hacer, si nos vamos a una tienda de campaña en la calle, con el niño, nos dicen que eso es maltrato y que no puede estar así, pero no nos dan una solución. Sólo pedimos una habitación en un piso del Ayuntamiento», se lamenta la mujer. «No puedo acceder a un alquiler porque sólo tengo una ayuda, les pido que nos busquen un alquiler y yo lo pago, aunque me quede sin comer, pero la única opción que nos dan es la ruina, que nos vayamos a la calle».
«Hace 20 años, el propietario me dio la oportunidad de que cuidara de esto, porque entraban muchos okupas, había problemas y tenía que venir continuamente la policía», cuenta Isidro. «El Ayuntamiento me está tramitando una vivienda social, pero hasta que me llamen tendré que dormir en mi coche».
Por su parte, Romo rechaza la propuesta de la asistenta social de pasar unos días en el centro municipal de indigentes. «Tengo mis cosas metidas en el coche, pero prefiero irme con una tienda de campaña a la playa antes que al albergue, la realidad es que no tengo a donde ir».
Se trata de un desalojo por seguridad, tras un informe de la Gerencia Municipal de Urbanismo, según aclaran fuentes municipales. Derechos Sociales realizó una visita previa y se encontró que había personas ocupando el inmueble, de titularidad privada. De estos, según estas voces, un hombre se ha marchado (ha vuelto a su entorno familiar). Y a otro hombre y a una familia (un matrimonio, su hija y un hijo de ésta) se le va a gestionar una prestación de apoyo a través del catálogo de Servicios Sociales.
Además del expediente de ruina, que obligará a la demolición de la antigua casa, Urbanismo está ultimando los trámites para la expropiación de la finca, «al estar calificada la superficie de Sistema General Metropolitano y Sistema Local Viario». Y es que parte de los terrenos están en la huella de una estación de la línea 3 del metro a El Palo, por si acaso finalmente se decide hacerla. Además, el Ayuntamiento ha proyectado un aparcamiento subterráneo bajo parte de este solar y el que ahora ocupa el autolavado de coches.
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