
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La Casona sigue prácticamente vacía. Los grupos municipales están abiertos con alguna presencia, pero intentando siempre que no haya más de dos o tres personas ... como acordaron. Casi nadie entra, casi nadie sale, digamos que el Ayuntamiento sigue en modo virtual. Como cuentan, ya no suena tantas veces el timbre de que ha llegado el alcalde. Va, pero a otro ritmo. De hecho, cuando De la Torre se engancha a las videoconferencias o entrevistas en televisiones lo hace desde el despacho de su casa, según se puede apreciar y atestigua el canal Youtube municipal. El último ejemplo local, la rueda de prensa telemática que ofreció con el edil de Urbanismo, Raúl López. Éste estaba en la Gerencia, y el alcalde, en su domicilio. Así que nunca estuvieron esos pasillos más fríos pese a que esté entrando el calor y no parece que la cosa tenga visos de cambiar.
Pero lo del edificio no deja de ser una anécdota comparada con la situación telemática y enlatada de las comisiones. El pleno está aún por ver. La última de Medio Ambiente no fue precisamente el ejemplo de lo que debería ofrecer un Ayuntamiento moderno y digital, un municipio a la última. Votaba un edil por cada grupo a viva voz porque no les funcionaba a varios el voto electrónico, se cortaban las emisiones de unos y de otros y el concejal se quedaba felizmente hablando y colgado en las ondas, y los más listos se pasaban los tiempos hasta tres veces con una retahíla sin final. Apasionante.
El portavoz socialista, Dani Pérez, que ve muy poco en vivo y en directo al alcalde por aquello de que los únicos lugares en los que coinciden son en los foros de reconstrucción de la ciudad, espacios donde más que hablar ellos deben darle su sitio a las organizaciones y colectivos de Málaga, se lanzó ayer a escribirle una carta, ya que en el confinamiento le dio por la literatura epistolar para suplir, de alguna forma, el debate cara a cara. En la misiva, Pérez le explica al alcalde que el motivo es reivindicar la posición del grupo socialista de que las sesiones de comisiones y plenos sean de manera presencial. Así le recuerda que el mes pasado se comprometió a recuperar la normalidad en estos encuentros, a petición de los socialistas, y acto seguido incide en que a las pocas semanas se desmarcó «bajo el pretexto de un informe fechado el 3 de junio, cuando nuestra ciudad estaba en otra fase, en la que simplemente se emiten una serie de recomendaciones que son lógicas y se pueden cumplir en las dependencias municipales».
El portavoz socialista dice no entender la postura del regidor porque, a su parecer, su criterio no es el mismo a la hora de celebrar foros de reconstrucción de la ciudad, a los que invita medio centenar de personas en vivo en directo y, sin embargo, se opone a que las comisiones con 20 personas puedan ser presenciales. Le indica que muchas ciudades ya lo hacen y le pide que el Ayuntamiento se adapte a «las nuevas realidades sin cercenar principios básicos como son la celebración de plenos y comisiones presenciales».
De hecho, hoy mismo habrá un foro por la tarde en el palacio de ferias con empresas y colectivos relacionados con la construcción, la promoción y la logística y, sin embargo, las comisiones de Urbanismo y Medio Ambiente del lunes fueron telemáticas.
El grupo Adelante Málaga también ha expresado su voluntad de que dejen de ser virtuales, y su portavoz Eduardo Zorrilla se ha quejado además, de que en el consejo de Urbanismo, que suele ser del interés de la prensa, tampoco se la invitara de forma electrónica.
Los plenos en Sevilla se desescalaron ni más ni menos que el pasado mayo, y el Ayuntamiento de Málaga todavía duda sobre si el próximo pleno del día 25 de junio, cinco días después de finalizar el estado de alarma será telemático o no. En el Ayuntamiento de Sevilla lo hicieron de la siguiente manera: el alcalde Juan Espada y los ediles llevaron mascarillas, se sentaron con la distancia de seguridad en las bancadas y casi dos tercios de la Corporación ocupó la sillería destinada a las personas que van de público a estas sesiones. Hacer sencillo lo que puede parecer difícil, ese es el quid de cuestión.
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