Costas pone condiciones para que se haga el parque en los Baños del Carmen de Málaga

Como principio, la Dirección General de la Costa y el Mar ha dado su aprobación al grueso del proyecto de ejecución municipal para la zona verde en el pequeño bosque de eucaliptos y toda la franja del rebalaje, lo que abre la puerta a que en un futuro se puedan llevar a cabo las obras. El problema surge de que esta presunta luz verde, que se remitió ayer a la Gerencia de Urbanismo para que lo analice, viene con varios condicionantes, de los algunos son difíciles de resolver y otros de menor entidad, según consta en la resolución a la que ha tenido acceso SUR.

Los más complejos son dos, y ambos están en el tejado de la Junta de Andalucía. El primero, es que antes de poder licitar y empezar los trabajos sobre el terreno, Costas exige que Cultura aclare si el astillero Nereo se trasladará a la parcela prevista para equipamientos en la esquina del futuro recinto del parque; o si se mantendrá en su ubicación actual, lo que interrumpe la conexión con el paseo marítimo de Pedregalejo junto al mar, tal y como está diseñado en el proyecto municipal.

En el caso de que no se produzca dicho traslado, el documento pide al Consistorio que busque las vías de conexión con Pedregalejo a través de las calles traseras (como el callejón del Perejil), pero ya fuera del proyecto del parque, que no tendría entre sus patas la continuidad hacia la barriada marinera.

De entrada, Cultura aceptó meses atrás la alegación de Nereo en el expediente del BIC de los Baños del Carmen, por lo que la citada parcela actualmente no está reservada para este negocio, como se previó en un momento. El expediente necesario para dar respuesta a la sentencia que en su momento determinó la protección de la actividad de la carpintería de ribera, y que ordenaba a la Junta que decida sobre la posible existencia de una zona concreta protegida en el litoral para esta, está en marcha, aunque todavía quedan varios meses para que haya una resolución definitiva.

Por tanto, el hecho objetivo es que a día de hoy no se puede desalojar ni derribar el astillero Nereo, porque falta este paso autonómico; y por lo tanto tampoco está resuelta la conexión de la futura zona verde con Pedregalejo.

Pero todavía hay una segunda condición que ya está resultando muy polémica. Y es que la aprobación de la Dirección General de la Costa y el Mar estará supeditada a la plena disponibilidad de los terrenos en el ámbito en el que se va a actuar, y por primera vez este se entiende que está ocupado (en parte) por el restaurante El Balneario y su terraza.

Por tanto, el organismo estatal insta a la Junta a extinguir la actual autorización precaria con la que funciona este próspero negocio y a desalojar las instalaciones, al menos hasta que terminen las obras, y bien durante este impás, o bien después se podrá iniciar el procedimiento para otorgar la concesión a los actuales o a otros interesados en su explotación.

Esta determinación suma un nuevo frente de batalla institucional y jurídica, puesto que a Nereo ahora se sumarán los titulares del negocio de hostelería, en su lucha por permanecer abiertos mientras se llevan a cabo los trabajos, dado además que la huella que ocupa dentro del ámbito del futuro parque y paseo es mínima y se limita a una parte de las terrazas, la zona lateral donde están los antiguos jardines y la pajarera, y la trasera del inmueble protegido.

En cualquier caso, la propia resolución de Costas, a la que tuvo acceso SUR, abre la puerta a una salida pactada, que no implicaría el cierre del restaurante. El documento dice textualmente que habrá que «revocar la autorización actual» del balneario, y es precisamente la palabra «actual» la que marca un posible camino para reconducir la polémica, en la medida en que la Junta de Andalucía puede otorgar a los empresarios una nueva autorización que sea compatible con las obras, esto es, ceñida a los espacios interiores y exteriores donde no hay que intervenir. Esta, en cualquier caso, supondrá reducir el ámbito de la ocupación de la extensa terraza con que cuenta actualmente el chiringuito.

Del mismo modo, el documento plantea que en paralelo a las obras la Delegación de Sostenibilidad, que es la que otorga este tipo de permisos, puede abrir el concurso para una concesión definitiva, ya que la actual explotación se hace en virtud de una autorización temporal en precario que hay que ir renovando constantemente.

Otras condiciones son menores y en todo caso salvables, como varias indicaciones en cuanto a la ubicación de estructuras para el servicio del parque; y la reparación o eliminación de algunos elementos arquitectónicos existentes en el proyecto o en el entorno actual.

El organismo estatal también excluye de su financiación para llevar a cabo la zona verde, la restauración del edificio del restaurante y su entorno, así como cualquier otro elemento arquitectónico e histórico del conjunto, que deberá ser sufragado por el Ayuntamiento o por el concesionario del negocio. Este punto interfiere con una de las características del diseño, como es la recuperación e integración de las piezas históricas que se encuentran dispersas por la zona, algunas de ellas procedentes del desaparecido convento de la Merced. Los privados (o el Consistorio) también serán los encargados del posterior mantenimiento del edificio.

Entonces, ¿qué ha aprobado Costas? Pues sobre lo que ya hay acuerdo es en la filosofía general del proyecto, elaborado por un grupo de profesionales por encargo de la Gerencia de Urbanismo, para los terrenos del bosque de eucaliptos que formaba el antiguo 'cámping'.

El diseño contempla, entre otros elementos, un paseo con materiales blandos junto al mar, así como varios miradores; la plantación de 210 árboles; la recuperación de los elementos artísticos existentes; la prolongación del carril bici y zonas de juegos infantiles.