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El coronavirus ha puesto contra las cuerdas a la atención primaria de Málaga, que tiene más trabajo del que puede soportar con los recursos humanos y materiales de que dispone en estos momentos. Demoras de hasta 14 días para se atendido por un médico de familia en una cita telefónica, colas en la calle para acceder a las consultas no demorables, centros de salud con las líneas telefónicas colapsadas, imposibilidad de lograr cita médica a través de la aplicación de Salud Responde (cuando se entra, con frecuencia se informa al usuario de que «en este momento no hay agenda disponible para su centro de salud en los próximos 14 días»), falta de profesionales para realizar el rastreo de los contagios de Covid-19, pacientes con enfermedades que no guardan relación con el coronavirus que son vistos con retraso al no dar abasto los facultativos y, en general, una crispación que va en aumento tanto entre los profesionales como entre los usuarios. Estos problemas han encendido la luz roja en la atención primaria, que se enfrenta a una situación muy compleja que requiere de la adopción de medidas urgentes para evitar el desmoronamiento total de los centros de salud y que deje de ser una odisea conseguir una cita con el médico.
«Hemos pasado de los aplausos en los balcones a los insultos en las redes sociales», dijo a este periódico un médico de familia para expresar el malestar que hay en la población malagueña por el funcionamiento de la atención primaria. «Pese a que trabajamos más que nunca, estamos dando una imagen pésima. La gente se cree que no nos esforzamos cuando es todo lo contrario», señaló este facultativo. A su juicio, se está fallando en la accesibilidad por la falta de profesionales y de líneas telefónicas para ponerse en contacto con los centros de salud.
«Los pacientes intentan hablar con su centro de atención primaria y nos les cogen el teléfono, bien porque las líneas están saturadas, bien por la escasez de personal para atender las llamadas. Si a esa deficiencia se une el cuello de botella que se forma cuando se llama a Salud Responde, la gente se desespera y cree que no estamos cumpliendo con nuestra obligación», aseguró otro facultativo.
La aparición del coronavirus hizo que el SAS implantara en los centros de atención primaria el sistema de consulta médica telefónica al objeto de evitar desplazamientos que favorecen los contagios entre los ciudadanos. Los facultativos valoran cada caso y citan al paciente en persona cuando lo consideran necesario. Para la asistencia que no puede esperar funcionan las consultas no demorables. Ante los retrasos de la atención por teléfono, cada vez más personas acuden a los centros de salud para ser vistas en las consultas no demorables. Como hay que pasar por un filtro para reducir las posibilidades de contagio del virus, se forman colas en las entradas a los edificios sanitarios, algo que origina frecuentes quejas de los pacientes y desborda a unos centros que deben apagar fuegos constantemente sin que cuenten con suficientes medios.
El problema se ha agravado este verano al tener que sacar adelante los centros mucho más trabajo con bastante menos personal por las vacaciones de los profesionales. «Si habitualmente somos diez médicos, hemos estado con cuatro o cinco compañeros menos durante varias semanas. Por eso, el atasco en las consultas y en la asistencia se ha disparado», expuso un facultativo de familia. La insuficiencia de plantilla afecta también a enfermeros y personal de admisión y de administración, que llevan a cabo su tarea con menos efectivos de los necesarios en una situación excepcional como es la de la pandemia de SARS-CoV-2.
La solución pasa por contratar a más trabajadores, pero en la bolsa única del SAS no hay disponibles médicos, enfermeros y administrativos, según reconocen fuentes sanitarias consultadas, que precisan que no es una cuestión de dinero, sino de que no hay profesionales de esas categorías para contratar. «Estamos buscando personal de debajo de las piedras y no los encontramos», añadieron las fuentes. A ese respecto, apuntaron que se estudia la posibilidad de hacer contratos sin tener que pasar por la bolsa única del SAS.
Por su parte, el consejero de Salud, Jesús Aguirre, reconoció ayer que hay problemas en algunos distritos para dar citas de consultas de atención primaria. Aguirre pidió «disculpas por situaciones puntuales de aglomeraciones que se han producido en primaria a finales de agosto» y confía en que la situación se vaya normalizando en septiembre con la incorporación del personal que estaba de vacaciones. El consejero explicó que la pandemia ha obligado a cambiar el modelo asistencial en los centros de salud, de los que dijo que hacen una gran labor.
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