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No es la primera vez que lo dice. Es cierto, pero es que lo ha reclamado en tantas ocasiones y con tan poco éxito, que es una espinita que tiene clavada. El portavoz socialista, Dani Pérez, sigue pensando que el Ayuntamiento ha perdido una oportunidad ... histórica. Una ocasión única para demostrar que tanto el equipo de gobierno (PP y Ciudadanos) como la oposición (PSOE y Adelante Málaga) podían trabajar juntos para sacar adelante el plan de reconstrucción de la ciudad.
Sus reproches en el último pleno extraordinario, el jueves de la semana pasada, seguían en la línea de que la oposición ha sido la convidada de piedra en un momento en el que podían haber demostrado mayor unión. «Es un asunto de país, en este caso de ciudad, salir airosos tras la pandemia; era una cosa de todos», subraya desde su despacho el líder socialista tras una reunión que ha tenido con los ediles de su grupo.
Hoy, sabiendo que el Consejo Social de la ciudad se reunirá mañana, fecha en la que el alcalde presentará el plan de reactivación municipal, que es el resultado de los tres foros organizados por el Ayuntamiento ante los retos que ha supuesto la crisis sanitaria del coronavirus, todavía tiene ese reproche. Digamos que han participado muchos colectivos de la ciudad, eso es una realidad, pero la oposición sigue pensando que el plan podía haberse consensuado y haber sido de todos los grupos municipales. «Nos llama la atención, y mucho que el alcalde presentara él solo las conclusiones el pasado lunes; ni un concejal del PP, ni siquiera del equipo de gobierno; Noelia Losada, ausente, siendo el sustento de De la Torre; y más ausente la portavoz Susana Carillo», decía.
«Esa forma de hacer las cosas es la suya propia, sin contar con nadie, ni con la oposición, ni con los suyos, que no son tan suyos porque los obvia constantemente. Conclusión: Paco de la Torre es unipersonal. Fin«, puntualizaba.
Pérez ponía de ejemplo los planes consensuados de Sevilla, Madrid, Salamanca, y Granada y explicaba que queda claro que De la Torre no ha estado a la altura por su falta de liderazgo. «Parece mentira que haya vivido los Pactos de la Moncloa; ha perdido una oportunidad de oro para sellar los Pactos de la Casona», finalizó.
Es curioso observar cómo tantas personas, en la mayoría de los casos mujeres, se han puesto manos a la obra para realizar mascarillas caseras y proveer a su alrededor para que se protejan. Llamaba la atención ayer la mascarilla gris con estrellas que llevaba el edil de Adelante Málaga, Nicolás Sguiglia. El barbijo, como le llaman en su país, Argentina, ha sido realizado de forma desinteresada por una red de mujeres, «que se puso a tejer durante el confinamiento, y que nosotros hemos financiado desde Podemos», explicaba, a lo que su compañera Paqui Macías subrayaba que se habían fabricado 4.000 mascarillas con un coste en telas y material de 2.000 euros.
El edil popular, Jacobo Florido, llevaba ayer también una a la última: roja de cuadritos vichy. «Ideal de la muerte», que le decía alguna entre risas en la escalinata principal.
Pues bien, las de Florido se las suministra con mucho cariño su cuñada, Ana Álvarez. Con discreción se la quitaba, y guardando la distancia de seguridad, mostraba el filtro que lleva en un bolsillo interior que, como cuenta, hace que esté perfectamente homologada. En fin, mascarillas, barbijos, cubrebocas, tapabocas o como quieran llamarlas parece que han venido para quedarse durante una temporada, que esperemos no se alargue más allá de las uvas. Mientras tanto, algunos se reinventan: «Que el virus este no acabe con nosotros», decían.
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