Los comercios están cumpliendo más medidas de higiene y de distanciamiento social en su interior. Salvador Salas

El comercio malagueño recupera sensaciones con colas tras dos meses de letargo

Las principales vías del Centro registraron gran actividad, al igual que grandes tiendas de parques comerciales

Martes, 19 de mayo 2020, 00:23

Las colas han vuelto a la calle Larios, a la calle Nueva y al Muelle Uno. Tras dos meses de letargo, el comercio comienza a despertarse del paréntesis que ha supuesto el coronavirus con aparente buen estado de salud. Durante la primera jornada de la ... fase 1, y a la espera de que puedan abrir el grueso de los centros comerciales, numerosas tiendas del Centro y de los barrios se animaron a subir la persiana. A este reestreno se sumaron pequeños establecimientos tradicionales, franquicias y grandes firmas comerciales del sector textil, que fueron las que más expectación crearon.

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Abrieron negocios históricos como Cinco Bolas o Zaldi, pero también grandes firmas como Mango, Uterqüe o Pull&Bear. Como era de esperar también hizo lo propio Zara, en la calle Liborio García, que sólo habilitó una pequeña parte de la planta baja para no superar los 400 metros máximos autorizados. «Mejor abrir así que no hacerlo», reconocía el vigilante que controla la entrada.

Desde la federación Comercio Málaga consideran que el movimiento en la calle aún es pequeño y creen que debe ir en aumento a lo largo de la semana. Tras ver el comportamiento de los empresarios creen que muchos van a aprovechar estos días para analizar si les sale rentable abrir la semana próxima. «La gente tiene recelo de salir a la calle y por eso es complicado que la situación mejore a corto plazo», dicen.

Uno de los puntos en donde más actividad se notó ayer fue en la calle Nueva, en donde incluso se registraron colas en las puertas de algunos establecimientos. En esta vía, Jessica se estrenaba repartiendo publicidad de un negocio que justo ayer abría sus puertas: La Fábrica de La Plata, un pequeño comercio que iba a abrir justo el mismo día que comenzó el confinamiento. Ahora espera que los malagueños les ayuden a recuperar el tiempo perdido. «Hay mucha gente en la calle; esperemos que el arranque sea bueno».

Más allá del Centro, las grandes tiendas también empezaron a recuperar sensaciones. Con los centros comerciales cerrados a cal y canto hasta que la provincia entre en la fase 2 de la desescalada, las únicas señales de vida entre los grandes almacenes estuvo en aquellos ubicados en parques comerciales con acceso directo desde el exterior.

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Las tiendas de moda confían en recuperar el tiempo perdido.

Mientras en el Bahía Azul predominaban las persianas bajadas, destacando las de Ikea o Conforama, en el Villa-Rosa sí que había una considerable afluencia de clientes de la mano de Leroy Merlin y Decathlon. Especialmente en la tienda de artículos deportivos, donde había una pequeña cola para quienes acudían a recoger un pedido y otra que alcanzaba los 200 metros para aquellos que intentaban comprar como antes de la pandemia. De momento, no es así. «Hemos estado algo más de media hora esperando. Como no puedes entrar a coger lo que buscas y luego ir a la caja, tienes que decir lo que quieres y ellos te lo traen», explica Ibrahim, que sale cargado de artículos de piscina y playa para su pequeña.

Enfrente, también había una hilera de clientes al sol esperando su turno para entrar en el almacén de bricolaje Leroy Merlin. Algunos perdían el tiempo, porque tanto el guarda de seguridad como el personal de la tienda iban recordando que la apertura de las instalaciones está reservada únicamente a autónomos y empresas. Para particulares, la única posibilidad era la carpa anexa instalada en la zona del 'parking' habilitada para jardinería, que sí que tiene autorización para abrir ya.

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Donde también recibieron a sus primeros clientes después de dos meses fue en la tienda de electrodomésticos, menaje y artículos de playa MGI, una de las pocas abiertas al público en el parque comercial Málaga Nostrum. «Hemos tenido bastante movimiento desde que abrimos a las diez de la mañana», afirma en jefe del establecimiento, José Manuel Cañestro. De momento, están a medio gas, con tres trabajadores en total y prácticamente la mitad de la galería precintada para ajustarse a los 400 metros cuadrados que les exige el Gobierno para poder abrir. ¿Qué es lo que buscaban los clientes? «Sobre todo, pequeños electrodomésticos».

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