Los temporales dañan periódicamente la playa de El Dedo, en El Palo. Sur

¿Habrá que derribar las casas de la playa de El Dedo? Un estudio propone su reubicación y construir un espigón bajo el mar

El trabajo realizado por expertos de las universidades de Málaga y Granada advierte de que las inundaciones por temporales requieren tomar medidas

Jesús Hinojosa

Málaga

Miércoles, 22 de noviembre 2023, 00:21

Las imágenes que se captaron el 4 de abril del año pasado en el paseo marítimo de la playa de El Dedo, en El Palo, hablan por sí solas. En esa jornada de fuerte temporal, el agua del mar llegó hasta la puerta de viviendas ... y comercios situados en primera línea. Fue un episodio más de inundaciones en la zona pero que no dejó tranquilos a los vecinos de esta barriada, que pensaron que ya había llegado el momento de hacer algo, de promover algún tipo de iniciativa para hacer ver la situación por la que atraviesa periódicamente este enclave del litoral oriental de Málaga. A su inquietud se sumó la de los socios del puerto deportivo de El Candado, que se ven obligados a dragar periódicamente la entrada a los atraques por la acumulación de tierra que también provocan los temporales de levante.

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La suma de ambas preocupaciones y la labor desarrollada por investigadores y estudiantes de las universidades de Málaga y Granada ha dado como resultado la publicación 'Transición ecosocial en destinos turísticos litorales. Problemáticas ambientales de la playa de El Dedo y del puerto deportivo de El Candado en el barrio de El Palo de Málaga', que este miércoles se presenta, a las 17 horas, en los salones del restaurante del puerto deportivo de El Candado.

En este trabajo se señala que, aunque la construcción de esta dársena, a principios de los años sesenta del pasado siglo, ha propiciado la acumulación de sedimentos en la playa de El Dedo, lo que ha multiplicado por cuatro su anchura, son frecuentes los temporales que inundan esta zona marítima. «Ante un escenario de cambio climático, puede que estas inundaciones se intensifiquen o que la inundación sea permanente ante una hipotética y posible subida del nivel del mar», señala el estudio, que ha estado coordinado por los profesores de Arquitectura José María Romero y Rubén Mora, de las universidades de Granada y Málaga, respectivamente.

Cordón dunar

Así, el informe propone una serie de medidas a adoptar en las próximas décadas para corregir esta peligrosa dinámica. A corto plazo, se propone la realización de un cordón dunar en el borde norte de la playa, junto al paseo marítimo, para lo que se podría emplear arena de la bocana del puerto de El Candado. El presupuesto de esta medida podría rondar el medio millón de euros. A medio plazo, se plantea realizar un espigón sumergido para frenar los temporales, en paralelo a la playa de El Dedo, y cerrado por el este, junto a la bocana de la dársena náutica. En total, implicaría un coste de 3.575.000 euros.

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Por último, a largo plazo, se propone la medida más llamativa: el derribo de las casas situadas en primera línea de playa, al este del arroyo Gálica, para generar un nuevo cordón dunar más amplio que favorezca la «renaturalización del espacio». En ese sentido, se apunta la zona de los cercanos jardines de Alberto Suárez Pipi como posible enclave para realojar a los vecinos en nuevos edificios. Esta última etapa está valorada en 1.550.000 euros, calculando solo el derribo y la adecuación del espacio que hoy ocupan las viviendas.

Inundación del paseo marítimo de la playa de El Dedo en abril del año pasado. Sur (imagen de Esther Yanke)

Consultada respecto a esta última propuesta, la presidenta de la Asociación de Vecinos de El Palo, Mercedes Pirez, una de las promotoras del estudio, ha apuntado que el derribo de esas viviendas «tiene que ser lo último que se haga, porque aún residen vecinos allí, aunque muchas casas ya están destinadas al alquiler turístico». «Es algo que tendrán que decidir las administraciones en su momento, pero antes hay otras alternativas, como el espigón sumergido», ha remarcado.

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En el mismo sentido, el profesor José María Romero ha señalado que la construcción de esa protección bajo el mar tiene como objetivo «retrasar» la posible demolición de las casas. No obstante, ha argumentado que, si no se toman medidas, «la naturaleza ocupará su lugar y va a ganar». «Se sabe que el riesgo de inundación de la zona a 50 años es enorme, y eso va a llegar», ha defendido este experto, quien ha remarcado que la desaparición de esas viviendas «no es el fin del proyecto», aunque sí una medida que se contempla para completarlo.

A la presentación de este miércoles están convocados José Antonio Víquez, gerente provincial de la Agencia de Medio Ambiente de la Junta, y Ángel González, jefe de la Demarcación de Costas. Toda una declaración de intenciones para que las administraciones públicas hagan suyo este proyecto, lo desarrollen y lo difundan como modelo para actuaciones similares de protección del litoral en otros puntos del país, que es lo que pretenden los autores del trabajo, plasmado en un libro editado por Rizoma Fundación.

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