Técnicos de Emasa e investigadores de la Universidad de Málaga colaborarán a la hora de seguir el rastro que el Covid-19 deja en las aguas residuales y así tratar de anticipar la evolución de la pandemia en una zona concreta de la ciudad de Málaga. Con este convenio, la empresa municipal de aguas va un paso más allá en el análisis de las aguas fecales que viene realizando desde el inicio de la pandemia, primero tomando muestras semanales en las depuradoras del Guadalhorce y Peñón del Cuervo y, desde el pasado septiembre, dividiendo la red de saneamiento de la capital en 16 sectores para conseguir una localización más concreta de la presencia del coronavirus. En este sentido, cabe recordar que el Covid-19 se excreta a través de las heces desde la etapa inicial del contagio incluso antes de que puedan aparecer los primeros síntomas.
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El problema a día de hoy es que estos análisis sólo confirman si hay o no trazas del virus pero sin arrojar más detalles, de ahí que el objetivo es seguir profundizando para obtener una información más concreta que permita adelantar la toma de decisiones para frenar su expansión.
En esta línea, a partir de ahora estas muestras se remitirán a la UMA para que sean estudiadas con nuevos parámetros de investigación. Para ello, se sumará al proyecto un equipo de seis investigadores que desarrollarán las labores de puesta a punto y validación del método de ensayo, así como de las nuevas metodologías de concentración de aguas residuales; igualmente tienen como objetivo establecer estrategias de correlación entre los resultados de los ensayos y el estado epidemiológico de la ciudad. De forma paralela, los resultados obtenidos se incluirán en la Red Andaluza de Vigilancia de Aguas Residuales como indicador de alerta temprana a la evolución de la enfermedad.
El convenio, en cuya puesta en marcha se venía trabajando desde hace meses, ha sido suscrito este martes por ambas entidades a través de sus máximos responsables, el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, y el rector de la UMA, José Ángel Narváez. Nace con una duración inicial de un año y con un coste de 60.000 euros que serán sufragados a partes iguales por ambas instituciones.
A la hora de dividir la ciudad, Emasa ha seleccionado los 16 puntos de extracción de las muestras donde las aguas de una zona no se mezclan con las de otras, de forma que estén lo suficientemente alejados como para poder abarcar áreas completas y, a su vez, lo necesariamente cercanos al lugar de vertido para que el material genético no se degrade. Ocho extracciones se realizan en puntos de la red de saneamiento junto antes de que confluyan con otras tuberías y las otras ocho en sendas estaciones de bombeo. De este modo, los 16 sectores son los siguientes: Campanillas, Mercamálaga-Polígono Trévenez-CTM, Guadalmar-Aeropuerto, Churriana, Polígono Guadalhorce-San Luis; Puerto de la Torre-Teatinos, Misericordia, Térmica, Princesa, El Bulto, Arroyo del Cuarto (Bailén-Miraflores), la cuenca oeste del Guadalmedina (Virreina, Palma-Palmilla), la este (Ciudad Jardín, Molinillo, Centro), Miramar-Limonar, Pedregalejo y El Palo.
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