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La cuenta atrás está en marcha para que se lleve a cabo una nueva operación de regeneración urbanística en el eje de la Carretera de ... Cádiz de Málaga, como la que ha servido para levantar un proyecto de 130 pisos en el solar que dejó el derribo de la fábrica de la Flex. Otra demolición está a punto de activarse para dar paso a una actuación inmobiliaria similar. Se trata de la desaparición del edificio que albergó las cocheras de Portillo, ocupadas en los últimos años por un bazar, para permitir el desarrollo de una operación que incluirá un total de 158 viviendas así como una torre para hotel u oficinas.
Tras más de seis años de trámites, todo está a punto para que puedan empezar los primeros trabajos de esta singular intervención inmobiliaria en el número 92 de la avenida de Velázquez y que cuenta con el asesoramiento del estudio de arquitectura malagueño HCP. En concreto, según ha podido conocer SUR, está previsto que esta misma semana, posiblemente el jueves día 2, se inicie el derribo de lo que fueron las naves de Portillo, una actuación que llevará a cabo la empresa Demoliciones Córdoba, con un plazo de ejecución de tres meses.
Será la primera etapa de un proceso de transformación de este enclave en el que se generará un nuevo hito en el paisaje urbano del eje de la Carretera de Cádiz con una torre de planta baja más 13 que podría albergar un hotel u oficinas. Todavía no lo tienen totalmente claro los nuevos propietarios de este proyecto, que desde el pasado mes de marzo está en manos de una nueva empresa inmobiliaria, Cela Properties, tras la que se encuentra el empresario Manuel Rodríguez-Acosta Márquez.
Rodríguez-Acosta fue el promotor que firmó en 2006 con el Ayuntamiento de Málaga el convenio urbanístico que dio origen al proyecto de las torres en los suelos de Repsol, actualmente frenado por las dudas que ha generado el recurso judicial presentado por la Plataforma Bosque Urbano, que defiende destinar a zonas verdes todo ese espacio junto a la avenida de Juan XXIII. En aquel entonces, este empresario estaba al frente Comarex, la sociedad granadina que pactó con el Consistorio el pago de 82,3 millones de euros, un acuerdo que la crisis dejó pronto en papel mojado y que obligó a la ciudad a quedarse con los derechos urbanísticos que correspondían a esos empresarios al no poder asumir esos pagos. El año pasado, Urbanismo activó el concurso para venderlos y la promotora Urbania quedó como adjudicataria por 66,4 millones de euros. Sin embargo, la incertidumbre sembrada a nivel judicial mantiene esta operación paralizada.
Todo lo contrario que parece ocurrir con la de Portillo, que empieza a ser una realidad y que sus nuevos propietarios quieren empezar a ejecutar en los próximos meses, una vez que completen los trámites que restan para que se pueda ejecutar la urbanización del suelo que resulte de la demolición. Para ello, tiene que culminarse el trámite del denominado proyecto de reparcelación, en lo que ya están inmersos.
Además de la torre para un negocio hotelero o un proyecto de oficinas, en esta zona se construirán dos edificios para viviendas con una altura de planta baja más siete. Uno de ellos albergará 50 VPO y un local social de 700 metros cuadrados, cuyos derechos edificatorios quedarán en manos del Ayuntamiento, y el otro, 108 pisos. El año pasado se dio a conocer que el proyecto de hotel u oficinas y el de 108 viviendas iba a ser adquirido a la promotora inicial (Inmuebles Portillo) por la sociedad Ádsolum, empresa de nueva creación perteneciente al grupo Altamira doValue. Sin embargo, finalmente ha quedado en manos de Cela Properties, empresa con sede en Madrid y que cuenta con la sociedad Q21 Real Estate para la gestión inmobiliaria de la actuación.
La ordenación del sector contempla una zona verde en paralelo a la calle El Gordito, que será reurbanizada, que sumará 6.170 metros cuadrados. En los espacios de esta superficie ajardinada que no queden ocupadas por las plantas de los aparcamientos subterráneos de los edificios, se plantarán árboles de gran porte para generar amplias zonas de sombra. Buscarán especies autóctonas que requieran poco riego. Asimismo, se habilitará una zona de juegos infantiles en el extremo norte de esta nueva zona ajardinada.
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