Cuenta atrás para la apertura del paseo fluvial del Guadalmedina

En las horas de menos calor no es difícil observar a personas corriendo, andando o paseando a sus mascotas por estos paseos que arrancan a la altura del puente de Armiñán y llegan hasta las inmediaciones de la presa del Limonero. Fuentes de la Delegación del Gobierno andaluz en Málaga han apuntado que los trabajos para acondicionar estos senderos no están aún totalmente acabados, pero sí en su recta final, y que se espera que pronto sean recepcionados por el Ayuntamiento, que se encargará de su mantenimiento, para su apertura.

A principios de 2022, las administraciones regional y local firmaron un acuerdo para acometer este proyecto, con un presupuesto de más de siete millones de euros que incluye no solo las intervenciones en las bermas del río, sino también la adecuación de la zona norte de la presa del Limonero, para la reforestación de terrenos que suman la superficie de 350 campos de fútbol. En este espacio estaba previsto plantar 105.000 árboles y generar 27 kilómetros de paseos, para dar lugar a un parque forestal.

El Ayuntamiento se comprometió a completar la actuación de la Junta con un presupuesto de mantenimiento anual de 300.000 euros, y a aportar casi dos millones de euros para el alumbrado, el riego y la realización de un puente peatonal sobre el arroyo Pastelero, en el extremo norte del cauce, para conectar el paseo fluvial por la berma oriental del río con el jardín botánico de La Concepción. Sin embargo, este puente no ha sido contratado aún por la Gerencia Municipal de Urbanismo, pese a que reservó una partida de una partida de 168.187 euros.

Esta actuación de la Junta para acondicionar el tramo norte del cauce urbano del Guadalmedina preveía plantar 5.200 árboles y arbustos en este nuevo paseo fluvial. Algunos de estos árboles se han plantado en el cauce del propio río, enmarcando el surco de un riachuelo serpenteante que se habilitó el año pasado con una función estética para procurar la presencia de agua. Sin embargo, la actual sequía ha hecho que ese cauce, cuyo trazado ha quedado desdibujado por la presencia de vegetación incontrolada, esté seco.

Según han explicado desde el Gobierno andaluz, el agua que nutre ese riachuelo procede del «curso natural» del Guadalmedina, ya que «no se libera agua expresamente para mantenerlo». No obstante, han precisado que en ocasiones se llena con los aportes de los desagües que se hacen para limpiar el fondo del pantano del Limonero y de lo que llega de los arroyos situados aguas abajo de la presa. No obstante, ya estaba previsto que sería complicado llevar a cabo un mantenimiento de este mínimo caudal en momentos de sequía como el actual, ya que en estos casos el caudal ecológico lo absorbe el cauce por debajo del terreno.

Al margen de esta actuación promovida especialmente por la Junta, el Ayuntamiento ha llevado a cabo en los últimos meses con medios propios, coincidiendo con las elecciones municipales del pasado mes de mayo, una intervención de adecentamiento del cauce del Guadalmedina desde el puente de la Aurora hasta el del Carmen. Ha consistido en aplicar pintura verde y color piedra en los muros para borrar los numerosos grafitis que los poblaban, y en sembrar árboles y plantas trepadoras en los espacios que a principios de los años noventa se construyeron como fuentes.