La decisión de ubicar el nuevo hospital en la parcela de la trasera del Hospital Civil, donde está el aparcamiento, ha reabierto el debate sobre la llegada del metro. La Consejería de Fomento se mantiene firme en su idea de acometer el proyecto tal y como se acordó con el Ayuntamiento en 2013: soterrado por la calle Hilera, y en superficie por Eugenio Gross y Blas de Lezo. El consejero, Felipe López, anunció en Málaga a mediados de junio la intención de su departamento de licitar las obras a lo largo de este verano, con un presupuesto base de 41 millones de euros (llave en mano, esto es, listo para entrar en servicio); y un plazo de ejecución inicial de 24 meses.
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En cambio, el alcalde, Francisco de la Torre, ha encontrado en la ubicación de la futura infraestructura hospitalaria un filón de argumentos para reforzar su oposición al diseño inicial y para exigir que este llegue, sí, pero bajo tierra en todo su recorrido.
Es la idea que el regidor viene defendiendo desde que tomó fuerza la opción del tercer hospital en el mismo entorno que el Civil y el Materno, y que expondrá en una próxima reunión con el responsable autonómico de las obras públicas, según anunció ayer. «Plantearé la necesidad de reflexionar sobre el elemento nuevo que supone la creación del hospital en los suelos del Civil o en el Materno, en cualquier caso en esa zona, y por tanto la necesidad de que las vías conserven su capacidad de tráfico para las posibles urgencias, que se incrementarán en relación a las que hoy tienen los centros hospitalarios del Materno y el Civil», advirtió.
El regidor expondrá sus argumentos al consejero de Fomento en una próxima reunión
Junto a ello, volvió sobre la batería de razones que esgrime habitualmente, como es el respeto a las líneas de la EMT, a las que añadió la mejora del funcionamiento del metro si circula por un túnel, al evitarse los inconvenientes de los cruces con los coches. El avance de las obras del Guadalmedina, con el aumento de los resultados en cuanto a la captación de viajeros por la próxima llegada al Centro; y la ampliación hacia el PTA, que comenzará con una colaboración entre el metro y lanzaderas de autobuses municipales, son «escenarios que podrían crear un marco nuevo de reflexión».
La Junta alega que los tranvías resuelven el transporte a los hospitales en otras ciudades
Los tranvías resuelven con éxito el transporte a los hospitales en numerosas ciudades españolas. Así lo pusieron de relieve ayer fuentes de la Junta, según las cuales los equipamientos sanitarios están, precisamente, en el centro de la toma de decisiones cuando se trata de diseñar el trazado de una línea o ampliación, por su gran capacidad de atracción de demanda.
No en vano, hasta cuatro urbes del país –algunas con una población similar a la de Málaga– tienen sus centros hospitalarios comunicados mediante estos sistemas de transporte. Así ocurre con Zaragoza, donde el tranvía tiene hasta tres paradas junto a instalaciones de este tipo. Mientras, el recientemente inaugurado de Granada llega hasta los hospitales Virgen de las Nieves y al Parque Tecnológico de la Salud, con una alta afluencia de pasajeros. Los de Vitoria y Tenerife también tienen parada junto a centros médicos. Sin ir tan lejos, en la misma capital malagueña, el metro, en su tramo en superficie en Teatinos, ya para junto al Hospital Clínico, y no por eso dificulta la llegada de los pacientes por otros medios.
En cualquier caso, las fuentes recordaron que las «dudas» del alcalde ante el proyecto de prolongación del metro en superficie hasta el Civil, con unos u otros argumentos, no son precisamente nuevas, y además son anteriores a la decisión de que el tercer hospital se ubicara en este ámbito.
Por descontado, la Consejería de Fomento no sólo mantiene la iniciativa de acometer la infraestructura tal y como se diseñó, sino que el reto es llegar a licitar los trabajos de construcción a lo largo del verano, tan pronto como los obreros vuelvan al tajo en el tramo que se quedó abandonado en la avenida de Andalucía.
Lo cierto es que existen argumentos a favor y en contra de ambas soluciones, aunque el trasfondo real es la decisión política de impulsar un modelo de ciudad donde predomine el transporte público o el privado. Entre los elementos que respaldan la solución en superficie destaca el hecho de que el proyecto ya está pactado a nivel institucional (al menos, teóricamente) y redactado; el plazo y el impacto de las obras es bajo y el presupuesto es económico, aunque afectará mucho al tráfico. En favor del soterramiento, sobre todo, la posibilidad de mantener la capacidad viaria inalterada para coches y autobuses; si bien el coste se dispararía, al igual que el plazo y la repercusión social de los trabajos.
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