Comienza el montaje de los paneles de seguridad de la marina de megayates de Málaga

Pues barcos como este son la razón de ser de esta solución. La empresa responsable de los trabajos ha comenzado ya la instalación de las nuevas mamparas, que son de policarbonato transparente. Esta medida pretende incrementar la seguridad de los barcos de mayor eslora, que son los que amarran en esa zona.

Tras el montaje de los soportes a lo largo de unos 280 metros del muelle, los técnicos han comenzado hoy a colocar las piezas y estas tareas se prolongarán durante dos a tres semanas.

Dos años después de la inauguración de la marina de megayates del puerto de Málaga, y tras atender a las reivindicaciones de más protección contra intrusiones por parte de los armadores de estas lujosas embarcaciones, la sociedad concesionaria, IGY Málaga Marina, está reforzando la seguridad en los tres principales atraques del muelle uno, aquellos habilitados para naves de más de 100 metros de eslora.

Esta acción ha sido previamente consensuada con la Autoridad Portuaria y con el Ayuntamiento de Málaga. Y es que la valla actual, de pilotes de 1,40 metros de altura, se propuso como solución intermedia para proteger el perímetro de forma provisional, «hasta disponer de un material respetuoso con la integración de la dársena en el entorno urbano», según fuentes de la empresa concesionaria.

En aquel momento, las críticas ciudadanas llevaron a reducir la altura inicial de esa primera estructura, que ahora se ha mantenido y se le ha adosado el nuevo panelado, de dos metros de altura. Estas piezas irán sólo en la parte considerada de máxima seguridad, pero no en el resto del paseo junto al mar.

Desde el mes pasado se están acometiendo los trabajos para instalar unos elementos que, según el propósito de la empresa, cumplen las dos funciones requeridas: de una parte, aumentar la privacidad de los tripulantes y pasajeros; al tiempo que se permite una plena visibilidad hacia la dársena del Marqués de Guadiaro (la forma para los muelles uno, dos y tres) para los visitantes, tal y como ocurre desde sus inicios en el cercano Palmeral de las Sorpresas.

Además, la experiencia de estos dos años ya ha enseñado que durante buena parte del tiempo, esa visión está interrumpida, precisamente, por la presencia de los yates, que se han convertido en un atractivo en sí mismos.