Cultura pone 25 reparos a la residencia de estudiantes en el antiguo hospital de Santo Tomás de Málaga

«El informe de Cultura hace completamente inviable la actuación», apuntaron fuentes cercanas al proyecto. Y es que la Junta ha reseñado un total de 25 reparos en los que rechaza algunas de las principales propuestas de la intervención planificada para habilitar la residencia. Así, en relación a los cambios de distribución del interior del edificio respecto a las estancias originales, Cultura no considera viable «la subdivisión e incorporación de las galerías de convalecientes a las habitaciones de la crujía central transversal, por las alteraciones que esta actuación conlleva sobre la secuencia de espacios, desvirtuando el programa hospitalario y dificultando el entendimiento del edificio, así como por las afecciones que deriva sobre el sistema de particiones y las carpinterías».

También rechaza la intención de cubrir los patios, y comparte el criterio del Ayuntamiento de no autorizar el desdoblamiento de unos altillos porque eso supone un incremento del aprovechamiento del inmueble que no está permitido por la normativa urbanística del Centro Histórico.

Asimismo, respecto a la sala de quirófano del antiguo hospital, pide que se mantenga tal y como se conserva, con su zócalo, vitrina de instrumentos y lavabo, y que se planifique una estrategia para la recuperación y mantenimiento de estos elementos, como vestigio histórico de este centro sanitario, que cerró sus puertas en 1962, tras varias décadas atendiendo a pacientes con enfermedades oftalmológicas. No obstante, su historia se remonta al año 1505, cuando uno de los caballeros de la época posterior a la conquista de la ciudad por los Reyes Católicos, Diego García de Hinestrosa, lo fundó para acoger a enfermos pobres.

Cultura también pone reparos respecto a la demolición de una zona de la cubierta inclinada del edificio actual –levantado a finales del siglo XIX tras el terremoto de 1884– para ubicar una bancada de instalaciones. Así, pide que, en general, «el proyecto deberá articular una estrategia de rehabilitación de las cubiertas existentes, con soluciones técnicas acordes a su naturaleza constructiva».

Asimismo, la Junta solicita que se haga un inventario detallado de todas las partes del edificio sobre las que el proyecto pretende intervenir, como los revestimientos de suelos paredes y techos, elementos de carpintería afectados por las demoliciones, pavimentos, decoraciones pictóricas, azulejerías, elementos pétreos, vidrieras, lámparas, rejillas, sistemas de ventilación natural, cocinas, lavaderos, sanitarios, piletas, etcétera. El objetivo es que se lleve a cabo un diagnóstico sobre su estado de conservación que derive en una propuesta para su restauración, aunque su mantenimiento en algunos casos solo tenga como fin dejar testimonio del pasado del edificio.

Cultura pide a los promotores de la residencia que aporten los documentos e informes para dar respuesta a todas las cuestiones que plantea en su prolijo informe, que viene a evidenciar que la actuación planteada sobre el edificio dista mucho de los criterios de intervención de los técnicos de la Junta, que apuesta de forma férrea por la restauración del antiguo hospital tal y como se encuentra.